EDITORIAL

 

       
 

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 Recuentos de la Selva

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   CAPITULO 9

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   CAPITULO 17

   CAPITULO 18

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   CAPITULO 20

   CAPITULO 21

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   CAPÍTULO 23

   CAPÍTULO 24

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 Gemelas, éramos dos

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PARA TODOS AQUELLOS...

CAPÍTULO Nº 29

Para todos aquellos que en su momento compartieron, parte de mi vida, dedico este último capítulo, confieso que no es fácil me atropellan los recuerdos, alegrías y tristezas y esbozando una sonrisa  trato de continuar, me veo en Posadas cargada de bolsos retirando los últimos papeles de mi traslado transitorio, de allí a Andresito distaban casi 400km. el micro llegaba hasta Iguazú, faltaban 70km  hasta la colonia, no había colectivos, y tenía que atravesar el Parque Nacional, el tiempo y la buena voluntad me ayudaron aquel día, un colono me llevó hasta la municipalidad, recibí la llave de la casa que me habían prestado, hasta que se dieran las que debían adjudicarnos,  por la mañana me presenté a la escuela, sólo dos cuadras hasta llegar, cuando observo mi guardapolvo era llenos de manos impresas de color rojo miré a mis compañeras, impecables, en el futuro tendría que cuidarme al máximo, el director me presentó e hizo referencia a  mi trabajo,  éste  sería en la dirección y en el caso que faltase algún docente, debía suplantarlo.

Mis compañeras y el Director- Escuela Cabecera

Cena en la casa del Juez  con mi familia, mi hijo, nuera y nietos

La Aripuca - al fondo Hitp

La Aripuca

El Hito tripartito Cataratas del Iguazú

El Hito tripartito Cataratas del Iguazú

Me encontré con un hermoso grupo de compañeras, que trataron de ayudarme en todo aquello que desconocía o necesitaba, fue recíproco les preparaba los discursos y los actos escolares, la mayoría vivían en las chacras, me traían verduras dulces frutas , ayudaron con elementos de su casa a condicionar la mía , la chacra nuestra estaba a 15 Km. y por el momento no tenía vehículo, además  no estaba capacitada para manejar en la tierra colorada, de pronto me encontré; estaba  en una hermosa escuela cabecera, rodeada de la selva,  ruido, encanto y misterio ….., más lejos ganándole al monte escuelitas que iban surgiendo con precarios caminos y que sus docentes trataban diariamente llegar. Se  hizo un concurso literario para docentes y gané el premio las vi  emocionarse  fueron quizás las que me impulsaron  a volcar en mis escritos todo  lo que sentía y vivía y también ellas nunca llegaron a entender como una porteña residente en plena capital realizara el emprendimiento de ser los primeros colonos que allá por los 80  le adjudicaran  las tierras en la colonia Andrés Guacurarí

Rememoro la serenata que el director de mi escuela junto a dos guitarristas, ofrecieron   a mi hija, en una  de sus visitas desde Bs. As.

Las cenas que organizábamos variando las casas, ya nos habían entregado las viviendas, las realizábamos preferentemente los sábados, siempre, que no surgiese otro evento importante. .Las amplias galerías de nuestras casas que ocupaban todo el frente, allí donde nos sentábamos a tomar tereré.... o aprender a tejer crochet, conservo aún  sus regalos, los floreros (ramo de flores) como  así llamaban,  que nos llegaban según la estación, la solidaridad de muchos antes las necesidades urgentes, a todos, todos ellos vaya éste mi humilde  homenaje, a nuestro Juez de Paz que haciendo honor a su cargo, nunca lo vimos enojado y  mucho menos agresivo, su apellido era Cymbala.  El intendente que en la actualidad reprodujo en forma gigantesca una trampa que utilizaban los aborígenes para cazar animales, La Aripuca,  que se encuentra en Iguazú y es visitada por numerosos turistas, recuerdo el saludo que se ingeniaron  algunos colonos con los apellidos del intendente, secretario y jefe de bosque, Waidelich, Linder y Rebien  ¿Cómo vais?- ¡lindo, lindo, rebién, rebién! Como lo comentado hay mucho más sería interminable…. Pero lo rescatable era el trato de los alumnos hacia sus maestros y profesores, tanto en el primario como en el secundario Pero me quedo con el hermoso recuerdo de aquellos años que aún añoro, por supuesto, una forma de re vida que difería  de  la acostumbrada,  pero que rescató valores que desconocía y  que aún guardo en lo más profundo de mi corazón.

Para todos aquellos; ¡GRACIAS  MUCHAS GRACIAS!              

                                                                                                                                                      Profesora Norma Ferretti

 

 

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