El
cuchillo, las boleadoras y el rebenque eran prendas
inseparables en la vida del gaucho de Sudamérica, por ser
útiles para el trabajo, la vida cotidiana y la defensa. El
rebenque es un látigo corto que tiene en un extremo una lonja
de cuero de longitudes más o menos similares a las del cabo o
mango. Los había de mangos de plata, trenzados en cerda, o en
cuero, con pasadores de plata y cincelados, con una argolla en
la agarradera. Como era costumbre de aquella época, los
diferentes rebenques -con sus variadas materias primas-
existían de acuerdo a las posibilidades económicas de cada uno
de los que los usaban. Existen verdaderas obras de arte
realizadas por reconocidos plateros de Argentina. En la
antigüedad, cuando el correo era en base a un jinete que se lo
conocía como "chasqui", ciertas misivas privadas y muy
importantes se llevaban en el rebenque chasquero. Este
rebenque tenía el cabo hueco donde se ocultaba el mensaje.
Otro típico rebenque es la "guacha". Con mango corto y gordo,
la guacha posee una lonja de cuero ancha y gruesa en su
espesor. Este rebenque es muy usado por los domadores, porque
al castigar al animal, el golpe hace más ruido -asustando al
caballo- que lo que daña al animal. El paisano modesto -sin
dinero- usaba el rebenque común con cabo y lonja de cuero,
llamado vulgarmente "talero". También se usaba en la
antigüedad el rebenque de trabajo de rebenque de cola, que se
confeccionaba usando una madera liviana y resistente, con una
cola de vaca. El gaucho usa el rebenque naturalmente con
elegancia, enganchado en dos dedos. No se usa colgándolo de la
muñeca. Cuando andaba caminando -no sobre el caballo-,
generalmente lo colgaba del facón que llevaba terciado en la
cintura.
El rebenque en manos de los paisanos o hombres del campo
argentino, no solamente fue herramienta de trabajo sino
también un arma eficiente para resolver entreveros en forma
drástica. De esta forma se evitaba la utilización del
cuchillo, que generalmente, terminaba con fin trágico para
alguno de los contendientes. Siendo muchas veces peleas
ocasionadas por discusiones o diferendos triviales. Y para
cerrar esta nota, es bueno recordar el dicho criollo que dice:
"Dios castiga sin palo, ni rebenque" A buen entendedor...
El rebenque fue pilcha o
prenda, útil de trabajo y hasta arma, que enarbolado en su
mano derecha o colgando displicentemente de su muñeca, fue y
es inseparable de la figura de nuestros hombres de campo,
desde los changadores y gauderios del siglo XVIII. a gauchos,
y paisanos actuales.
Existen varios tipos o clases
de rebenques que son variantes unas de otras: "cola de tatú",
guachas, lagartos, de argolla, taleros.
Pero el rebenque consta, en general, de
tres partes, que son: el mango, que puede tener cabeza, pomo
o argolla en su extremo superior; la manija, allí sujeta, por medio de la
cual se le cuelga de la muñeca, y en el extremo distal, la
azotera o lonja para castigar el animal.
Normalmente el cuerpo va revestido de cuero o esterillados
de tientos. a veces con virolas y hasta malla de plata en los
de lujo.