Los "ranqueles"
son una etnia originaria de la Republica Argentina que forma
parte de la cultura mapuche, aunque sus componentes iniciales
eran en gran parte de origen het y tehuelche del grupo "gennaken"
y huarpidos del grupo mapuchizado de los pehuenches. La
denominación <ranquel> es la "castellanización" de su auto
denominación: rankûlche ò ragkûlche: rankûl - caña ò carrizo -,
che - hombre, gente - en mapudungun; es decir "gente de las
cañas ò de los carrizales". Eran cazadores, nómadas y durante
buena parte del siglo XIX se mantuvieron en alianza con las
tribus tehuelches, con quienes incursionaron en el oeste de la
provincia de Buenos
Aires
y el sur de la provincia de Córdoba, así como las de Mendoza,
San Luis y Santa Fe. Hoy me dedicaré a hablar de las memorias de
Manuel Baigorria. La singularidad de las memorias de Baigorria
consiste en que éste fue un cacique singular - por su origen, su
trayectoria, su cultura - entre las figuras importantes de
"tierra adentro", como los propios indios denominaban a los
territorios que dominaban, separados de la propiedad efectiva de
las provincias que conformaban el Estado Nacional, por la zona
imprecisa y movible de la denominada "frontera". Manuel
Baigorria nació en San Luis en 1809 - 1875. Militar argentino,
que participó en las guerras civiles de su país y estuvo largos
años refugiado en las tolderías de los indígenas. Llegó a ser
considerado un cacique entre los "ranqueles". Seguidamente voy a
relatar una nota que me ha llegado de la señora Alicia Susana
Baigorria, quien me ha manifestado que tenía familiares en
Córdoba y San Luis, y es por ello que seguidamente relataré su
encuentro con estos familiares:......
.....El día
transcurría apacible y familiar. Las primeras horas de la noche,
después del servicio religioso, nos encontró ocupados con la
cena y la última lectura del diario del domingo. Al terminar de
cenar, alguien encendió la televisión. Yo desde la cocina,
advierto, que si bien era domingo, este domingo es especial. Es
fin de mes. Eran las 22.00 horas:
Estaba
a tiempo para realizar mis dos llamadas a las tías lejanas. La
primera llamada fue a La Carlota, en la provincia de Córdoba. En
el verano anterior, la tía Luisa Ligorre, que había ido a la
presentación de un libro de Daila Prado, "La Cicatriz", había
logrado que la escritora me lo dedicara; en este libro se narra
la historia de Manuel Baigorria en sus andanzas en los toldos de
los ranqueles. La segunda llamada fue a Justo Daract, en la
provincia de San Luis. La conversación con la tía a la que
llamamos "Porota", pero cuyo nombre es Marcelina produjo en mí
un efecto tal, que cambió de un modo sorpresivo, el rumbo de mi
vida. Soy una señora de mediana edad,casada, con dos hijos
mayores, y seis nietos. Quiero que mi tiempo transcurra,
leyendo, escuchando música, escribiendo mis poemas, y dando
lugar de vez en cuando a mis cuadros, cuando las imágenes
interiores me sofocan. Mis últimos viajes a La Carlota, eran un
intento de rescatar del pasado datos familiares. Quería saber a
que se debían ciertos ademanes, ciertos gestos, aquellos gustos
por las manualidades, estos anhelos insatisfechos de no conocer
a las abuelas, tanto la materna, como la paterna.
....Quería saber
porqué tejo, porque me gusta el bordado, amasar la harina
sobando el bollo tierno con las manos, cuando mi mamá aborrecía
alguna de estas tareas. Ahora, tía Porota, develaba de pronto
las incertidumbres. Su información estaba llena de realidades
comprobables. No había lugar a dudas. Laila Prado en su libro
"La Cicatriz", narra esa información de esta manera: "Nació otro
hijo del cacique Pichùn y de la cristiana Rita Castro, cautivada
en San José del Morro < San Luis>. Manuel Baigorria lo apadrinó.
y su influencia fue tan fuerte que al niño lo llamarían Manuel
Baigorria y, para diferenciarlo de su tocayo, le dirían
Baigorria Chico ò Baigorrita. En realidad, el nombre "indio" del
niño era Maricò, que significa Diez Aguadas". Ese niño, fue mi
bisabuelo. Uno de sus veintidós
hijos,
Cristóbal Baigorria, fue mi abuelo materno que falleció cuando
yo tenía quince años. Ser al que conocí muy bien, a pesar de la
distancia de vivir en Buenos Aires. Tomás Baigorria, uno de sus
hijos mayores, fue mi padre. Mi nombre es: Alicia Susana
Baigorria, y, junto a mi hermana Silvia Josefina Baigorria,
hemos descubierto que pertenecemos a la Nación Ranquel.
