EN UNA DE MIS CLASES
COMO DOCENTE. ALLÁ EN LA FRONTERIZA SELVA MISIONERA PREGUNTARON MIS
ALUMNOS ¿COMO ERA BS. AS.? NUESTRA CAPITAL. TRATE DE EXPLICARLES.
SIMPLEMENTE Y A MI MEJOR MANERA; (YA A MAS DE VEINTE AÑOS LES
RESPONDI):
La gran ciudad crea para algunos numerosos interrogantes. Bs.
As. aparece para muchos. Y a la imaginación, como algo espectacular
e inalcanzable.
Trataré de explicarles lo mejor posible como a mi
entender se manejan lo gran mayoría de sus habitantes. Esos grandes
Imponentes edificios, moles estáticas, alojan en su interior, (para
que todos comprendan) numerosas personas que se mueven como si
fueran resortes, saltan por un timbre (despertador) que los levanta
al mismo tiempo en horarios matinales; corren maratones, se trepan
en colectivos o subtes desbordados de gente que los llevan en
distintas direcciones, pero todos parecen llegar a un solo lugar y a
la misma hora; los coches caminan muy despacio, las angostas calles
no les permiten desplazarse, andan tan juntos como si se tocasen los
codos; pero hay algunas autopistas en las que se corre demasiado;
para su construcción se utilizó dinero, de lo que hoy (dicen), viene
a formar gran parte de la gran deuda externa.
Algunos van a su
trabajo, oficinas semejantes a los laberintos (como los que
resuelven en las revistas), donde los aguardan desde muy temprano
numerosas personas, en hileras; parecen tacurú (hormigas) con su
pequeña carga..
Hay hospitales; allí sí las esperas son largas y donde un Sr.
los hace pasar de a uno, pues parece ser que por querer vivir un
poco más usaron el veneno de esos víboras que vimos por aquí y tanto
le tememos.
También hay celdas,
allí a un Sr. o Sra. (psicólogos) le podes contar lo que te pasa; no
te dan remedios, pero parece que uno se siente mejor.
Las escuelas tienen
aulas con tele, video, equipo de música hasta computadoras, muchas
láminas y juegos, los niños saben y saben, hablan todos juntos y
fuerte, pero parece ser que conocen de ecosistemas, que nunca vieron
ni palparon como aquí; casi ni caminan para ir a la escuela, los
llevan en micros, no sienten el sol en la cara, lo buscan en playas,
plazas, o en el balcón de sus celditas, juegan con aparatos; así
ganan batallas, hunden barcos y hasta matan
gente, no entran en el monte, no ven los animales, sólo en jaulas,
tampoco juntan frutos de los árboles, algunos los compran en lata;
llevaría horas contando lo que vi; les diré que a todos ellos los
cuida un carcelero que es el tiempo y por querer zafarse de sus
manecillas cual látigos implacables, quieren comprar paz, venden
tranquilidad, y hasta parece, que andan buscando; ESPERANZA
E ILUSIÓN...