RELIEVE
El
�MBITO
MONTA�OSO
El ambiente
monta�oso ocupa el sector oeste de nuestro pa�s. Sin
tener en cuenta su diversidad geol�gica y morfol�gica, la
mayor superficie forma parte de la gran cordillera de los
Andes, que es uno de los macizos m�s destacables de nuestro
planeta. Porque "Andes" es, en realidad, una
denominaci�n global aplicada a un conjunto de altas monta�as
y mesetas incluidas, debido a que la masa andina durante su
elevaci�n ejerci� una enorme presi�n sobre las estructuras
vecinas m�s antiguas, disloc�ndolas e incorpor�ndolas a su
estructura. Tambi�n reascendieron otras estructuras antiguas
como la precordillera de La Rioja, San Juan y Mendoza, y las
Sierras Pampeanas.
LAS SIERRAS SUB-ANDINAS
Las Sierras
Subandinas son monta�as nuevas, alargadas y bajas, de
alrededor de 2.500 m de altura. Es un �mbito con clima
subtropical, con temperaturas entre 12' C y 18' C, seg�n la
altura. Los r�os y las abundantes precipitaciones
erosionaron sus cumbres d�ndoles formas agudas.
Los
abundantes cursos de agua que descienden de la Cordillera
Oriental y se unen en el Bermejo o en el Pasaje Juramento
(que m�s adelante se denomina Salado), erosionaron este
encadenamiento formando las puertas, valles angostos y
transversales, que comunican el noroeste con la llanura
chaque�a.
En algunos
anticlinales (pliegues del terreno con concavidad orientada
hacia el interior de la Tierra) de estas sierras, que son
alargados y se contin�an en el subsuelo profundo de la
llanura chaque�a, se encuentran alojados hidrocarburos como
petr�leo y gas; por ejemplo, en las cercan�as de Campo Dur�n
y Madrejones.
Las
precipitaciones, superiores a 1.500 mil�metros, var�an seg�n
la orientaci�n de las laderas; las mayores se registran en
las laderas orientales, que est�n cubiertas por �rboles de
maderas valiosas, como nogales, cedros, lapachos y laureles.
Debido al desmonte ininterrumpido, impulsado por el valor de
las maderas y el avance de la frontera agropecuaria, se
crearon los Parques Nacionales Barit�, Calilegua y El Rey.
Estos preservan el sector sur de la Selva de Monta�a tambi�n
denominada Yunga, que se extiende desde Venezuela por las
laderas orientales de los Andes. Estos parques adem�s
cobijan especies faun�sticas en serio riesgo de extinci�n,
como yaguaret�s, osos hormigueros, ocelotes, y un c�rvido
denominado huemul del norte.
Adem�s, en
el Parque Nacional Calilegua se encuentran restos de
fortificaciones incaicas, lo que le confiere valor hist�rico
y arqueol�gico.

LOS
ANDES PATAG�NICOS FUEGUINOS
Se
presentan en forma de cordones aislados, separados por
amplios valles. Desde el paso de Pino Hachado hasta la
isla de los Estados, donde se hunden, se encuentran las dos
�reas de mayor elevaci�n, de m�s de 3.000 metros
separadas por un sector donde las cumbres no superan los
2.500 metros sobre el nivel del mar. En la primera se
destaca el volc�n Lan�n y el cerro Tronador.
En este
paisaje tuvo gran influencia la �ltima glaciaci�n. A�n
queda un resto de esa �poca en el campo de hielo
continental, del que descienden numerosos glaciares como el
Perito Moreno, entre otros.
Los r�os
que nacen en esta cordillera tienen gran potencia hidr�ulica
por lo que pueden ser aprovechados para obtener energ�a
hidroel�ctrica. Se construy� la represa de Futaleuf�,
sobre el r�o hom�nimo, que pertenece a la pendiente del
Pac�fico.
