Es
una variante del erke pero más pequeño ya que no excede de 15
cm. de largo. Se trata de un clarinete rústico compuesto por
dos piezas, una boquilla de caña - diez a doce centímetros de
longitud- con una lengüeta, y un pabellón - cuerno- que
amplifica el sonido.
Estos son producidos por presión del soplo y varían según se
introduzcan más o menos la lengüeta en la boca.
Tradicionalmente se los acompaña con golpes de caja que el
mismo ejecutante de erkencho tañe con la mano derecha.
Se usa especialmente en el noroeste argentino. Es un
instrumento de verano. Su ejecución comienza a principios de
noviembre y se prolonga hasta el Miércoles de Ceniza.
El timbre de los sonidos es grave, vibrante, muy expresivo,
pese a la simplicidad de las improvisaciones melódicas de los
intérpretes.
Esta versión del erke está
destinada a los meses de calor y se ejecuta solamente desde el
Día de todos los Santos hasta el Miércoles de Cenizas.