Este
clásico postre de la cocina sanjuanina, se remonta a épocas en
que en esta zona se cultivaba el trigo. De ese entonces datan
también los viejos molinos como el que cantara Buenaventura
Luna.
Cuando se
realizaba la cosecha, generalmente por el sistema de “mingas”,
se obsequiaba a los trabajadores con una comida criolla, que
podía ser una sabrosa carbonada con “pan de alza”, y el postre
obligado era la torta de trilla.
Para prepararla se
debe poner en remojo desde la noche anterior, ½ kilo de trigo
blanco pelado y majado. Después se coloca en una cacerola con
agua hasta que lo cubra y 1 cucharada de grasa. Se lleva al
fuego y se cocina hasta que se consuma el agua; luego se le
agrega 1 litro de leche y 200 gramos de azúcar y se deja
hervir, revolviendo para que no se pegue, hasta que el trigo
esté bien blando. Entonces se le añade una taza de arrope de
uva y 2 cucharadas de canela molida y se sigue revolviendo
hasta que tome punto, es decir, hasta que se despegue de la
cacerola.
Colocarla después
en una fuente honda y espolvorearla con azúcar y canela. Se
sirve fría, cortada en porciones.