La
temperatura var�a con la altura. Los vientos
predominantes del oeste son h�medos, originan abundantes
precipitaciones con m�ximas en invierno. Las laderas
est�n cubiertas por bosques que llegan normalmente hasta el
nivel de las nieves permanentes. Presentan dos pisos:
el arb�reo, que puede llegar a superar los 20 metros de
altura, y el sotobosque, formado por arbustos y ca�as
colihue.
La acci�n
humana introdujo especies vegetales y animales ue se han
aclimatado y extendido en el �rea, como la rosa mosqueta,
ciervos europeos, jabal�es, visones y salm�nidos; sin
embargo, contribuyeron, en gran medida, a depredar a las
especies aut�ctonas.
Para
preservar las bellezas naturales de este �mbito, fueron
creados numerosos Parques Nacionales como el Lan�n, el
Nahuel Huapi y el de Los Glaciares que por su
espectacularidad esc�nica, su inter�s geol�gico y el amparo
que brinda al amenazado huemul, la Organizaci�n de las
Naciones Unidas para la Educaci�n, la Ciencia y la Cultura
(UNESCO) lo declar� en 1981 Patrimonio Mundial Natural.
El Parque y
Reserva Nacional Los Glaciares, protege el �rea de los
glaciares que desprende hacia el este el Campo de Hielo
Continental. El glaciar El Viedma, sobre el lago
hom�nimo, y los glaciares Upsala, Onelli, Spegazzini, Mayo y
Perito Moreno en el lago Argentino. Este campo cubre
la cordillera patag�nica a lo largo de 350 kil�metros y es
compartido con Chile.
El glaciar
Perito Moreno es de extraordinaria belleza; lo visitan
turistas de todas partes del mundo. Presenta un frente
de 4.000 metros de ancho y 60 metros de altura, de curiosas
formas producidas por las presiones internas (que se
producen en el interior del glaciar durante su
desplazamiento), la acci�n del agua y del viento y las
diferentes edades de cada capa de hielo.
Los
cient�ficos han comprobado que casi todos los glaciares
retroceden debido al progresivo calentamiento de la
atm�sfera. Pero este no es el caso del Perito Moreno,
uno de los pocos que sigue avanzando.
HIDROGRAF�A
La mayor parte de los r�os del pa�s
comprenden a la vertiente atl�ntica. Los principales r�os
que forman la Cuenca del Plata son el Paraguay, Paran� y
Uruguay; el primero es tributario del Paran�, �ste y el
Uruguay desaguan en el estuario del R�o de la Plata, que se
confunde con el oc�ano Atl�ntico.
El Paran� nace en Brasil, durante 850 km
sirve de l�mite entre Brasil y Paraguay, y los �ltimos 1.710
km de su curso son argentinos. Cuenta con m�s de 200
afluentes. Sobre sus m�rgenes se erigen las ciudades de
Rosario, Santa Fe, Paran�, Posadas, Resistencia y
Corrientes. El r�o Uruguay, tambi�n nacido en Brasil, forma
un gran semic�rculo, sirve de l�mite entre Argentina y
Brasil y luego entre Argentina y Uruguay. Los r�os Pilcomayo
y Bermejo son afluentes del r�o Paraguay. El R�o de la
Plata, que colecta las aguas de todo el sistema, tiene 40
km. de ancho al nacer y 230 km en la l�nea convencional de
su convergencia oce�nica.
Al sur de la bah�a de Samboromb�n desaguan
los r�os del sistema bonaerense: Salado, Quequ�n Grande,
Cristiano Muerto, etc. El sistema patag�nico comprende una
sucesi�n de r�os que por lo general nacen en los Andes y
atraviesan las provincias de R�o Negro, Chubut y Santa Cruz
para desaguar en el Atl�ntico: Colorado; Neuqu�n y Limay que
forman el Negro; Chubut; Deseado; Santa Cruz; Gallegos; etc.
