Un gaucho criador de caballos
argentinos y poeta gaucho, describe así los
pelos de los caballos criollos:
Cómo se andar de resero
Tengo tropilla entablada,
La madrina es colorada
Y tiene un potrillo ruano.
Bien manchado tengo un tubiano
Que ahora poco lo he enfrenado
Y que anteayer lo he probao
Galopiando y llego entero
vainte leguas compañero
hasta el pueblo de Bragao.
Además en la tropilla
Tengo un lobuno bragao
Un lindo gateo tiznao
Ligero en la atropellada
Un blanco orejas rosadas,
Un oscuro escarciador.
Un tordillo de mi flor,
pa´correr en el rodeo
y un redomón zaino overo,
pescuecero y sentador.
Un lindo barroso overo,
Un bagual picaso pampa,
Un pangaré mano blanca,
Vivaracho y coscojero,
Un bayo blanco estrellero,
Un rosillo anca nevada,
Un alazán mala-cara,
Un colorao retacón
Y un doradillo ariscón
Muy bellaco en las mañanas.
Y pa´terminar, señores,
El crédito es un tostao,
Pingo muy aponderao
Marca de las dos argollas,
Ha corrido varias pollas
Y hasta aúra no le han ganao;
En los boliches que ha andao
Dejó mentas de ligero
Y aquí pa´su mandao
El gaucho Carmen Lucero.
Darío H. Anasagasti
Gato y Mancha – Pingos Criollos -
Por. Lcda. Susana Mabel
Fandembure
¿Sabías que dos Caballos Criollos
que se llamaron Gato y Mancha viajaron con Aime
Tschiffely,
desde Buenos Aires a Nueva York?. ¿Te imaginas
ir a caballo desde aquí hasta Nueva York?
Mancha y Gato volvieron a sus
añoradas pampas, años después de culminada la
travesía. Mancha murió en 1947 y Gato en 1944.
Fueron cuidados hasta su muerte por el paisano
Juan Dindart, en la Estancia El Cardal. Hoy se
encuentran embalsamados, en exposición en el
Museo de Luján, Dr. Emilio Udaondo.
Aime Tschiffely, siguió
viajando, por la Patagonia, por España y por
Inglaterra, pero siempre volvió a la Argentina.
Falleció en 1954, su último viaje lo realizó 44
años más tarde, cuando sus cenizas abandonaron
el cementerio de Recoleta y fueron sepultadas en
el campo que su amigo
el Dr. Emili
Solanet tenía en
Ayacucho. Solanet fue el dueño de Gato y
Mancha.
Y por ello el Honorable Senado de la Nación
Argentina y la Cámara de Diputados, designa el
día 20 de septiembre de cada año como el
"Día Nacional del
Caballo".
REFRANES:
Por. Lcda. Susana Mabel
Fandembure Fuente: Guillermo Terrera
Agarrate Catalina que vamos a
galopiar:.
Agarrate fuerte que la cosa va en serio.
A todo galope:
equivale a rápidamente.
Aflojarle las riendas:
cuando se tiene a alguien muy esclavizado, es
bueno darle
un poco de libertad.
Aí nomás montó el picaso:
significa enojo de una persona; también se dice:
voy a montar el picaso,
para hacer ver que se está por enojar.
A caballo regalado, no se le
miran los dientes:
la edad del caballo se aprecia por
los dientes; por eso se dice que
si un caballo es de regalo, no se miran los
defectos.
Caballo de comisario:
es sinónimo de protegido, que nadie le puede
hacer nada; en las carreras siempre llegará
primero.
En la cancha se ven los pingos:
en la realidad es donde se conoce lo que sirve y
lo que no sirve.
El último pal´estribo:
costumbre muy campesina: arrimarle al hombre que
se va, un mate, para que se lo tome de a
caballo.
Echar la madrina por delante:
significa iniciar una marcha, llevando la yegua
madrina en la punta, a la que seguían los demás
animales de la tropilla.
Estar con el pie en el estribo:
encontrarse pronto para iniciar alguna cosa o
estar por salir.
Le dieron duro y parejo:
correr con todo sin claudicaciones.
Largar parado:
largar la carrera sin partidas.
Largar el rollo:
dijo todo lo que sabía.
No hay quien le pise el poncho:
equivale a un hombre vivo que no se deja ganar.
No hay que dejarlo con la rienda
floja:
significa no confiar en una persona y dejarlo
sin ningún control.
Perder los estribos:
Enojarse y perder el control de los actos.
Petizo de los mandados:
se aplica a esos hombres grandes que viven en
los cascos de estancias o en los puestos, que
sólo sirven para ir de un lado al otro con
pequeños encargues, buscar proveedurías o traer
las cartas de la estafeta.
Ser muy de a caballo:
se aplica para los hombres gauchos y del campo.
Es admirativo.
Ser pura parada, como caballo
e´milico:
frase de intención para significar que era pura
pinta, como los caballos de la policía que no
servían para nada.
Se lo dijo con pelos y señales:
decir una cosa con todos los detalles
imaginables; frase cuyo origen proviene de
aquella época pasada, en que para localizar un
potrillo, había que tener todos los datos
necesarios, pelo, manchas y señales visibles.
¡Se vino de a pie el paisano!:
cuando se llega a una casa o a un boliche
montando un soberano pingo, los paisanos
exclaman esta frase.
Se me bolió el potrillo:
Los animales chúcaros, al ir bellaqueándose , se
suelen echar con fuerza para atrás; si el jinete
no es diestro, corre riesgo de ser aplastado por
el bagual, pero siendo buen criollo hará como
dice Martín Fierro: “Aunque el potro se boliase,
no había gaucho que no parase, con el cabestro
en la mano.
Tener a rienda corta:
para evitar inconvenientes, tener a las personas
bien controladas.
Yo no rispeto señores, estao, ni
pelo, ni marca:
frase muy común en las carreras de campo, donde
un paisano alardea con su flete y pregona en
machazo desafío que a él no le asusta ningún
parejero mentao. Se usa asimismo para indicar
que no piensa respetar a otra persona y que le
dirá o le hará lo que se le venga en gana.
Ya caerá en la volteada:
se emplea para designar a una persona que ha
tomado muchas ínfulas, pese a que su situación
es inestable. En la campaña se usa también para
un yeguarizo chúcaro que pronto lo voltearán
para marcarlo o ponerle los cueros.