Santiago
de Estero, tierra fecunda en cultores nativos, ha acunado a la
sombra de sus montes los ritmos más tradicionales de nuestro
mapa musical. Allí nació y se crió Don Sixto Palavecino., 91
años dedicados plenamente a difundir la lengua
quichua-santiagueña mediante sus canciones “ overitas” o en
quichua y “castilla”. Peluquero de oficio, violinisto
autodidacta ha paseado su música por los mejores escenarios
dejando su mensaje bien “sachero”. Más de 300 canciones llevan
su firma como autor o compositor. “Para mi bombo legüero”,
“Abandoné mi querencia””Huacka Chiara” “Salamancapi”
“Alojiando” “Violín sachero””Juntando mistol”. En gatos,
escondidos, milonga, vidalas ,triunfos, remedios o villancicos
ha pintado con temática variada la flora y fauna del monte,
costumbres, mitos y devociones, desarraigo , el elogio y el
respeto permanente a la mujer, o un sabio consejo para su
paisano. Incansable trabajador cultural ha traducido a la
lengua quichua el Himno Nacional Argentino y el Martín Fierro,
cuya presentación en Buenos Aires contó con la presencia de la
bisnieta del inmortal J. Hernández.
Mientras las chicharras aturden la
siesta santiagueña en las afueras de Santiago del Estero, el
taxi me lleva de memoria entre las calles de tierra a la casa
de Don Sixto, quien suspendió su descanso para recibirme.
-¿Cual el la causa de su defensa
permanente de la lengua quichua?
-¡Bienvenida! Estoy contento de poder
defender la lengua de nuestros mayores para que no
desaparezca, por eso en todos los sitios que he andado siempre
he musiqueado y cantado en quichua. Al idioma lo traigo desde
el vientre de mi madre, ella ha sido quichuista pura, las
primeras palabras fueron dichas o escuchadas en esa lengua,
como no defenderlo cuando mucha gente siente vergüenza de
hablarla. Es una lengua madre como cualquier otro idioma,
¿Entonces porque no hacerlo nosotros?. Siempre mis trabajos
han sido así, hablar, traducir y explicar las costumbres de
este Santiago de Estero. Mi madre era del mismo lugar que yo
he nacido Barrancas, departamento de Salavina, aunque hoy ya
los mayores están todos fallecidos, nosotros nos hemos criado
mamando esa lengua y todo lo bueno de las costumbres y
vivencias, gracias a las enseñanzas de ellos. De niño apenas
amanecía andaba atrás de mi madre con una soguita, enlazando
corderitos y ayudándola... esos eran mis juguetes.
-¿Cuándo lo llama la música?
-Era una criatura de 9 años cuando hice
mi primer violincito yo mismo, y lo tocaba a escondidas,
porque mi madre no quería ella pensaba que cuando grande iba a
ser un calavera, un trasnochador , Aunque con mi insistencia
después la he vencido, en ese momento decidí llevármelo al
monte a ese sacha violín, yo le digo violín
sacherito.(montaraz)
-¿Donde lo guardaba para guarecerlo de
la lluvia?
-Bueno, todos los días iba arriando mis
animales, bajaba del caballo y me iba derechito a un quebracho
añoso. En su hueco, seguro el ha tenido visitas todas
sacheras, pájaros, distintos animalitos, yo lo imagino hacer
reuniones con las visitas. Lo más seguro que en el mundo no
debe haber otro que viviera en el monte teniendo como estuche
el hueco de un quebracho. Durante mucho tiempo ha vivido
escondido, después lo he sacado para guardarlo en el corral y
de allí finalmente a la casa. Para cuando lo encontraron ya
había aprendido en el monte a tocar algún gato, alguna
chacarera entonces cuando me descubren me dieron vía libre
como dicen ahora.
-Ya lo trajo con la música incorporada.
-Totalmente, así lo considero yo a ese
primer violín hecho por mí, muchos me preguntan por él, no sé
que se ha hecho, ha desaparecido, fui consiguiendo otro y otro
hasta que me quedé con el que me acompaña todavía desde hace
60 años..
-¿Como prolifero autor habrá compartido
muchas canciones y vivencias , tiene algún músico preferido?
-En uno de mis traslados de mi Salavina
a la capital santiagueña me encontré con el primer amigo
querendón de las mismas cosas del folklore. Un hombre que me
apoyó muchísimo en la idea de llegar a la radio para contar y
cantar . Y Felipe me acompaño junto a Vicente Salto, el
profesor Domingo Bravo, Julio Ayunta y muchos más que hemos
compartido la misma vivencia para formar el “Alero quichua
santiagueño”., Una idea traída desde mi pago y que ha sabido
refugiar a mucha gente. Siempre que se anime bienvenido es. Yo
he recibido a los más humildes quichua hablantes, no
hablantes, musiqueros conocidos o no siempre . el 6 de octubre
de l969 hasta la fecha sigue vigente por LV11 Radio del Norte
de Santiago del Estero hoy LRA 21 Nacional.
