EDITORIAL

 

       
 
 

   INICIO

   ÍNDICE
 Recuentos de la Selva

   PROYECTO

   CAPITULO 1

   CAPITULO 2

   CAPITULO 3

  CAPITULO 4

   CAPITULO 5

   CAPITULO 6

   CAPITULO 7

   CAPITULO 8

   CAPITULO 9

   CAPITULO 10

   CAPITULO 11

   CAPITULO 12

   CAPITULO 13

   CAPITULO 14

   CAPITULO 15

   CAPITULO 16

   CAPITULO 17

   CAPITULO 18

   CAPITULO 19

   CAPITULO 20

   CAPITULO 21

   CAPÍTULO 22

   CAPÍTULO 23

   CAPÍTULO 24

   CAPÍTULO 25

   CAPÍTULO 26

   CAPÍTULO 27

   CAPÍTULO 28

   CAPÍTULO 29

   PRÓLOGO

   CONTACTO

 Gemelas, éramos dos

   CAPÍTULO 1

  CAPÍTULO 2

  CAPÍTULO 3

  CAPÍTULO 4

  CAPÍTULO 5

  CAPÍTULO 6

  CAPÍTULO 7

  CAPÍTULO 8

  CAPÍTULO 9

  CAPÍTULO 10

  CAPÍTULO 11

  CAPÍTULO 12

  CAPÍTULO 13

  CAPÍTULO 14

  CAPÍTULO 15

  CAPÍTULO 16

  CAPÍTULO 17

   CAPÍTULO 18

   CAPÍTULO 19

   CAPÍTULO 20

   CAPÍTULO 21

   CAPÍTULO 22

   CAPÍTULO 23

   CAPÍTULO 24

   CAPÍTULO 25

   CAPÍTULO 26

   CAPÍTULO 27

  CAPÍTULO 28

  CAPÍTULO 29

  CAPÍTULO 30

 

  TAN CERCA DE...

Acotación: este capítulo lo escribí hace más de 10 años cuando me radiqué definitivamente en la Capital

CAPÍTULO Nº 13

En la misma calle, mi hija, mi nieto, dentro de la casa el garaje, a una cuadra el trabajo de mi marido, en los alrededores del barrio, el Banco donde rescato una miserable jubilación, de una honorable profesión docente, veo desde mi ventana la enorme cruz de la basílica barrial, a pocos metros el supermercado, sobre una importante avenida colmada de líneas de colectivos, de la acera de enfrente, colegios primarios y secundarios.  Todo tan cerca... Voy a salir, observo por el mirador de la puerta, camino unos pasos, abro la reja inmediatamente, espero la señal de la luz de aviso, nadie se acerca, miro a ambos lados, casi me olvido de mirar el frondoso árbol de mi vereda, (al vecino de la esquina lo esperaron allí). Pienso si conecté la alarma, creo que sí, previamente me sujeto una vieja cartera (¡teniendo tantas y tan lindas!), ni se para que la llevo, si lo más importante ya lo escondí. Qué suerte no viene nadie de la misma vereda.

Dejo pasar una moto, una bicicleta, me parece que fue esa la que...no, no, es parecida, sigo andando palpo mi manga, donde llevo el celular, jamás en la mano, tengo el número marcado, para que decirlo, avanzo para cruzar, se detiene un auto, para indicarle lo preguntado retrocedo hacia la pared, sigo, por la esquina, vienen dos a unos metros, desde hace rato está el mismo Sr. recostado en el poste, sí, lo vi cuando sacaba los perros, (con ellos estoy más segura, siempre que no simpaticen con alguien), apuro el paso, bueno, fue idea mía nomás ya hice varias cuadras, estoy agotada, no física sino mentalmente, alguien me nombra a mis espaldas, doy un salto, automáticamente abrazo la cartera, (reflejos entrenados). Es mi vecina averigua sobre varias facturas recibidas, a eso voy, en voz baja le informo.

Sigo viaje en algunas vidrieras, observo mis secuencias faciales, según quienes se presenten, me distiendo ante los ancianos, miro segura a los jóvenes, ¡qué tranquilidad, la sra. del cochecito y con otros dos niños a la rastra!, el paseador y varios perros, menos mal, llegué por fin.

Me tranquilizo ante la presencia policial vigilando el lugar llámese Banco, siento la mirada del cajero al observarme de donde extraigo el dinero y con un, es lo más seguro, me retiro del mismo, no sin antes llevar flameando en mi mano, las boletas pagas, por si alguna salidera, que esté al acecho, piense que ya dejé el efectivo.

Sé que pensarán que exagero, todo lo contrario ¡OMITO! Esto es sólo una parte de muchas otras, ¿quién no fue asaltado, robado, estafado, golpeado, amenazado?, el que no, considérese afortunado, como dije al comienzo, tan cerca de todo... y tan lejos de la seguridad, tranquilidad, me siento como si cruzase un campo minado, por fin llego a casa, suena el TE, mi hija tan cerca... en la misma cuadra. "Mamá, ahí va el nene, (víctima de dos robos de bicicleta), ¡míralo!, me asomo y veo a mi hija, en igual posición cubriendo a su hijo esos pocos metros de distancia a mi casa. Pienso entonces con profunda tristeza, tan cerca de tanto...¡¡¡Tan lejos de todo!!!

Profesora Norma Ferretti

 

 

RECUENTOS DE LA SELVA es el único y exclusivo propietario del copyright de todo el material publicado en este libro,  con las autorizaciones y/o
citas de sus respectivas fuentes
. Este material no puede ser reproducido, copiado o almacenado en una computadora fuera de la
operación personal a través de un web browser, sin el permiso escrito de su autor la Profesora Norma Ferretti.
Para comentarios, correcciones y/o sugerencias contáctese con
e-mail: