Se
dice que hay 30 hipótesis etimológicas del término pero la
más aceptada es la que sostiene que el término proviene de
gauderio, derivado del latín, vocablo que se usaba en el sur
de Brasil y de las provincias del litoral para designar a
los hombres que llevaban una vida libre en el campo. En un
acta del cabildo en 1774 aparece por primera vez documentada
la palabra gauderio. Se usó poco en el Río de la Plata y a
fines del siglo XVIII se usaba gaucho en esta región y
gaucho en el litoral y así gauderio tomó la última sílaba
del camilucho que eran los hombres que trabajaban con el
ganado en las misiones jesuíticas. Es así como surgió
gauducho que derivó luego en gaucho. (1)
Aunque se la utilizó en todo el río de la
Plata - y aún en Brasil - no existe absoluta certeza sobre
el origen de la palabra gaucho.
Es probable que el vocablo quichua huachu (huérfano,
vagabundo) haya sido transformado por los colonizadores
españoles utilizándose para llamar gauchos a los
vagabundos y guachos a los huérfanos.
También existe la hipótesis de que los criollos y mestizos
comenzaron a pronunciar así (gaucho) la palabra
chaucho, introducida por los españoles como una forma
modificada del vocablo chaouch, que en árabe
significa arreador de animales.
La denominación se aplicó generalmente al
elemento criollo (hijos de españoles) o mestizo (hijos de
españoles con indígenas), aunque sin sentido racial sino
étnico ya que también fueron gauchos los hijos de los
inmigrantes europeos, los negros y los mulatos que aceptaron
su clase de vida.
El ambiente del gaucho fue la llanura
que se extiende desde la Patagonia hasta los confines
orientales de Argentina, llegando hasta el Estado de Rio
Grande del Sur, en Brasil (gaúcho).
El proceso evolutivo del gaucho y el
uso de esa palabra se desarrolló sin solución de
continuidad. Distintos tipos de gaucho existieron en
Argentina antes de 1810, es decir antes de ser conocidos con
ese nombre. Peones de campo existieron desde que comenzaron
a formarse las primeras estancias, aunque hayan sido pocas
al principio. El tercer tipo - que luego se llamó gaucho
alzado - existió en reducido número. Pero no fueron los
primitivos peones ni los "fuera de la ley" quienes le dieron
la característica suficientemente fuerte para llamar la
atención.
Es indudable que el tipo de gaucho que
tuvo realmente fisonomía peculiar - el primero que fue
llamado así - fue el gaucho nómada, no delincuente,
que estuvo implícito en el gauderío oriental del s. XVIII.
Este gaucho fue algo más que un simple vagabundo.
Adquirió en la Argentina, a lo largo del s. XIX rasgos
propios bien definidos. Y cuando se difundió suficientemente
- es decir, a medida que fue creciendo la población rural -
fue llamado gaucho, como también se había llamado al
paisano oriental del s. XVIII.
Hábiles jinetes y criadores de ganado, se
caracterizaron por su destreza física, su altivez, su
carácter reservado y melancólico.
Casi
todas las faenas eran realizadas a caballo, animal que
constituyó su mejor compañero y toda su riqueza. El
lanzamiento del lazo, la doma y el rodeo de hacienda, las
travesías, eran realizados por estos jinetes, que hacían del
caballo su mejor instrumento; en el caballo criollo no sólo
cumplía las faenas cotidianas sino que con él participó en
las luchas por la independencia, inmortalizando su nombre
con las centauras legiones de Güemes.
Fue el hombre de nuestro campo, principal
escenario de su vida legendaria y real. De vida solitaria ya
en grupos de tiendas, como las tribus nómades ya en
racheríos aislados como en la pampa sureña.
En Argentina se festeja el Día Nacional del
Gaucho el 6 de diciembre. Existen más de 50 etimologías para
esta palabra que designaba a una etnia que, en el siglo
pasado, era considerada de lo más bajo de las clases
sociales, y luego de las guerras de la independencia tuvo
una pequeña reivindicación, por su coraje.
Los Primeros GAUCHOS
:
Hacia
el año 1600, aparecen en el Litoral los GAUDERIOS o
CHANGADORES. Estos fueron los primeros gauchos. Pocos años
después los encontramos ya en la campaña bonaerense.
Gauderio: palabra de origen portugués con la que se
designaba a los campesinos andariegos de Río Grande do Sud
(Brasil) y Uruguay; eran hombres increíblemente dúctiles en
el manejo del caballo y la hacienda. La palabra "gauderio"
pasó al Río de la Plata, donde no era conocida y sirvió para
designar al paisano de nuestros campos: "étnias de indios y
colonizadores..." según Mariano Polliza.
El ganado cimarrón tuvo mucho que ver, con la
presencia del gaucho en estas tierras. En efecto, había por
entonces en las desiertas llanuras pampeanas, miles de
cabezas de vacas y caballos salvajes , sin dueños,
denominados cimarrones. Y esos hombres que luego se llamaron
gauchos empezaron a alejarse hacia la campaña donde podían
subsistir sin mayor esfuerzo, pues con ese ganado de nadie
satisfacían sus necesidades de sustento. Para comer bastaba
con faenar un animal; lo demás lo brindaba la naturaleza :
no les hacía falta nada más. De este modo empieza a
dibujarse la imagen del gaucho libre , sin trabajo ni
vivencia fija , recorre a caballo grandes distancias y
duerme al descampado sobre su recado cuando lo sorprende la
noche en la soledad de la llanura. Lleva una vida nómade y
apartada de las ciudades.
Por
entonces , las autoridades dan permiso a los dueños de
tierras para realizar VAQUERIAS , es decir, para recoger y
faenar el ganado cimarrón. El gaucho trabaja en ellas y
debido a las expediciones que tienen que hacer para buscar
el ganado , se van alejando cada vez más de los centros
poblados y se diseminan por las pampas. Fueron pues los
primeros paisanos que fundaron una sociedad campesina.
Sabemos que hacia 1661, el gaucho deambula de
rancho en rancho (así se le decía a su rustica casa) , con
sus infaltables lazos y facones , vestido con calzoncillos
blancos , chiripá , poncho y sombrero. Tales prendas y los
aperos de su caballo son los únicos bienes del gaucho , para
quién la sociedad se reduce a la familia y a los compañeros
de pulperias.
Su primitiva casa era un miserable refugio ,
pero a medida que se afinca , el gaucho levanta el rancho de
paredes de barro y cubre la puerta con un cuero. Ese rancho
pobre y pequeño que todos dibujamos en los primeros grados
de la escuela. Como le bastaba matar una vaca o novillo para
alimentarse , comía casi exclusivamente carne - asada y sin
sal - , porque ésta era muy cara. Del animal sacrificado
solo aprovechaba un trozo de carne y el cuero de las patas
para hacerse un par de botas para canjearlo por yerba ,
galletas , etc.
Tal
tipo de existencia continuó hasta que a principios del siglo
XVIII el ganado cimarrón había disminuido tanto por causa de
tales matanzas, que las autoridades dejaron de otorgar
permisos para vaquear.
Las botas de potro y las espuelas de plata o
hierro fueron típicas de nuestros gauchos. Aún hoy los
paisanos se enorgullecen al lucirlas. La bota de potro ,
abierta en la punta , se hace con el cuero de la pata del
caballo , que es muy flexible. La abertura ( por donde pasó
la tibia del animal ) permite al gaucho estribar con los
dedos.
Comienzan los cambios
:
Cuando se fundó la ciudad de Buenos Aires se
repartieron las tierras , las más extensas y alejadas se
llamaron ESTANCIAS. Al principio, los límites entre una y
otra eran simplemente los ríos y arroyos, aunque a veces se
construyeron zanjas divisorias.
Durante el Virreinato comienzan a crecer las
estancias en " Tierra adentro ", o sea , en lugares aún más
apartados y hasta poco antes en poder de los indios.
Las
autoridades apoyaban su instalación para evitar la merma de
ganado provocada por la vaquería, pues, si los animales
tenían dueños ellos , se encargarían de cuidar que
subsistieran.
Las nuevas estancias ocuparon buenos terrenos
, altos con declive para que el agua de lluvia no se
estancara y provistos de aguadas naturales. Los dueños no la
dirigían personalmente sino que delegaban el mando en
mayordomos y capataces.
En ellas vivían en pobres ranchos los
esclavos y los gauchos que trabajaban como peones. Como esas
estancias tampoco tenían cercos , era necesario
"aquerenciar" el ganado , es decir aprovechar la costumbre
de éste de permanecer en un sitio determinado. Para
lograrlo, durante tres o cuatro meses se los arreaba hacia
lugares apropiados. Como tales rodeos iban constituyendo el
ganado de la estancia.
