Todo ese día era muy
especial, ya en la víspera 21 de septiembre los alumnos del
secundario pasaban por cada una de las casas de los profesores
ofreciendo una serenata. En todas ellas se los esperaba con
refrigerios y algo más.
Por ese momento, en
la lista de compras, en nuestros viajes a Brasil, figuraba el
abastecimiento para ese día, nos cantaban algo bonito y tradicional,
al cual agregaban una cuarteta que variaría según el que fuese
visitado. Por la mañana, los pobladores eran testigos partícipes, de
algo no común, los estudiantes tomaban por 24 hs., Municipalidad,
Banco, Comisaría, Escuela en forma simbólica, éstos eran:
intendente, comisario, gerente, director, etc.
Era divertido y muy
singular, previamente asesorados por los profesores se resolvían las
cuestiones del momento, lógicamente de cada uno de los lugares
ocupados. Anécdotas, dichos, asombros, innumerables algunos, porque
ignoraban, otros no lo tenían en cuenta, pero lo más gracioso, los
comentarios de muchos.
-¿Habrá viajado el
intendente que dejó a éstos? - ¡Mire Ud. el hijo de mi comadre
tomándome la denuncia! - Pero si éste, que no es el Director, me
dijo que Joselo faltaba mucho.
Por la tarde el
tradicional desfile de carrozas, debido a que la Colonia estaba
integrada por numerosas chacras, carreras volantas, cachape, eran
elementos que quedaban fuera de circulación, pues debían
ornamentarse para tal fin.
Era un deleite el
colorido y buen gusto que allí se presentaba. Por la noche el baile
y la elección de la reina de los estudiantes. La anterior soberana
entregaba: capa, bastón y corona, a quien le sucedía, también se
premiaban la mejor carroza que había sido previamente seleccionada,
y así se sucedían los días, en aquella joven colonia que había
tenido sus comienzos oficialmente allá por los años 80 y que ya se
iba preparando para lo que viniese. Competencias, festivales,
aniversarios, Fiesta Patria, cruce a caballo del Parque Nacional,
competencias deportivas con localidades vecinas, no daba para el
aburrimiento, como comenté en otros relatos, cobraban voluntades y
ganas de hacer, la juventud fue siempre aliada y emprendedora y eran
ellos que con su empuje convocaban padres, vecinos, autoridades.
Cuando ya próxima la fecha de los viajes de egresados era común, ver
a los alumnos del último año, recorrer las chacras, juntando lo
necesario, para la realización de ferias y eventos.
Ellos mismo cocinaban
y salían a entregar los encargos, fue en la colonia, donde por
primera vez comí empanadas de palmitos, éstos crecen en forma
salvaje con los que abarataban los costos. Todos vivían con la
ilusión de ese viaje de egresados, no se quedaba nadie, ya estaba
previsto, desde el primer mes de ese año.
Me parece verlos
agitando los brazos, cuando el micro partía, padres, parientes,
hermanos, algunos dejaban antes sus tareas, llegándose de las
chacras, rostros curtidos por el sol y el esforzado trabajo,
esbozando una sonrisa, algunos, jamás habían ido a la escuela, pero
los ojos vidriosos, de las lágrimas contenidas de muchos,
transmitían, la enorme satisfacción que, aquellos adolescentes
concretasen, lo que tal vez ellos, nunca hubiesen alcanzado.
Profesora
Norma Ferretti