Las cuencas del Desaguadero y de las Sierras
Pampeanas son endorreicas, ya que sus aguas se evaporan, sin
llegar al mar. A la primera pertenecen los r�os J�chal,
Mendoza, Tunuy�n, Diamante y Atuel; su colector es el
Desaguadero. A la segunda, los r�os Sal�, Primero, Segundo,
Quinto y otros menores. Un caso at�pico es el del r�o
Futaleuf�, que se dirige hacia el Pac�fico. En cuanto
a los lagos, los m�s importantes se encuentran en los Andes
patag�nicos (L�car, Nahuel Huapi, Men�ndez, Futalaufquen,
Belgrano, etc.).
Algunos lagos son compartidos con Chile
(Gral. Vintter, Buenos Aires, Pueyrred�n, etc.). Las
lagunas se distribuyen por todo el pa�s y son abundantes en
el litoral bonaerense.
CONDICIONES
CLIM�TICAS
Se denomina tiempo meteorol�gico al estado de
la atm�sfera caracterizado por una combinaci�n de elementos
con valores espec�ficos (temperatura, humedad, presi�n
atmosf�rica, precipitaciones, viento, etc.) en cierto lugar
y en un momento determinado.
Los tiempos que se repiten con
caracter�sticas similares constituyen los tipos de tiempos,
cuya sucesi�n habitual a lo largo de los a�os define el
clima de un lugar, que puede considerarse como un promedio
de los tiempos de ese lugar. El proceso que define el clima
comienza con la radiaci�n solar, que es la cantidad de
energ�a, calor, que el sol env�a permanentemente a la
superficie de nuestro planeta.
Nuestro pa�s se extiende entre los 21� y los
55� de latitud sur, en su porci�n americana emergida. Como
consecuencia queda comprendido, casi en su totalidad, en la
faja astron�mico templada. Solo una peque�a superficie,
ubicada al norte del Tr�pico de Capricornio, se encuentra en
la zona astron�mico c�lida. Pero por la redondez de la
Tierra la radiaci�n que recibe a lo largo de los 33� de
latitud va disminuyendo de norte a sur, por lo que la
temperatura es menor.
Su variaci�n altitudinal, alrededor de 7.000
metros (desde la depresi�n m�xima de -105 metros a la mayor
altura, 6.959 metros sobre el nivel del mar) permite una
gran diversidad de pisos t�rmicos. A medida que se
asciende desciende la temperatura.
Otros factores que influyen en la temperatura
son:
los tipos de suelos; los que son rocosos,
arenosos o salitrosos absorben gran cantidad de radiaci�n
solar y la devuelven a la atm�sfera, aumentando la
temperatura;
la escasa cubierta vegetal determina mayor
insolaci�n, lo que eleva la temperatura.
La distribuci�n de las precipitaciones en la
Argentina responde a dos factores muy importantes que son la
entrada de las masas de aire h�medo, por la circulaci�n
general de la atm�sfera, y la disposici�n del relieve.
La circulaci�n atmosf�rica en nuestro pa�s se
puede dividir aproximadamente a la latitud de la alta
cordillera de los Andes, en San Juan y Mendoza, y del r�o
Colmado. Al norte, predominan los vientos c�lidos y
h�medos del noreste; al sur, predominan los vientos
constantes del oeste, por ello en nuestro pa�s se distinguen
dos reg�menes pluviales: atl�ntico al norte y pac�fico al
sur.
En el r�gimen atl�ntico, las distribuci�n de
las precipitaciones son el resultado del ingreso de los
vientos alisios provenientes del anticicl�n del Atl�ntico
Sur, c�lidos y h�medos que, al encontrarse con frentes fr�os
procedentes del sur, condensan su humedad y se producen las
precipitaciones.
Por eso su distribuci�n es, parcial se
caracteriza por disminuir progresivamente desde Misiones
hacia el oeste y el sudoeste hasta llegar a las Sierras
Subandinas y a las Sierras Pampeanas de Aconquija y de
C�rdoba que por ser frentes de condensaci�n reciben
precipita, ciones de tipo orogr�fico, llegando a superar en
algunos puntos los 1.500 mil�metros. Al oeste de estos
cordones monta�osos las precipitaciones son inferiores a los
100 mil�metros.