El aumento del número de estancias causó otra
modificación en las costumbres del gaucho comenzó a
abandonar la vida nómada y a conchabarse para trabajar. El
era quien mejor sabía realizar las nuevas tareas que la
estancia requería , formar rodeo, castrar y marcar hacienda.
Sin embargo, en cuanto reunía el dinero que necesitaba para
comprar sus "vicios" (yerba o tabaco) volvía a la vida
libre, por esta razón se los llamaba también " arrimados " .
Pero con tales transformaciones se le hará
más difícil mantenerse como el diestro jinete dueños de la
llanura. En efecto, ya en las primeras décadas del siglo XIX,
las estancias mejoran sus instalaciones y aumentan su
personal, porque cada vez se intensifica más la exportación
del cuero y el interés por la explotación de la carne
vacuna. Se inicia asimismo el cultivo de los campos y la
mejora de las razas por cruza con animales importados.
Abandonado el antiguo rodeo, el gaucho debe
entonces adaptarse a la situación; ya no domina con su
rápido lazo el ganado salvaje , ahora cuida la hacienda
mansa de las estancias.
El gaucho en las guerras de la Independencia:
Cuando
el país llamó a sus hijos para luchar contra España ,
después del 25 de mayo de 1810 , los gauchos ingresaron en
las filas patriotas. La audacia , la habilidad para cabalgar
y el enorme conocimiento del suelo , hicieron de él un
excelente soldado.
Guío a los ejércitos nacionales a través de
nuestro territorio y con ellos peleó en el Alto Perú a las
órdenes de Belgrano o con San Martín en Chacabuco y Maipú.
En el norte del país otros hombres
defendieron con gran destreza y valor las fronteras de
nuestra patria naciente , se les llamo los " gauchos de
Güemes " .
El Gaucho y los Caudillos
:
Más adelante , también participaron en las
guerras civiles al lado de los caudillos. Por una parte, el
gaucho sentía al caudillo como a un hombre con sus mismos
gustos y parecidas costumbres.
Pero hubo además otras causas que empujaban a
los gauchos a unirse a estas tropas.
Ya
desde principios del siglo XIX , a raíz de una ley expedida
en 1815 , se dispuso que quien no tuviera propiedad legítima
sería considerado sirviente , y todo sirviente que no
llevara consigo la papeleta de conchabo de su patrón , que
era válida sólo por tres meses , era declarado vago. La
persecución que originó esta ley, convirtió a muchos gauchos
en hombres al margen de la sociedad; ante esta situación los
gauchos encontraron que, junto a ls caudillos estaban
protegidos.
Entre huir de la justicia hacia las tolderías
de los indios o engancharse en las filas de un caudillo,
muchos prefirieron esto último ; de ese modo aparecen
peleando junto a Artigas , Ramírez y López en el Litoral ,
con sus propios caballos y armas , organizados en grupos
pequeños que atacan en forma imprevista.
Durante el federalismo , el gauchaje se
dividió , unos fueron partidarios de Rosas y se alistaron en
sus filas , mientras otros se plegaron a las tropas
unitarias. A la caída del Restaurador , volvemos a
encontrarlos al lado de Urquiza.
También en el oeste , en las provincias de
Cuyo y en la Rioja , caudillos como el Chacho Peñaloza y
Felipe Varela , contaron con el decidido apoyo de los
campesinos.
El gaucho desaparece
Todos
los hechos señalados y los que van a producirse desde 1850 ,
transforman poco a poco al gaucho en paisano.
Por esa época comenzaron a alambrarse los
campos para señalar sus límites y los propietarios de ganado
se volcaron en contra de los gauchos que mataban animales
ajenos. Muchos se vieron condenados a viajar por los caminos
bordeando los campos sembrados , con la amenaza constante de
ser apresados sin la papeleta de conchabo , el certificado
de trabajo , y sufrir calabozo o cinco años de milicia.
A esto se suma la inmigración, miles de
campesinos extranjeros se afincaron en la campaña. Como se
adecuaban mejor al trabajo de la tierra , desplazaron al
gaucho. Fue entonces cuando éste debió elegir su futuro ,
algunos no aceptaron perder su forma de vida sin sujeciones,
otros quedaron en las estancias trabajando como peones.
Entre el gaucho de las vaquerías y el paisano
de este momento, no hay tanta distancia en años como en el
cambio que se produce en el personaje.
