Con
esta premisa, y a modo de emprendimiento, llegué a la propia selva de
Misiones, ubicada al N.E., donde según algunos, es allí donde comienza
nuestro País. Integraba los que querían restaurar nuestra soberanía,
pues buena parte de esa región estaba ya incorporada al mapa de
Brasil.
Con un traslado transitorio de docente, un
humilde diploma de Danzas Folklóricas, pero cargada de innumerables
expectativas e ilusiones, comenzó esta historia que quedó grabada en
mi sensibilidad por siempre y que iré plasmando en estos relatos.
Quisiera, en mis relatos ser coherente,
pero los recuerdos me desbordan ante el paisaje nada comparable a
nuestros acostumbrados paseos o vacaciones
Un extraño bálsamo me invade. “Mal de la
selva”, como dirían los colonos del lugar, integrado por polacos,
alemanes, brasileros y paraguayos, con un idioma especial nuestro,
lleno de modismos, que nada ayudaban a mi modesto curso de “Portuniol”
(Idioma mezcla de portugués y español, que se habla en la frontera
tripartita.
Era una colonia, en la propia frontera,
ya 60 Kms. del límite tripartito con Brasil y Paraguay, y en las
mismísimas e imponentes Cataratas del lguazú.
Aunque mis años no eran
muchos ni pocos, lo que día a día descubría superaba mi capacidad de
asombro: ruidos, silencios, cantos de la selva. Yo no conocía la fauna
y flora tropical; me topé con helechos, llanas, orquídeas, insectos,
ofidios, artrópodos, para mi ver, ampliado en su forma y tamaño.
Surgen anécdotas, experiencias, recuerdos
que cuesta enumerar.
Con mis relatos quisiera, poco a poco, y
si el lector me permite, descubra, o por que no,
rescate algo tan nuestro pero sobre todo tan argentino.
Profesora Norma Ferretti |