Rápidamente, iniciamos juntas un viaje hacia el sur de la
provincia de San Luis, para presenciar la ceremonia del WE
TRIPANTU, celebración del nuevo año que se realiza en el
solsticio de invierno boreal ( el día más corto del año en el
hemisferio sur) entre el 21 y el 24 de junio. La celebración
comienza el día 23 después de la puesta del Sol, cuando se
enciende un fuego llamado " EL ABUELO",que debe permanecer
encendido hasta el amanecer del día 24. Todos dirigimos nuestras
miradas hacia la puesta del sol.
.....Siguieron
unas emotivas y bien reflexionadas palabras del lonko del lugar:
José Barreiro.
Se
continuó con una marcha alrededor del fuego, repetidas cuatro
veces, en contra de las manecillas del reloj. Se hicieron "sopapillas",
conocidas como "tortas fritas", acompañadas con mate, en el
mismo lugar de la ceremonia. Luego se hizo, dentro de la ronda
general, un asado bien criollo, regado por vino tinto y las tan
actuales gaseosas. En esta ceremonia, hemos sido admitidas como
"ranqueles", mi hermana Silvia y "Yo". Se nos habló de no actuar
cerebralmente, sino siguiendo los impulsos más profundos de
nuestro ser, de aportar a la comunidad nuestros "dones"; para
compartir también con las generaciones más jóvenes. En voz alta
expresamos nuestros deseos de ser admitidas como "ranqueles", y
los presentes, familiares directos nuestros, todos
pertenecientes al aduar MANUEL BAIGORRIA, estuvieron de acuerdo.
Había presentes abuelos, padres, hijos, nietos, la de menor
edad, de seis meses. Son en total diez familias. Nos entregaron
un poncho y una vincha, y luego recibimos el abrazo de cada uno
de los presentes que rodeaban el fuego. Se finalizó esta
ceremonia con palabras sentidas del "lonko" quien animó a los
presentes a hacer comentarios en voz alta. Mi hermana Silvia
recordó a mi abuelo: CRISTOBAL BAIGORRIA y a mi padre Tomás,
ambos fallecidos hace tiempo, trayéndolos a la memoria de los
presentes, haciendo validar nuestra presencia en ese lugar, ya
que nuestro nacimiento fue en Buenos Aires. SILVIA, reside en
Monte Cristo, provincia de Córdoba. .Yo en Escobar, provincia de
Buenos Aires. Otros presentes expresaron su voluntad de viva voz
de ser iniciados ò bautizados como pertenecientes a la comunidad
sin ser "ranqueles" de sangre. A la mañana siguiente se finalizó
la ceremonia con el pueblo reunido junto al "fuego", siendo
todavía de noche. A las primeras luces del nuevo día, se marchó
cuatro veces ahora en el sentido de las agujas del reloj, y se
dio el grito de alegría de los ranqueles que se expresa con los
brazos levantados....UE UE UE UE, repetidas tres veces.
.....Expresé mi
sentir, de la siguiente manera:
UN NUEVO RANQUEL:
Acá estoy. Viene la raza Llamando desde lo antiguo.
Golpea en la sangre. Brota en cada gesto Cotidiano.
Mias mas profundas Emergen Borbotean desde el Génesis.
Sustentables aguas. Orgánicos humedales. Vida. Viene la raza
Llamando: Acá estoy!!!
Escrito en colaboración con Silvia J. Baigorria.
PALABRAS DE AGRADECIMIENTO - JOSÉ
BARREIRO – LONKO ANFITRIÓN
“No hay palabras para agradecer lo
que Alberto ha hecho por nosotros y cada uno de los integrantes
de su gabinete. Acá está todo, para aquellos que apostaron a que
nunca se iba a llegar a concretarse. Acá estamos los ranqueles,
para aquellos que se burlaron de nosotros, acá estamos los
ranqueles”.
“ Quiero decir que hay mucha alegría adentro mío. Quiero que
cada uno de los Baigorria y los Guaky Gner nos unamos y
trabajemos todos juntos para sacar adelante esto y demostrar a
aquellos que apostaron en contra nuestra”.
“Tambièn pedimos que los gobernadores de otras provincias tomen
este ejemplo porque en cada comunidad hay un aborigen que está
esperando algo, que tomen el ejemplo de San Luis y que no se
dediquen a destruir”.
“Este es un largo camino de regreso a casa (llora) pedimos que
desde aquí en más nos dejen descansar. A mi pueblo, a mis
hermanos les digo que sigan adelante. A los que vinieron a
visitarnos les pido que no vengan sólo hoy, sino que no se
olviden de nosotros, que luchemos todos juntos porque en San
Luis se puede”, destacó con los ojos llenos de lágrimas.
WALTER MOLETA – LONKO ANFITRIÓN
“Cuando se tiene que agradecer son muy pocas las palabras, pero
gobernador permítanme que les diga unas 8 ò 10 palabras mas si
no he sacado mal la cuenta. A mi me va a ser poca la vida para
terminar de agradecerle lo que ha hecho por nosotros”
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