Página declarada de Interés Cultural por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires por Resolución Nº 374/07 del 15/11/2007
Adherida a la Federación Argentina de Instituciones Folklóricas F.A.I.F.
 

Hace ya varios años,  comencé a sentir un desconocido pero fuerte sentimiento hacia lo que se denomina comúnmente folklore, y con la inquietud juvenil me propuse a incursionar en ese mundo al que creía de mero divertimento, hasta que me fui dando cuenta que era más que eso, y me propuse a estudiar en profundidad descubriendo que llegaba al nivel de ciencia,  que actuaba conjuntamente con otras, haciendo un conjunto de investigaciones de carácter antropológico.

 Me di cuenta que no resultaría tan fácil como bailar un sencilla “zamba”, sino que  era más que eso, y mi carácter de profunda amante de lo que es en realidad “patria”, me propuse incursionar en este maravilloso mundo de lo desconocido. Descubrí entonces a medida que incursionaba en ello, que iba más allá de un sin-sentido festivalero,   sino que se dirigía hacia una efectiva necesidad  de culturización popular que en todo momento hace a la historia que nos ocurrió, y a las costumbres y  artes que nos mantuvo como defensores de los valores que nos identificaron, lo que nos trajo aparejado por incultura, graves situaciones sociales que todavía pagamos.

La primera sorpresa fue que no es tan folklórico lo que se cree y conoce como  folklore, que era algo desconocido pero que había trascendido, reconociendo que en mí sobresalía como algo sobrenatural, considerándolo necesario para comprender la vida, costumbres, sociedades que nos marcaron como patria, y  así  aflora a la superficie el gran amor que sentía por la patria, porque comprendí su verdadero significado, ¡Oh mi patria!, esa en donde yacen nuestros ancestros con su historia desconocida al pasar de los siglos; el Folklore hace a la Historia, como parte ignota en gran parte,  y olvidar la Historia cae en los efectos de aquello de que “[…] una persona sin un conocimiento de su historia pasada, sus orígenes y su cultura, es como un árbol sin raíces”, y son las raíces las que nos atan al ejemplo del pasado, de donde tenemos la obligación de abrevar o buscar nuestros orígenes desconocidos. No hay presente si no se conoce el pasado, no se respetan las ciencias que lo estudian, y menos si se hace lo que no se sabe cómo ha sido. “¡Oh, “patriæ” (Patria: lugar donde yacen los padres), sagrada no por sus símbolos, sino por su Folklore y en el cual nosotros y los centros de estudios deben estar unidos por un amplio sentimiento de amor a él, y no como un mero conjunto de gente que realiza verdaderas engañifas, e ignoran totalmente lo que es Folklore tanto como su importancia científico-cultural y educativa en su nombre”. (“¡El ser gaucho es un delito carajo!” Rafael Stahlschmidt-Ed. Gesta c.e)

Por ello es que me propuse idear alguna forma de llegar, al menos con material que colabore con la juventud,  en que se comprenda, muy  especialmente la verdad de lo que es Folklore, su significación,   cuestión que me  resultó adecuado cuando  descubrí que la maravillosa  herramienta de la informática, me  abría una puerta de valor incalculable, el medio ideal para realizar ese sueño de mi ambiciones del conocimiento y darlas a conocer para que se despierten las mentes que solo creen que revolear ponchos es Folklore.  

Este pensamiento me hizo sentirme  sedienta de ser el eco de todo aquello ancestral, que es nuestro, pero que poco interés le prestamos. Internet me permitió consolidar mi ambición de llegar a muchos, otorgándome la oportunidad  que me permitiera difundir nuestra cultura telúrica, o al menos el interés hacia ella,  y comencé a elaborar  esta página a la que tuviera acceso todo aquel que gustara o interesara  una parte necesariamente nacionalista y cultural,  medio olvidada por cierto, y emprendí la tarea de sacarla a la luz en lo posible. Así fue que ese material moderno –paradójicamente- y con el entusiasmo intacto que el paso del tiempo no menguó,  tuvo su aparición FolkloreTradiciones.

