El
rancho era la habitación de casi todos los habitantes del
campo y estaba hecho de "chorizo" y paja quinchada.
"Chorizo" se llamaba a la masa de paja y barro con que se
levantaban las paredes, y paja quinchada a la que se usaba
para el techo: unos manojos de pajas largas atados con un
junco o quinchos, que de ahí le viene el nombre.
Las paredes y el techo estaban sujetos por un armazón de
troncos elegidos más o menos rectos e inteligentemente
distribuidos, con lo que daban solidez a la vivienda.
La palabra rancho deriva el
antiguo alto alemán: hring, círculo de gente, asamblea.
Vivienda primitiva, otrora típica en el campo argentino y que
aún se construye, aunque en cantidad reducida.
Algunas clases de rancho se construían con gruesas ramas de
árboles , clavadas en el suelo a distancia prudencial,
formando un rectángulo de aproximadamente 3x4 m de acuerdo con
las necesidades de quienes serían sus habitantes. Otras, se
levantaban con quincha - entramado de junco o totora-
las más humildes (casi siempre se utilizaba en dependencias
accesorias), piedra (sólo ocasionalmente) y tapia (en la
actualidad solamente se usa en corrales y cercados). Con techo
de ramas y sin paredes, sostenido por 4, 6 u 8 postes clavados
en tierra, la ramada o enramada, accesorio casi
indispensable del rancho, servía para proteger el palenque
donde dejar sujeto el caballo, para sentarse a su sombra, a
matear y para los usos más diversos, como guardar los aperos y
los útiles de trabajo, como prolongación de la cocina, para
hacer asados y hasta para dormir en noches calurosas.
En la cocina se ubicaba el fogón, alrededor del cual solían
reunirse sus moradores y visitantes.
Se usaban para sentarse trozos de madera o cráneos de caballo
o vacuno y para dormir cueros de carnero.
Antes, todo se sujetaba con ataduras de tientos previamente
mojados, y que al secarse se apretaban en tal forma que solo
cortándolos se sacaban. El alambre y los clavos no estaban al
alcance del gaucho de tierra adentro.