Página declarada de Interés Cultural por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires por Resolución Nº 374/07 del 15/11/2007
Adherida a la Federación Argentina de Instituciones Folklóricas F.A.I.F.
 

COSTUMBRES - EL RUTUKUY
Primer corte de cabello

 

 Chuhcha Rutukuy, es una voz compuesta de origen quichua, "Chuhcha" significa cabellera y "Rutukuy" es el acto de tonsurar o recortar por primera vez el cabello de un niño. Aún subsiste entre las familias aborígenes de la quebrada y puna y sus descendientes, una antiquísima ceremonia llamada "Chuhcha Rutukuy".
Consiste en el primer corte de cabello que se le hace a los niños, habida cuenta que, de acuerdo con esta creencia ancestral, hasta cierta edad no se debe hacerlo para no atraer sobre la criatura enfermedades, daños o algún tipo de maleficio que de una manera y otra, signarían perniciosamente su destino.
La virginal tonsura da motivo para que se la considere todo un acontecimiento familiar y sea celebrada entre amigos y parientes en una alegre fiesta, donde el ceremonial varía de una comarca a otra, si bien no difiere en lo fundamental. En principio, se designan los padrinos del niño que ejercerán a lo largo de su vida una tutela a la manera cristiana; ellos y los padres serán los encargados de ejecutar las ofrendas debidas a la pachamama como preámbulo de la diversión, sin perjuicio que, a continuación, cada uno de los invitados haga lo propio.
Promediando el agasajo, se entregan tijeras a los padrinos que proceden a cortar una pequeña trenza de la cabeza del párvulo, que guardarán con celo y cariño por su doble condición de talismán y parentesco. Ello obliga a retribuir la distinción y luego del tijeretazo inicial, se depositan en la bandeja que un asistente presenta, obsequios en dinero, en oro y otros presentes.
Suele prenderse a veces en la ropa del niño, el dinero que se obsequia hasta cubrirlo por completo en ocasiones en las que, padrinos y asistentes, disfrutan de cierta holgura económica. Los invitados, hacen lo propio con las trenzas del niño y los regalos, sin que, cuando las primeras se acaben, se suspendan los obsequios.
Los valores mágicos que el hombre adjudica a sus cabellos en la puna, tuvieron vigencia en las más lejanas y primitivas civilizaciones de la humanidad. Sin aparente conexión unas con otras, diferentes culturas le concedieron al cabello cualidades esotéricas similares, como continuación de la figura misma del hombre, que crece y se expande a la manera de los rayos de un sol o con la simbólica finura del pensamiento, fuente invisible quizás de su materialización exterior.
Pablo Fortuny recoge en los valles calchaquíes una superstición difundida entre los aborígenes, vecinos cercanos de nuestros puneños: "los cabellos que se cortan deben ser enterrados o quemados. El pisarlos trae desgracia o enfermedades. Suelen, para evitar lo expresado, colocarse en los intersticios de los adobes". También está difundida la creencia que el que tiene mechones ajenos puede controlar la conducta del que lo ha perdido, hasta tal punto que hiriendo el cabello se hiere a quien fue su dueño.
Los incas por su parte, como dijimos, guardaban en lugares sólo conocidos por ellos los cabellos y las uñas cortadas. La razón de tal medida se explica en el "próximo vivir", es decir en la resurrección, momento en que tendrían necesidad de recobrarlos.
Quizá por todo lo expresado, durante el Chuhcha Rutukuy, los cabellos del hijo amado irán con quienes lo quieren bien y los depositarios a su vez tendrán su cuota de protección, pues todo lo que provenga de un ángel o su extensión tiene amparo de los dioses por su incontaminada pureza y su natural alianza con la bondad infinita.
 
Fuente: A. P. Paleari, Antonio: Diccionario Mágico Jujeño.

 

              fuente:Folkloredas 194 de Juan Carlos Fiorillo

 

 

 

 

 


  Telefax: (54-11)4308-4290 (54-15)6337-1959-
  email:
   consultas@folkloretradiciones.com.ar

 


2004/2016 -© Folklore Tradiciones
Todos los derechos reservados