En la llanura chaco - pampeana, en la meseta patagónica
(incluyendo la de Tierra del Fuego), así como también en el
litoral, los españoles encontraron pueblos que vivían de la
caza, de la recolección y de la pesca.
Los
principales grupos étnicos eran los yámas, onas, patagónes,
tobas, mocovíes, abipones, matacos y caingones.
En las
costas del Tierra del Fuego habitaban los yamanas. Se
desplazaban en canoas de corteza de árbol, recolectaban
mariscos y erizos de mar y cazaban lobos marinos. Pese al
intenso frío llevaban poco abrigo; solo un manto corto de
piel de lobo marino. La vivienda era una armazón de ramas,
recubierta con cueros y cortezas. Formaban grupos pequeños
integrados por unas pocas familias.
En la
Patagonia y la Pampa vivían pueblos que se parecían entre
sí. Todos ellos, por ejemplo, aprovechaban la rica fauna
propia de cada región: los onas de Tierra del Fuego y los
Patagónes de la meseta patagónica se alimentaban
fundamentalmente con la carne de los guanacos. Los pampas de
las llanuras bonaerenses perseguían venados, en ese tiempo
muy abundantes. También aprovechaban la carne de los ñandúes
y distintas raíces, semillas y frutas silvestres.
Todos
estos grupos perseguían a sus animales de a pie, usaban para
cazarlos arcos y flechas con puntas de piedras y también
boleadoras. Asimismo usaban estrategias para matar a los
animales. Todos eran nómades: se desplazaban dentro de
amplios territorios en busca de alimento. Sus viviendas
eran transportables y las confeccionaban de pieles de
animales o mantas tejidas por las mujeres aborígenes.
La
llegada de los españoles al territorio argentino produjo un
gran cambio en la forma de vida de los cazadores de la
Patagonia y la pampa. Los españoles introdujeron caballos,
los que se multiplicaron rápidamente en las llanuras. Los
indígenas empezaron cazándolos, como antes hacían con los
guanacos o los venados, pero pronto, a fines de 1800
aprendieron a montarlos.
Los
Guayacurúes y los matacos habitaban en montes y bosques del
litoral del Paraná y la llanura del Chaco. Cazaban ñandúes,
tapires, venados y pecaríes. Pescaban habitualmente en los
ríos (con redes y lanzas). Las mujeres recolectaban frutas
de la región: algarrobo, chañar. Sus viviendas eran chozas
de ramas arqueadas. Las mujeres hacían recipientes de
cerámica, y tejían con caraguatá.
Entre los
ríos Paraná y Uruguay vivían los pueblos caingong. También
eran nómades. La araucaria misionera le brindaba sus frutos,
a los que se agregaba el producto neto de la pesca, la
cacería de venados con arcos y flechas de punta de piedra
tallada, pecaríes y cuíses. La miel y la larva de insectos
completaban la dieta.
Pueblos de agricultores incipientes:
Los
guaraníes habitaban en la región de la mesopotámia y
convivían con otros pueblos. Se dedicaban al cultivo de la
tierra: mandioca, maíz, batata.
Estos
pueblos eran sedentarios, vivían en casas grandes
rectangulares, construidas con madera y hojas de palma y
tejían buenas telas de algodón con las que se vestían.
La
proximidad al río los hizo navegantes, y para la caza y
pesca fabricaron hachas de piedra pulida, arcos y flechas
que utilizaban para obtener los alimentos.
Los
huarpes, que constituían un pueblo
bastante sedentario, vivían en la zona de cuyo. En el
momento de la llegada de los españoles, habían aprendido de
sus vecinos de los Andes a cultivar maíz y también la quina.
Pero, al mismo tiempo practicaban la recolección de frutos,
especialmente los de algarrobo, con los que fabricaba una
harina dulce llamada patay.
También
eran buenos cazadores, perseguían venados durante varios
días sin permitirles comer ni beber, vivían cerca de la
laguna de Guana Cache y allí pescaban navegando en unas
balsas de juncos fuertemente atados.
Hacían
buena cestería y cerámica. Durante el último siglo previo a
la llegada de los españoles, llegaron los incas hasta las
tierras de los huarpes, a los que enseñaron a cultivar
mediante el regadío, pero perdieron su independencia.
Pueblos de agricultores intensivos:
Se
ubicaron en la zona del noroeste de la argentina, vivían
agrupados en pueblos formando parcialidades que los
españoles conocieran con nombres distintos: entre estos se
destacaban diaguitas, de los valles calchaquíes de
Salta, Tucumán, Catamarca y La Rioja; los onaguacas,
de la quebrada de Humahuaca; los atacamas, de la
puna.
Todos
estos pueblos eran sedentarios. Su principal actividad
estaba basada en el cultivo, hacían acequias y andenes de
cultivo para aprovechar el agua. Sus principales cultivos
eran: la papa, la quina y el maíz, con éste fabricaban la
chicha, una bebida alcohólica.
Comían
llamas, obtenían leche y lana y las utilizaban de
transporte.
En los
lugares altos de las quebradas y pasos construyeron un tipo
de fortificación llamada pucará. Trabajaron el cobre, la
plata, el bronce y el oro.
En el
norte de Córdoba se ubicaron los comechingones.
Cultivaron la tierra, especialmente el maíz y la quinea.
También criaban y domesticaban llamas cuya lana usaban en
los hilados.
Trabajaban la piedra con lo que hacían morteros, tenían
flechas y cuchillos que fabricaban con piedra y hueso.