EDITORIAL

 

       
 
 

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 Recuentos de la Selva

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  EL DÍA DEL ESTUDIANTE

CAPÍTULO Nº 14

Todo ese día era muy especial, ya en la víspera 21 de septiembre los alumnos del secundario pasaban por cada una de las casas de los profesores ofreciendo una serenata. En todas ellas se los esperaba con refrigerios y algo más.

Por ese momento, en la lista de compras, en nuestros viajes a Brasil, figuraba el abastecimiento para ese día, nos cantaban algo bonito y tradicional, al cual agregaban una cuarteta que variaría según el que fuese visitado. Por la mañana, los pobladores eran testigos partícipes, de algo no común, los estudiantes tomaban por 24 hs., Municipalidad, Banco, Comisaría, Escuela en forma simbólica, éstos eran: intendente, comisario, gerente, director, etc.

Era divertido y muy singular, previamente asesorados por los profesores se resolvían las cuestiones del momento, lógicamente de cada uno de los lugares ocupados. Anécdotas, dichos, asombros, innumerables algunos, porque ignoraban, otros no lo tenían en cuenta, pero lo más gracioso, los comentarios de muchos.

-¿Habrá viajado el intendente que dejó a éstos? - ¡Mire Ud. el hijo de mi comadre tomándome la denuncia! - Pero si éste, que no es el Director, me dijo que Joselo faltaba mucho.

Por la tarde el tradicional desfile de carrozas, debido a que la Colonia estaba integrada por numerosas chacras, carreras volantas, cachape, eran elementos que quedaban fuera de circulación, pues debían ornamentarse para tal fin.

Era un deleite el colorido y buen gusto que allí se presentaba. Por la noche el baile y la elección de la reina de los estudiantes. La anterior soberana entregaba: capa, bastón y corona, a quien le sucedía, también se premiaban la mejor carroza que había sido previamente seleccionada, y así se sucedían los días, en aquella joven colonia que había tenido sus comienzos oficialmente allá por los años 80 y que ya se iba preparando para lo que viniese. Competencias, festivales, aniversarios, Fiesta Patria, cruce a caballo del Parque Nacional, competencias deportivas con localidades vecinas, no daba para el aburrimiento, como comenté en otros relatos, cobraban voluntades y ganas de hacer, la juventud fue siempre aliada y emprendedora y eran ellos que con su empuje convocaban padres, vecinos, autoridades. Cuando ya próxima la fecha de los viajes de egresados era común, ver a los alumnos del último año, recorrer las chacras, juntando lo necesario, para la realización de ferias y eventos.

Ellos mismo cocinaban y salían a entregar los encargos, fue en la colonia, donde por primera vez comí empanadas de palmitos, éstos crecen en forma salvaje con los que abarataban los costos. Todos vivían con la ilusión de ese viaje de egresados, no se quedaba nadie, ya estaba previsto, desde el primer mes de ese año.

Me parece verlos agitando los brazos, cuando el micro partía, padres, parientes, hermanos, algunos dejaban antes sus tareas, llegándose de las chacras, rostros curtidos por el sol y el esforzado trabajo, esbozando una sonrisa, algunos, jamás habían ido a la escuela, pero los ojos vidriosos, de las lágrimas contenidas de muchos, transmitían, la enorme satisfacción que, aquellos adolescentes concretasen, lo que tal vez ellos, nunca hubiesen alcanzado.

Profesora Norma Ferretti

 

 

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