Una
larga charla nos juntó en Bahía Blanca con ese talentoso
cordobés a quien conocí hace unos años en Cosquín como
integrante del trío Síntesis. Entre tantas historias de
sus canciones desgranó esta:
El Mogote es una lomita que
tenemos en Río Cevallos. Ha sido para muchas
generaciones un punto de referencia, de caminatas.
Desde la cima se la ciudad de Córdoba, que está a 30 Km.
al sur. Y hacia el norte te adentrás en las sierras.
Hay otro lugar turístico” las pisaditas”, llamado así
porque la erosión en la piedra volcánica dejó rastros
que parecen pisadas de indios, y hay toda una leyenda
sobre ese tema. El Mogote aparte de ser conocido por la
gente de la zona, para mí tiene un encanto especial,
está de centinela a unas cuadras detrás de la casa de
mis viejos. Al empezar a cantar la chacarera se arrimó
gente de 3 generaciones para contarme sus historias con
El Mogote. Un hombre me dijo que “Éramos chicos en la
revolución del ´53, pero recuerdo que subíamos y desde
allí veíamos caer las bombas en la ciudad de Córdoba”.
Hubo gente que se acordaba de haber subido con su padre
o abuelo. De chango yo me sentaba en sus piedras para
soñar.
Recitado
A espaldas de mi casa
paterna vive el Mogote, un gran cerro que en realidad no
es más alto que los otros, pero este dio un paso al
frente y se adelantó al resto de las sierras para
ganarles el horizonte justo donde las tardecitas se
incendian de puro Oeste. Además la cima del Mogote no
es como la de cualquier otro monte serrano. Este tiene
punta de molle, y es que afinando su silueta como una
flecha que apunta al cielo, parado como un trebolito,
inmemorial como un saurio vive el viejo molle. Cuentan
los viejos, que de cuando changos el molle ya estaba
allí. Cuentan también que si alguien hachara al viejo
árbol, el cerro se derrumbará porque el Mogote está
atado al cielo por un tientito invisible que sale desde
el molle y lo sostiene desde arriba. Es por eso que las
nubes se parten en dos cuando pasan por el Mogote. Y
mientras tanto yo sigo mirando como cuando era niño sin
darme cuenta que mi tiempo corre mucho más rápido que el
tiempo del Mogote.
Voy a subir al Mogote
pa´que broten los recuerdos
para divisar el cielo
como ha crecido mi pueblo.
Como un trébol de a lo lejos
en la punta un viejo molle
viejas flechadas de infancia
ya quisieron que lo nombre.
De ande vengo es deánde soy
y eso no lo cambia el tiempo
por más que cambie el lugar
llevo mi paisaje dentro.
Te estoy cantando Mogote
con un aire de nostalgia
viendo perdurar tu molle
se me ha escapado la infancia.
Recitado
Por las noches desde la cima
del Mogote puede verse rumbo al Sur, sobre la lejanía de
la gran ciudad que del cielo baja una lengua a probar
ese inmenso charco de estrellas. Y el horizonte
confundido no entiende adonde termina el cielo y donde
comienza la tierra. En la soledad de las siestas, rumbo
del Norte las iguanas se beben al sol de las milenarias
Pisaditas y entonces el Mogote es como un portal natural
inmenso que divide el paisaje en dos dimensiones
paralelas. A un lado el paisaje del hombre con sus
sueños y sus miserias. Al otro lo natural, el canto del
viento, los aromas de la tierra…
Las tardes de caminata
Si habré apreciado tu vista
Cuando un alto bajo el molle
Camino a las Pisaditas
Y el piecito del Mogote
los techos del pobrerío
le ponen flores de chapa,
al valle del barrio mío.
Las luces de la ciudad
son como una gran marea,
no sé si el cielo está abajo
o si han caido las estrellas.
Te estoy cantando Mogote
con un aire de nostalgia
viendo perdurar tu molle
se me ha escapado la infancia.