Chacarera
Letra y música
Horacio Banegas
¡Que bello cuando afloran recuerdos de la
infancia! Y estos pueden ser retratados en una
canción como los hace Horacio Banegas en Tiú Chackra.
Su relato por sencillo es más valioso.
Cuando empecé a visitar el Departamento Robles en
Santiago del Estero, era un conglomerado de 10 o 15
casas muy espaciadas entre sí en medio del monte con
la vegetación clásica de la provincia tusca,
algarrobo, cachiyuyo. Yo llegue muy jovencito
porque me llevaban los hermanos de mi cuñada cuando
volvían de haber trabajado en la cosecha de papa en
Balcarce o Mar del Plata. Primero pasaban por mi
casa en Tala Pozo a visitar a su hermana, y me
invitaban a ir a ver a su familia. A mí me resultaba
muy curioso el cargamento de regalos que llevaban
para la madre y todos los suyos; la radio nueva, una
bicicleta eran algunos de sus ofrendas. Y todo lo
cargaban en el colectivo Sumaj, hacíamos el
recorrido desde Santiago Capital hasta Higuera por
lo que había sido el Camino Real, en el desvío de la
34 hay una ruta a la derecha que llega hasta Higuera
pasando por Robles, hoy asfaltada en la mayoría de
sus tramos pero en ese momento era todo tierra, con
esos clásicos colectivos que llevaban canastos,
gallinas, bultos de todo tipo, sobre el
portaequipaje que despertaban mi curiosidad de
niño. Ha quedado retratada esa postal en mi
memoria. En Robles he conocido a la familia
Saganías y todos sus vecinos. Ahí he conocido al
personaje del que hablo en la chacarera Ishico-apocope
de Isidro en quichua- Lastra. Me impactó verlo con
su pantalón gris de lana, un pullovercito, pañuelo
azul a lunares, saco gris y sombrero marrón. ¡Todo
esto llevaba puesto en pleno verano santiagueño!
Pero con un detalle; descalzo, con una plataforma
encallecida en los pies porque vivió así toda su
vida, que sumó más de 100 años. Yo quedé impactado
por su presencia. Junto a sui hermano Bali se
ocupaban de hacer mandados, llevar mensajes, por
unas pocas monedas, charlaban en una y otra casa,
tomaban mate, sin actividad con un fin fijo, gente
mayor muy querida que se extrañaba cuando no
aparecían. Obligando a preguntar-“¿Que le ha
pasado al Ishico que no ha venido?, ¿estará
enfermo?”-, y alguien contestaba- No, ahí he
visto los rastros que se iba para la Argelia-
Todas esas cosas me
han quedado grabadas en la memoria. Hacíamos un Km.
y medio caminando a las 4 de la mañana porque el
colectivo Sumaj pasaba una sola vez, si lo perdíamos
había que esperar otro día
volvía a las 5 de Higuera, y a veces en pleno
invierno nos vimos obligados a hacer fogatas al
costado de la ruta con balde o cachiyuyo seco para
templarnos un poco en medio de semejante frío.
Siempre oía los comentarios que bajo la sombra de
tala o molle espantaban, porque habían encontrado un
cementerio indígena, vasijas con cabezas o
esqueletos. Yo pensaba que lo decían para darme
terror pero después confirmo que existen en el Museo
arqueológico los restos que se han sacado del lugar.
En
el año `70 hago la chacarera.
Tiú Chackra, lindos recuerdos
que me están hoy remozando
a tus montes silenciosos
se me hace estoy llegando.
Desde Robles me acompaña
una alegre polvareda,
que el viento deja jugando
en la siesta tiúchackreña.
Sombrita de tala o molle
sombrita para el camino
las ánimas de los indios
cuidan el suelo querido.
Estribillo
Galopan mis ansiedades,
ya voy llegando a destino
me llevan los rastros claros
de Ishico por el camino.
Y
en busca de la cosecha
los hombres que se te han ido
regresan m anos curtidas
dichosos de sus destinos.
De
nostalgia y de recuerdos
este cariño sentido
por la gente que conozco
yo te canto agradecido.
De
Tiú Chackra la colonia,
por Robles o por Tomilla
mi corazón y mis sueños
irán quedando en semilla.
Estribillo
CARLOS
ARANCIBIA