El
bombo legüero ó criollo, no se conoció en Argentina hasta la
llegada de los españoles a estas latitudes, aunque había
un instrumento de características similares conocido como
bombo nativo .
El bombo nativo, como muchos instrumentos de percusión étnicos
surge por una necesidad del hombre de expresarse a través de
la música en festejos y rituales religiosos.
La utilización de parches (piel de animal ) aparece mucho
después de lo que se cree. El hombre primitivo antes de
utilizar las pieles curtidas como membranas usa los troncos
ahuecados como instrumentos de percusión.
La evolución permite a este hombre llegar a probar la piel de
animal como parche para golpear y obtener mayor volumen de su
instrumento. A los troncos ahuecados se les colocó la piel de
animal de muchas formas, primero sobre su boca estaqueándolo
al piso pero al secarse el cuero , este se contraía y aflojaba
las estacas quedándose sin tensión, luego se perfeccionó y lo
ató con tientos alrededor de la boca, y lo que ocurría con
este sistema es que al golpearlo los cueros se aflojan y se
les hizo una canaleta alrededor de la boca para que el cuero
no se afloje, etc.
La evolución continuó hasta llegar a lo que se conoce como
bombo primitivo. Pero todavía el cuero (parche) no lograba
tensarse bien y se utilizaron varias formas de tensado, hasta
llegar a usar una rama de junco o mimbre dispuesta alrededor
de la boca formando un aro del que se ataron los tientos, con
el cuero (parche) dispuesto de tal forma que al estirarse
estas tiras de cuero arrastraban los aros y el parche al mismo
tiempo, lográndose la tensión del mismo.
De esta manera queda conformado el llamado bombo nativo
antecesor directo del que se conoce hoy como bombo legüero
cuyo sonido realmente se escuchaba de muy pero muy lejos, de
ahí su nombre.
Con la llegada de los españoles y los tambores militares,
junto con ellos, inspiran a los nativos a incorporar aros de
madera de donde atan los tientos pasándolos por unos anillos
llamados tensores, y así nace el bombo criollo.