Minga
es una palabra quichua que se refiere al trabajo
comunitario. Por ejemplo, si yo necesito hacerme una
casa, llamo a los demás miembros de mi comunidad y entre
todos la construimos. Claro que yo les daré de comer y
beber, y cuando alguien más necesite ayuda estaré
obligado a participar en esa minga.
Minga
consiste en "solicitar en el trabajo la ayuda de otros,
prometiéndoles devolverles el servicio de la misma
manera", reunión de vecinos en la que se hace un trabajo
en colaboración y que se termina con una fiesta a cargo
del dueño de casa".
He ahí
comprendidos los caracteres fundamentales de la minga.
Se trata pues
de una forma de prestación de servicios que en algo se
parece al contrato de trabajo pero que se diferencia de
;éste en aspectos capitales.
... El
contrato de trabajo crea una relación de subordinación
entre el patrón y el trabajador, relación que se concreta
en dos consecuencias inmediatas; el poder de mando que
asiste al empleador, y el deber de obediencia a cargo del
empleado.
... En la
minga nada de esto ocurre. Aquí la libre iniciativa tiene
un amplio campo, y normalmente el "dueño" del trabajo no
da órdenes ni imparte instrucciones. El se encarga de
atender a los concurrentes todas las comodidades
posibles, de brindarles las buenas empanadas o pasteles
que para el caso se han preparado; de hacer correr entre
los asistentes el vaso de vino, caña, aguardiente o
aloja, que se ha reservado especialmente para tal
circunstancia.
En todo caso
si es necesario orientar la labor que por algún motivo
requiera cierta experiencia, quien formula las
sugerencias, consejos o instrucciones, es el vecino más
experto en la tarea que se realiza.
... Otra
profunda diferencia de la minga con el contrato de
trabajo radica en la gratitud con que los mingueros
prestan sus servicios.
En el
contrato de trabajo la remuneración del trabajador por el
empleador constituye una circunstancia obligada.
Los
mingueros, en cambio, no reciben retribución pecuniaria
alguna. Pero reciben otras de índole moral y también
material.
Cuando la
cosecha de maíz ha sido buena, el dueño obsequia a los
vecinos que han concurrido en su ayuda y que carecen de
tal sementera, una buena cantidad de maíz. Si todos han
sembrado, la cosecha se hace entonces por turnos.
Cuando se
carnea, además del consabido
asado, se acostumbra a regalar a los concurrentes algún
matambre, tira de costilla, etc.
Además la
colaboración prestada crea para quién la reciba, el
compromiso moral de ofrecer igual servicio cuando el
vecino lo necesite.
Pero en
general la retribución más codiciada es la fiesta,
comilona o baile con que el dueño de casa agasaja a los
invitados y que constituyen la culminación de una
costumbre tradicionalmente aceptada, donde el desinterés,
la sana alegría y el vehemente deseo de servir a los
demás, configuran un estilo de vida profundamente
argentino y profundamente americano.
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