A mi hija.
Para quien
desde esa estrella que alguna vez juntas mirábamos le enseñé
a pedir sus deseos, para ella, desde allí me mira y me guía
para continuar, mi nena, mi hija, mi vida para vos: Mony, que
fuiste parte de mi emprendimiento, me ayudaste tanto…para vos
fue mi primer leyenda, te fuiste cuando quise prolongar tu vida,
tanta ilusión, tanto dolor. Dios lo dispuso así, en tus
frecuentes viajes pudiste comprender mi traslado y admirar cada
vez más su gente el paisaje, nuestras vivencias, cursaste la
facultad, te recibiste, cuántas alegrías me diste, hasta mi
nieto, tu único hijo. Estos recuentos los comencé a escribir
durante mi residencia en Misiones, luego se publicaron en la
Revista Peñera, gracias a la sugerencia e invitación de
escribir en ella, del profesor Jorge Fernández y a la
coordinación y publicación de mis capítulos realizados por la
licenciada María Luisa Felipacci en su página Folklore
Tradiciones declarada de Interés Cultural por la Legislatura de
la Ciudad de Bs. As., Resolución Nº 374 / 07 el 15/ 11/07.
Luego decidí
volcar mis vivencias en mi propio
sitio en Internet:
www.recuentosdelaselva.com.ar A través de sus capítulos se
podrá entender el porqué un grupo de colonos se estableció en
esa colonia enclavada prácticamente en medio de la selva.,
previa licitación de las mismas, que fueron promulgados por los
medios gráficos del momento, poco a poco le fue ganando a ella,
conservando su reforestación. Tuvimos la suerte de integrar los
primeros 150 seleccionados, las solicitudes estuvieron en
estudio durante meses y requirió de innumerables
certificaciones, además de no tener ascendencia paraguaya o
brasilera, por cuestiones limítrofes. Esa colonia es Andrés
Guacurarí, comúnmente conocida como Andresito y que en la
actualidad tiene su industria yerbatera del mismo nombre.
Es mi deseo que
esto se conozca y divulgue, no fue tarea fácil, muchos quedaron
en el camino, otros llegamos, no soy escritora, sí una docente
orgullosa de su profesión que trató de ejercer de la mejor
manera el apostolado del mismo, y aunque porteña, pero
argentina, aprendí a querer a esa provincia, Misiones.
Andresito la
historia sabrá que fuiste ejemplo de Soberanía e Integración,
como tus dos primeras localidades, así te nombran.