El avance de los frentes c�lidos tiene su
m�xima penetraci�n entre setiembre y abril, por eso, las
mayores precipitaciones se concentran en estos meses.
El r�gimen pac�fico pertenece al �mbito de
las mesetas patag�nicas y a la cordillera de los Andes,
desde San Juan hacia el sur, integra la faja continua de
bajas presiones donde los vientos son permanentes del oeste.
De estos se desprenden c�lulas anticicl�nicas m�viles que se
desplazan hacia el noreste provocando modificaciones en el
estado del tiempo en las zonas llanas al norte del r�o
Colorado.
Recibe las m�ximas precipitaciones en oto�o e
invierno, debido a que las bajas temperaturas que se
registran en la Patagonia favorecen la condensaci�n.
Los vientos del oeste producen las mayores
precipitaciones en los Andes patag�nicos, especialmente
sobre las laderas que miran hacia el oc�ano Pac�fico.
Las mesetas registran temperaturas mucho m�s
bajas que en la zona andina, y la escasa humedad que
transportan los vientos se condensa y precipita generalmente
en forma de nieve, aunque en cantidades exiguas, menos de
200 mil�metros.
FLORA Y
FAUNA
La
vegetaci�n, acorde con la variedad de climas y las diversas
formas de relieve, ofrece distintos aspectos. Las zonas
t�picamente arb�reas, como el bosque y la selva, son
relativamente poco extensas, mientras que la estepa, tanto
herb�cea como arbustiva, ocupa una amplia regi�n.
La selva subtropical aparece en Misiones y en
el faldeo oriental de los sistemas monta�osos de Salta,
Jujuy y Tucum�n. Alternan con �rboles que sobrepasan a
veces los 40 m (pinos, cedros, talas, lapachos, laureles,
etc.), helechos, ca�as tacuaras y plantas ep�fitas. Son
comunes los monos, murci�lagos, yaguaret�s, pumas, garzas,
chal�s, cotorras y numerosos ofidios e insectos.
El bosque cubre la cordillera patag�nica (colhues,
tengas, �ires, raul�es, araucarias, alerces, guindos, cipr�s
de la cordillera, arrayanes, etc.). Hay bosques tambi�n en
el Chaco (quebrachos blanco y colorado, urunday, algarrobo,
etc.) y la selva misionera (cedro misionero, pino, peterib�,
lapacho, guayac�n, virar�, incienso, guatamb�, curupay,
anchico colorado, kiri, ibir�-pit�, timb�, palo rosa,
sauces, alisos, ceibos, palmeras, etc.).
La fauna es muy rica en reptiles. Una inmensa
estepa, herb�cea en el este, y arbustivo o arb�rea en el
oeste ocupa gran parte del territorio. En la parte
occidental se encuentran el algarrobo y el cald�n,
abundantes cactos y gram�neas duras. Son comunes el guanaco,
la liebre, la comadreja, el cuis, y en las partes elevadas
el c�ndor, el halc�n, el chorlito, el toro. La estepa
herb�cea constituye la llamada Pampa H�meda, zona de pastos
que se encuentra en la la provincia de Buenos Aires y
regiones adyacentes. Mulitas, peludos, zorros, comadrejas,
�and�es, martinetas, perdices y patos habitan esta regi�n.
Hacia el Norte, en la Puna, crecen cactos,
yaretas, tolas, y viven guanacos, vicu�as, alpacas, llamas,
etc. La Patagonia constituye una estepa arbustivo; en ella
se encuentran liebres, zorros, pumas, guanacos, etc. La
fauna de la costa y del mar Argentino se encuentra adaptada
a la variaci�n clim�tica (ping�inos, focas, cormoranes,
ballena franca austral, elefantes y lobos marinos).