El gaucho fue el hombre típico de nuestros
campos y también la causa de discusiones y polémicas. Muchos
escritores y ensayistas lo pintaron como holgazán , vago y
bandido. Otros en cambio , exageraron sus virtudes y
exaltaron su vida libre y sin ataduras. Hoy se tiende a
comprender que la existencia del gaucho fue consecuencia del
ambiente y de la época en que vivió.
Vestimenta del gaucho
Remítase a la vestimenta del gaucho en
su sección.
La
figura del gaucho no puede separarse de su vestimenta. Así
como la llanura fue su ambiente y el caballo su medio de
movilidad , el traje lo individualizó.
Recortado contra el paisaje pampeano , parado
en la puerta de su rancho o empeñado en un juego de taba o
bebiendo en la pulpería , el gaucho es ese hombre callado
que hace sonar con orgullo , al caminar , las espuelas que
lleva sobre su botas de potro.
Muchos pintores de la época sintieron la
necesidad de retratarlos en distintas actitudes. En todos
esos cuadros resulta admirable el porte del gaucho ,
luciendo sus calzoncillos amplios y con grandes bordados
calados que asoman debajo del chiripá y que sujetan a su
cintura con un cinto.
Del mismo modo, lo vemos trabajando en el
corral, protegido por un poncho de lana de brillantes
colores, que a veces usa recogiéndolo sobre el hombro a
manera de capa , o enroscado en el brazo , como para pelear.
Pero imaginémoslo también vestido de fiesta ,
luciendo con orgullo su chaleco abierto , prendido con dos
botones , que deja ver los pliegues de la camisa ; o bien
bailando un cielito , enfundado en la casaca corta que
adornaba con botones de plata y con lujosa rastra en la
cintura. Protegía su nuca con el pañuelo serenero que
coronaba con un sombrero de copa alta. Esta es la figura que
todos recordamos a través de dibujos y otras evocaciones
gauchescas , pero hay diferencias entre la ropa que usaron
los primeros gauchos y los de épocas posteriores , el
chiripá reemplazó al primitivo pantalón corto de tipo
andaluz y el tirador tachonado de monedas y patacones de
plata , reemplazó al cinto.
Por otra parte, el cuchillo , en lugar de
usarse sujeto al costado izquierdo o adelante , se empezó a
colocar sobre los riñones , enganchado al tirador , como lo
llevan actualmente nuestros paisanos.
Los trabajos del gaucho
:
El
gaucho y su caballo son casi una misma imagen , nada hacía
el gaucho sin su caballo y nadie montaba como él . Mostraba
en ello una naturalidad que sólo puede conseguir quien desde
niño prefiere cabalgar antes de caminar.
Caballo , lazo , rebenque y boleadoras lo
acompañaban en todas sus andanzas.
Los primeros gauchos cazaban vacas con el
lazo o las boleadoras para sacarles el cuero. Mas tarde,
cuando ingresaron a las estancias , el trabajo aumento y se
hizo más variado.
El gaucho entonces, no tuvo rival en el rodeo
, ni en la doma , ni en la yerra , y fue un experto en
enlazar y pialar.
En la yerra enlazaba a la presa con verdadera
maestría , bien afirmado sobre el recado , revoleaba el lazo
con movimientos precisos y luego arrojaba en dirección del
animal. Este quedaba aprisionado por la cuerda de cuero para
que otro gaucho pudiese pialarlo , es decir , sujetarle las
manos y voltearlo.
También era hábil en el rodeo , que en esta
época consistía en reunir al ganado en un lugar para
revisarlo , separar animales para la compra y la venta o
vigilar su estado.
Con las boleadoras su puntería también era
infalible , podía bolear un ñandú o un novillo a grandes
distancias.
Las boleadoras , el lazo y el rebenque ,
junto con el cuchillo , fueron para el gaucho herramientas
de trabajo y también armas. Basta recordar que durante las
Invasiones Inglesas y la Reconquista , los ingleses cayeron
atontados al ser enlazados o boleados por los gauchos .
Y con el rebenque , que lleva adentro de la
funda de cuero bien trenzado una barra de metal , podía
matar de un solo golpe. Nunca se separaba de él.
A todo esto debemos agregar que el terreno no
poseía secretos para el gaucho. En una sola ojeada reconocía
una huella , o seguía un rumbo guiado por árboles o pastos.
