En esta
zamba Ramón Navarro refleja lo que todos y cada uno de
nosotros hubiese querido retratar de esa casa en la que
transcurrieron los años de la infancia.
-La casa quedó para siempre en una zamba que
es un buen lugar para que quede, además de mi corazón, Este
espíritu de los patios de la casa vieja donde alguna vez
gateé, jugué al carnaval por primera vez, todas esas cosas
que nos suceden a todos, comunes pero al descubrirlos de
cierto modo, acompañado de con una determinada música, esa
realidad tiene otro sentido siendo propia a la vez es
colectiva, aunque no todos son observadores de su pequeño
entorno. Provengo de una familia de músicos de alma, no de
profesión. Mi padre era odontólogo, amaba el arte, la
pintura, la música. Por esa casa vieja pasaron todos los
artistas que iban a La Rioja. Papá iba a buscarlos a la
radio LV14, en ese momento, único medio donde aparecía un
artista y lo traía a compartir unas empanadas, un quesito,
unas aceitunas y algún vinito y se armaba una fiesta. En mis
años primeros yo miraba desde debajo de la silla. Ahí estuvo
Canaro con Mariano Mores, Jaime Dávalos venía a revisarse
la dentadura y se quedaba horas charlando de poesía, de
pintura, Acosta Villafañe, tantos…Otra de las cosas que
heredé de mi padre es la pasión por el fútbol. El era
presidente de la liga de modo que todos los equipos que
visitaban la provincia pasaban por casa. Ya en esa época
Papá me hacía cantarles a todos ellos, aunque estuviera
muerto de miedo.
Después que falleció mi padre, mi madre quedó
prácticamente sola en la casa enorme, nosotros nos habíamos
ido para formar pareja, nuestro propio nido, entonces ella
decidió venderla después de mucho pensarlo. Entonces la
visité para guardar en la memoria ese patio con sus nidos,
olores y colores antes que desaparezcan y escribí estas
coplitas para mí. Un día se la hice a escuchar a Cabezas de
los Chalchaleros, quien me dijo.-“Es una zamba hermosa,
la vamos a grabar”- Cuando empezó a caminar me decían
–“Eh! Usted ha pintado mi casa”- “No, es la mía”-les
aclaraba, lo que pasa que las casas provincianas tienen
muchas cosas en común, los patios el limonero, el jazmín.
La gente se siente identificada con eso.
I
A mi recuerdo se asoman
todas las cosas de cuanta
de patio, parral y luna bis
se va pintando esta zamba
Unos nacido en la infancia
que va creciendo en el tiempo
con el perfume de azahares bis
y de jazmines al viento
II
Cada baldosa en el patio
guarda un recuerdo querido
cada geranio es un sueño bis
de tiempos ya florecidos.
Guardan manteles tendidos,
que en las noches navideñas
saben de dichas y ruegos, bis
y también saben de penas.
Estribillo
Patio de la casa vieja,
color de siestas soleadas,
mate de largas tertulias,
prendidas dentro del alma,
que lindas cosas de cuanta
me van pintando esta zamba.