-Siempre con el mismo sentimiento.
-Totalmente, por ahí pasan los músicos,
artesanos, poetas , escritores de todo el país. Queremos dar
buenos ejemplos a los chicos para que tomen un camino abierto
, y sano para no andar tropezando en el camino con las mismas
piedras que nosotros.
-¿ De todos los ritmos cual es el
preferido?
-Sin duda el remedio Ampisunaas amorani
es uno de mis preferidos porque es el ritmo que más se ha
dejado de costado, lamentablemente no es el único. Tengo otros
remedios pero no me agradaron demasiado entonces no los he
grabado. Así en todas las cosas lo que no me gustó no las
hice. O no las terminé. Como músico uno debe hacer lo que se
usa en las danzas porque lentamente los bailarines
profesionales fueron haciendo gato, escondido, zamba o
chacarera solamente. Antes en la época de don Andrés
Chazarreta, Los hermanos Abalos o Julio Jerez para nombrar
algunos de los tantos que tenemos en nuestra provincia se
bailaba la huella, el remedio, el pala-pala, la firmeza, el
palito...
-Don Sixto, Ud. afirma que cuando no le
gustaban las canciones no las terminaba. ¿No le parece que en
estos tiempos los autores tomaron velocidad creativa?
-Demasiada, a veces me preguntan porque
es diferente la manera de tocar. Todo va adelante, todo va
creciendo. La juventud viene por ese camino de hacerlo tan
moderno que se olvida de las raíces. Eso no es lindo. Yo
siempre les digo primero arranquen desde las raíces, después
hagan todos los firuletes que quieran hacer por los gajos del
árbol, pero sus raíces no las toquen.
-Cuando se rompen las nervaduras es muy
difícil que llegue la savia.
-¡Claro que sí! Lo malo que no solo los
jóvenes están interesados en hacer arreglos “especiales”, no
puedo decir que esté bien o mal, pero la mano cambiando o
modernizando como si fueran jóvenes cuando nosotros debemos
darles el ejemplo porque sino se tergiversa la obra.
-¿Piensa que al público le gusta más
así?
-Bueno...al público le comienza a gustar
porque le hacen escuchar hasta el acostumbramiento, antes
tocábamos una canción arrancando desde nuestras raíces, ahora
a los nuevos se les da por el lado de “ modernizar” como dicen
ellos porque aclaran que no se debe estar solo en las cosas de
antes, pero no hay que desfigurar, hay que arrancar cuando
debe ser, como corresponde.
-Cuando comenzó era un joven cantautor,
tenía etapas más separadas en el tiempo del hombre, no los 5
años que pueden marcar hoy la diferencia
¿ se lo hacían notar los mayores?
-No. Es que nosotros amábamos la música,
de chicos nos hacían cantar en la escuela temas folklóricos,
desde esa época hemos aprendido a amarlos con toda el alma.
Pero estoy contento todo lo sembrado no está perdido, la
semillita irá brotando poco a poco, porque el sol a veces es
escaso, pero renacerá para formar nuestra identidad.
-Cuéntenos que sucedía en Av. Belgrano y
Alsina de la capital santiagueña.
-Estaba mi peluquería, (hoy está un
negocio de otro ramo). Por esa dirección han pasado músicos de
alta talla, son tantos que no los nombro para no aclarar
preferencias que no poseo. Todos interpretan las canciones de
diferente manera, pero todos defienden con la misma intensidad
nuestra cultura. En la provincia tenemos muchos muy buenos,
pero no pueden salir porque no les permite la parte económica,
entonces se quedan acá nomás y se desperdician. Y en el monte
hay muchísimos con un arte más puro pero son tan pobres que no
les alcanza ni para llegar a la ciudad, tienen el destino del
tacko (se lo nombra así al algarrobo “el árbol” ¿sabe cual es?
-Ser mueble frailero..
-¡Claro
que sí! nuestros montes se van terminando, la riqueza forestal
con tantas especies taladas. Antes el tacko servía para todo
no solo como madera, de su algarroba madura se hacía añapa,
agua muerta, aloja , bolanchao y sin embargo hoy se
desperdicia todo como los músicos que esta tierra sigue
brindando y se van desperdiciando igual que el árbol......
Mientras el taxi reclamaba mi atención a
bocinazos porque perdía el ómnibus a Buenos Aires. Don Sixto
levantaba su copa de despedida bendiciéndome en quechua,
celebrando la vida.......
Manaraq mundupi chayas Y seguiré
conservando
Noqa uycsap quichuap samas como un
tesoro conmigo
Tucuy mamay qohasqanta sagrada lengua
del Inca
Cuydaq cani cunan cama. Hasta mi último
respiro
SENDA FOLCLÓRICA
: Graciela Arancibia
Nota: Un agradecimiento especial para
Silvia Majul que me invitó a Santiago del Estero donde pude
tener una de las grandes emociones de mi vida como fue
reencontrarme con Don Sixto Palavecino.