Se orientaba también por la posición de los astros o algunas
aguadas , y su finísimo oído apoyado en la tierra lo ponía
sobre aviso de la proximidad de los indios. Estos magníficos
guías , que podían conducir sin dificultades a los viajeros
a través de la pampa se llamaban " baquianos " , y de ellos
se dijo que eran " la brújula de la pampa " . Durante las
guerras de la Independencia , fueron muy útiles al ejército
criollo , pues nada más que por el movimiento de los
animales o los casi invisibles desgarrones en las plantas ,
podía informar del paso del enemigo y hasta decir cuántos
hombres eran.
Las diversiones
:
La
taba , las carreras de caballos y de sortijas, las payadas,
el pato, la riña de gallos, la caza de avestruces, los
juegos de naipes, fueron todas diversiones de los gauchos.
La pulpería era su principal centro de
reunión y el lugar donde pasaban muchas horas probando su
suerte en juegos de azar , mientras alguno punteaba en la
guitarra un melancólico yaraví y otros se convidaban con
aguardiente.
El pulpero atendía a sus clientes detrás de
una fuerte reja , que dividía el negocio, porque a menudo
había peleas y no era cuestión de que le destrozaran la
mercadería.
Estos establecimientos eran también almacenes
y tenían frente a la casa una cancha para el juego de
carreras , que fue uno de los entretenimientos favoritos del
gaucho.
En las carreras intervenían dos jinetes , que
iban en camisa ,descalzos y con una vincha en la frente para
sujetar el cabello.
Montaban en pelo a sus caballos y mientras
los espectadores hacían sus apuestas se preparaban para la
largada. A la orden de los jueces partían al galope a través
de los 300 ó 400 metros , que debían recorrer. Las riñas de
gallos fueron otro pasatiempo predilecto. En este juego se
enfrentaba a dos gallos especialmente entrenados para la
pelea y se los hacía luchar hasta que uno de ambos moría.
Aunque hoy nos desagrada la crueldad de esta
diversión , los gauchos se entusiasmaban y eran capaces de
apostar todo cuanto tenían.
Fuente:
http://www.folkloredelnorte.com.ar
http://www.elfolkloreargentino.com
Fuente: (1) Enviado por Miguel Torres.
La
palabra gaucho se usó en las regiones del Plata, Argentina,
Uruguay, y Brasil, (aunque allí la palabra es gaúcho) para
designar los jinetes de la llanura o pampa, dedicados a la
ganadería. Aunque se han propuesto muchas etimologías, no es
claro todavía el origen de esa palabra. Una de las más
populares es la que hace derivar a gaucho de guahu-che, que
en araucano significa gente que canta triste.
Fruto
de la mezcla de sangres española e indígena, comenzó a
forjar su original personalidad en las primitivas vaquerías
de la colonia. Allí aprendió a desempeñar las tareas de
ganadería con singular destreza y fundió su cuerpo con el de
su inseparable compañero el caballo. Pasaba la mayor parte
de su vida sobre el lomo de su pingo, por eso siempre
detestó la agricultura, que lo obligaba a estar de pie.
Su indómito valor lo convirtió en uno de los pilares de la
emancipación americana. Fue pastor en los tiempos de paz y
soldado en tiempos de guerra.
La extensión de la llanura pampeana fue la que terminó de
moldear su conducta. Es independiente, de vida errante y
costumbres sencillas. Esa libertad con que enfrenta la vida
le traería aparejados muchos disgustos. Por mucho tiempo se
lo marginó, llegándole su reivindicación con el paso del
tiempo, al punto de convertirse la palabra gaucho en
sinónimo de rectitud de carácter y nobleza de corazón.
El proceso evolutivo del gaucho y el uso de esa palabra se
desarrolló sin solución de continuidad. Distintos tipos de
gaucho existieron en Argentina antes de 1810, es decir antes
de ser conocidos con ese nombre. Peones de campo existieron
desde que comenzaron a formarse las primeras estancias,
aunque hayan sido pocas al principio. El tercer tipo - que
luego se llamó gaucho alzado - existió en reducido número.
Pero no fueron los primitivos peones ni los fuera de la ley
quienes le dieron la característica suficientemente fuerte
para llamar la atención.
Es indudable que el tipo de gaucho que tuvo realmente
fisonomía peculiar - el primero que fue llamado así - fue el
gaucho nómada, no delincuente, que estuvo implícito en el
gauderío oriental del s. XVIII. Este gaucho fue algo más que
un simple vagabundo. Adquirió en la Argentina, a lo largo
del s. XIX rasgos propios bien definidos. Y cuando se
difundió suficientemente - es decir, a medida que fue
creciendo la población rural - fue llamado gaucho, como
también se había llamado al paisano oriental del s. XVIII.
