EDITORIAL

 

       
 
 

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 Recuentos de la Selva

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  El Mahamí (el Anoí)

CAPÍTULO Nº 16

 Para vos, ya no estás… hace tan poco y aún me llamas.

En el NE misionero muchas son las leyendas que lo caracterizan; una de ellas es la de un pájaro de pequeño tamaño; plumaje negro y abundante., el fino, cuello, sostiene una armónica cabeza en la que se destacan ojos vivarachos y mirada chispeante: de porte erguido, su sinuoso vuelo, parece adornar la selva misionera. Se lo conoce por su canto calmo y lastimero.

 Por relatos de algunos caciques y sus descendientes: nació en una de las tribus guaraníes una indiecita mestiza. Nada asombró: el blanco había hecho cautivas a varias jóvenes indias, que luego abandonarían, pero, prontamente, esta niña comenzó a llamar la atención por su inteligencia, desenvoltura, y comportamiento. Fue una hermosa criatura su madre cuidaba de ella con empeño, conformándola y consintiendo todos sus requerimientos.

 A medida que crecía su carácter se tornaba agresivo, aunque era muy deseada por lo jóvenes,  poco le importaban.

 Con el tiempo, el odio desmedido llegó hasta sus seres queridos; a veces desaparecía por días. Su madre salía a buscarla. En ocasiones ésta se desorientaba, le costaba regresar y anochecía en medio del monte llamándola, tanto era su dolor que vivía en un continuo quebranto. En una de sus búsquedas ella no volvió. Como ya era tiempo y  no llegaba al hogar su hija salió a buscarla, pero no la encontró, fueron pasando los días……

Cansada subió a un gran árbol para observar, en vano fue llamarla y llamarla, al no hallar respuesta comenzó  allí, su recapacitación y arrepentimiento………..

Me cuentan los del lugar, que en lo alto del cielo, un gran resplandor la envolvió, y al disiparse un pequeño pájaro negro se vio…. En las atardecidas misioneras se siente a lo lejos, largamente un quejumbroso llamado; ¡Mahaamí…! , es la joven que desesperada llama a su mamá y si alguno tiene la suerte de escucharlo, aunque su canto parezca lejano verá que está allí, en la rama más cercana y sus brillantes ojos lo miran preguntando, junto a su canto, ¿Mahaamí?, ¿Mahaamí?

¡¡¡Mahamiiiiiiiiii!!!                        

Profesora Norma Ferretti

 

 

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