Con real fervor  Folklore Tradiciones se lanza al ruedo, con el apoyo entusiasta de especialistas y profesionales en distintas ramas y especialidad, y la página se transformó en un medio de cultura que ya es reconocida tanto en el ámbito específico, como de consulta diaria de miles de interesados en incrementar su cultura y, por qué no, expresar su opinión. No existe en FolkloreTradiciones una homogeneidad de ideas y patrones, lo que sí es lo ideal transmitir con conocimientos, pruebas y citas que permitan aclararnos ciertas dudas y darnos claridad en otras.

Debemos ser respetuosos  de nuestras más profundas culturas y costumbres, que, casualmente por desconocidas no podemos permitirnos inventar lo que no se conoce por la oscuridad del tiempo. Y esta es, es en rigor, la verdadera acción-reacción de FolkloreTradiciones para que llegue a la mayor cantidad de gente posible, en especial aquellos con las ansias de abordar el real y verdadero interés por usos y costumbres de nuestra querida Patria,  de nuestros ancestros “el tiempo e’ñaupa”, de sus costumbres, de sus mitos y supersticiones, y de lo recibido de generación tras generación, formando una cultura que no debe ser descuidada y mucho menos despreciada y olvidada, y lo que es peor, deformada.

Dice el profesor Rafael Stahlschmidt que “Bailar una chacarera no significa que es folklore, a lo sumo una parodia, una actividad artística, pero ni así se permite deformar lo deformado”  simplemente porque el Folklore es una ciencia, y a los interesados debería resultarle apasionante involucrarse  en ella, que permanentemente nos trae reminiscencias de lo ancestral, y hasta resulta emocionante al imaginar las clases, tipos de vida, costumbres, de las sociedades que nos precedieron,  como cualquier otra obra que nos conmueva, como lo que despierta nuestro Himno Nacional, que no es folklore pero da una idea de la emoción que puede causar una pieza de allá en los tiempos idos. Ambas cosas, unidas, hacen el amor a la Patria.  

Al profundizar en el tema, al sentir ese golpetear del pecho emocionado al escuchar lo que si bien no es folklore pero hasta tradicional puede ser, reconocí que sus valores eran tan superiores, que  me consideraba obligada a sostener tratando de que sean  sustentados por su mayor condición natural, sin modificaciones y sin alteración alguna.

Lo nuestro, lo telúrico, lo tradicional, y por qué no, invadir más allá, hacia la ciencia del Folklore, es para donde debemos ir. Sé que es difícil por la alevosa transculturización y  la relativización cuando no desaparición lisa y llana de nuestros valores telúricos, pero, pido que no decaigamos, no bajemos los brazos, al decir de Ortega y Gasset “rememos contra la corriente”,  y sigamos insistiendo que primero están nuestros lazos con la tierra que nos vio nacer y cobijó, tratando de descubrir los misterios del folklore, antes que la distorsión y la degradación vergonzosa  de nuestras ancestrales costumbres.

Mucho se podría hablar sobre la distorsión y degeneración de la Ciencia del folklore, pero este es solo un introito, porque en concreto aparte de no prestar atención al estudio científico, degradamos lo nuestro con pantomimas extranjerizantes a lo que mal hecho queremos justificar llamando a una necesaria modernización, que es solo el habla de quien desconoce.

Desde entonces, he dedicado gran parte de mi vida a animar e incentivar el folklore, con diferentes medios y con varios colaboradores, en una presentación pretendidamente lo más completa posible. No está en nuestro ánimo ir contra gustos ni deseos, pero sí, principalmente, dar a conocer opiniones a las cuales los estimados visitantes a la página www.folkloretradiciones.com.ar, los datos que muchas veces desconocemos o no le damos el verdadero interés, con el único motivo de que el mismo logre sus propias conclusiones. Los responsables de esta página, y sus colaboradores, solo pretenden incentivar el gusto por lo verdaderamente nuestro.

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