Casi todas las faenas eran realizadas a caballo, animal que
constituyó su mejor compañero y toda su riqueza. El
lanzamiento del lazo, la doma y el rodeo de hacienda, las
travesías, eran realizados por estos jinetes, que hacían del
caballo su mejor instrumento; en el caballo criollo no sólo
cumplía las faenas cotidianas sino que con él participó en
las luchas por la independencia, inmortalizando su nombre
con las centauras legiones de Güemes.
El ámbito del gaucho fue la llanura que se extiende desde la
Patagonia hasta
el estado del Río Grande del Sur, en el Brasil. Hábil jinete
y con destreza en faena
pastoriles como la doma y el rodeo. Tenía coraje, cierta
arrogancia y una fuerte
vocación por la libertad Hombre poblador de nuestros
inmensos campos,
era el jornalero de las grandes estancias, muy diestro en el
arte de dominar y amaestrar el caballo, con el que realizaba
los trabajos de ganadería y agricultura. Jinete gallardo y
valeroso que conservó, en medio de la rusticidad
intelectual, la rectitud del carácter y la nobleza de
corazón.
Antiguamente, los salvajes apagaban su sed en arroyos o
ríos; pero mas tarde los paisanos se veían obligados a
practicar un pozo hasta llegar al líquido elemento.
Sobre el pozo formaban un arco de troncos; del travesaño
colgaban una roldana, un tiento, una soga y mas adelante con
una cadena y un balde extraían el agua.
Varias formas de surtir el agua a los animales conocía el
paisano para épocas d sequía. El mas simple era el jaguel ,
que era un pozo o zanja para recibir y conservar agua de
lluvia o vertiente. El agua se tira a mano con muy poco
esfuerzo. El balde pende de una de las extremidades de un
largo palo o caña gruesa que se mantiene en equilibrio. La
caña, bien balanceada por el contrapeso, permite elevar el
balde lleno, que vuelca en una canaleta por donde va el agua
al bebedero para animales. Una forma curiosa de mantener el
agua fresca es verterla en un porrón de barro, cubrir éste
con una bolsa mojada y ponerlo al sol.
Hablando de la alimentación del gaucho mencionamos el mate,
infusión de yerba, auténticabebida nacional que ha
consumido, consume y consumirá toda la población, sin
distinción de clases. Se llama mate al recipiente en que se
coloca la yerba para cebarlo. Suele ser una calabaza que,
una vez seca, se abre y se limpia, secándole las semillas y
la pulpa. Y la bombilla es un tubo de metal que tiene una
bolita hueca con pequeños agujeritos que dejan pasar el
líquido y retienen la yerba. Es tal la importancia que se le
da al acto de tomar mate en esta tierra que hasta tiene su
lenguaje, por lo general amoroso. Algunos de los
significados han caído en el olvido o nunca lo conocieron.
Es fácil deducir porqué este lenguaje ya es casi
desconocido. La vida veloz que el hombre se ha impuesto ha
anulado aquellos momentos de reunión para matear. El mate se
tomaba a toda hora, como que había para ello bastante
servicio doméstico y menos necesidad de ahorrar tiempo.
Pero los tiempos fueron cambiando, los intereses de ciertas
potencias interesadas en no permitir la expansión económica
de estos países, creó lo que se llama hoy sociedad de
consumo, que anuló poco a poco esa industria, reducida a
consumo local.
Considerando al gaucho desde la cuna, se ve que apenas puede
sostenerse sobre el caballo, es decir, desde la edad de 5 ó
6 años, éste es una parte integrante de su persona desde que
llega a la pubertad, le ensilla con el sol, y no se desmonta
sino para comer, jugar y dormir. Como se cría domando
potros, degollando novillos, corriendo carreras que a veces
le cuestan la vida, vagando solo en la inmensidad de los
campos, sin mas armas que su lazo, sus bolas y su puñal;
cruzando a nado los ríos mas caudalosos, prendido con una
mano de las crines del corcel, y con otra nadando y
empujándole contra la corriente. Acostumbrado a pasar horas
enteras los ardientes rayos del sol en el rigor del verano,
y los helados cierzos del mas frío invierno; a dormir en
todas estaciones a la intemperie, a galopar tres días y tres
noches sin descansar.
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