Esta
nota tiene origen en una larga conversación que tuvimos
con Lázaro Moreno. Comenzó en Chacabuco, Buenos Aires
convocados por el amigo cantor Marcelo Ferrer para el
Encuentro Nacional de folklore y continuó en Oncativo
provincia de Córdoba, en el estudio de FM 90.3 Conocernos
donde el Encuentro de la Comunicación y la cultura nos
hace reencontrarnos año tras año, gracias a la
infatigable tarea del Negro Blanco, otro amigo de ley que
no duda en luchar para mantener abierto este importante
espacio para la cultura.
A
este Lázaro Moreno. Herrera lo vio crecer le marco esa
infinita necesidad de pintar a su gente tan sufrida y tan
callada. Payador, poeta, trovador de palabra áspera y
sincera estudioso y sabedor, de lo que canta y cuenta.
-Déjame
atisbar a la distancia a tu pueblo
-Uno tuvo
la suerte de haber nacido en un pueblo pobre. Un pueblo
que te enseña a valorar el pan de cada día, donde sabes
el gusto de los caramelos a medias, donde la mortadela
bocha es un premio, la prioridad del caballo como
transporte y sobre todo del silencio. Ese que nos deja
un montón de interrogantes, porque uno no se daba cuenta
antes lo importante que era, pensando que aburrido este
pueblo. Pero el paso de los años te trae otros ángulos,
otro empaque. Entonces uno dice orgulloso yo vengo de
Herrera, un pueblo que a pesar de tener sus entrañas tan
saladas por la tierra, mejor dicho por el salitre, ha
tenido ese contraste caprichoso de la naturaleza de haber
regalado desde su vientre cantores con tanta dulzura al
cantar chacareras, chamamés , milongas. Un pueblo donde
reinaba mucho la charla en las esquinas, había un
dialogo, esa transmisión oral que poco a poco se ha ido
diluyendo con la entrada de vehículos, de la radio, de la
televisión que tiene en su mensaje esa fuerza global de
distorsionar el respeto de la palabra y cuesta
reivindicarlo.
-¿Porque pensas que cuesta?
-Cuesta
porque hemos perdido tiempo. Pudimos disfrutar mucho la
vida, sin embargo hemos renegado mucho por el pasado, por
los malos gobiernos, por la impunidad que existe, por la
falta de educación...Por todo eso que no deja de afectar
a la cultura. Porque si nosotros tuviéramos gente con
conciencia que maneje los hilos de la comunidad, los
destinos de nuestro canto-cultura-patrimonio gente
idónea, honesta capacitada en proyectarla. Pero tenemos
un camino lleno de piedras, dudas como obstáculos. Eso
lo afecta.
-¿Cuál es el papel de los cantores populares dentro de
este esquema?
-Los
cantores no podemos estar exentos de lo que pasa en la
sociedad. Uno no puede cantar a la sonrisa de una
inocencia, a los ojos mansos de un niño y alabar esa
pureza, sin pensar inmediatamente en su destino, en la
situación que vive, en el camino duro que le toca vivir,
como deberá enfrentar el desamparo moral que lo dejó a la
intemperie. Entonces el cantor, el cantor que dice cosas
reales, el que escribe no puede estar ajeno a este
dolor. De algo estoy seguro, que Lázaro Moreno siempre
ha tenido el canto dispuesto para esa circunstancia, y lo
lleva a todos lados. Me gusta como soy, mal engestado,
áspero a veces, pero bien intencionado.
-¿Como te definís en el ritmo payadoril?
-Como un
amante de la décima, un payador de la cuarteta y la
octavilla, para cantarle a la gente que lucha detrás de
una causa. Eso hace que uno no baje la guardia.
-¿Cual es tu proyecto mas ansiado?
-Yo sueño
con un proyecto en el que alguna vez los centros
tradicionalistas del país armen una federación donde el
gaucho sea respetado, donde el jinete sea protegido y el
canto nativo sea difundido. Donde no se explote al
jinete colmando con 20.000 personas cada una de las 10
noches en Jesús María recaudando para ayuda de las
cooperadoras escolares y no haya un modelo de escuela
para mostrarle al mundo. Donde se designe una persona
para investigar donde se destina esa plata y se pregunte
porque el jinete tiene que comer mal y dormir peor,
siendo el “protagonista principal” del festival. El día
que se tome conciencia, que se haga una agrupación seria
ojalá no sea tarde.
-Los
cantores comprometidos con la palabra, a veces olvidan
que deben respetar el silencio, y vos venís de un tiempo
y un lugar de silencio.
-Uno debe
respetarlo siempre. En el canto uno debe amar la vida no
por ser única, sino por ser irrepetible, la filosofía no
es saber mucho sino haber vivido mucho, no de haber leído
tanto sino testimoniar lo acontecido, experimentar los
sucesos, haber amado y estar alejado de lo que se amó, y
haberlo perdido .
-¿Cómo sentís el canto?
-.El canto
siempre debe tener una mezcla de tierra, un mensaje de
confraternidad, ser libertario y profundo, sensible.
Pero el canto se ha dañado, porque se ha dañado la
palabra, la poesía, están heridas. El payador es un
accidente. La palabra debe ser incólume, intransferible e
intransigente. Por eso cuando uno canta, lo hace con la
garganta herida. Claro, para algunos es más fácil cantar
porque se acomodan al lado del ganador.
-¿Como son tus comienzos?
-En mi
pueblo se cantaba improvisando en otro ritmo y aprendí a
cantar a la fuerza. En la escuela ya improvisaba algunas
cuartetas sin tocar la guitarra. Recién la pude comprar
en Añatuya. Con el esfuerzo de trampear solo. El primer
cuero era para mi mamá, el segundo para mi papá y el
tercero para mí. Así mi papá pudo pagar $160, aunque no
se si es exacta esa denominación, hace más o menos
treinta años, era de marca “Romántica”. Aprendí de una
familia vecina Acuña. Éramos ocho hermanos. El pueblo
quedaba a 12 kilómetros, ahí nomás, para nosotros lejos.
Cuando un hombre anda en una zorra es lejos porque el
camino es malo. Vendíamos carbón. Solo había más
seguridad en la venta cuando íbamos a las casillas de los
ferroviarios. En Herrera justo cambiaba de maquinista el
tren, entonces se renovaba el personal y los que venían
necesitaban carbón para hacer asado, además porque podían
comprarlo. Sacá la cuenta que hoy en día sale $3 la
bolsa, nosotros vendíamos unas quince bolsas, no era
mucha plata, unos $45 apenas ¿Y que se podía comprar con
eso para llenar diez bocas? Pero se tiraba. En ese tiempo
la fiesta de Mailín, al no haber electricidad, bajo la
enramada se cantaba, o en la fiesta del Señor de los
Milagros había cantores para matar la noche bajo las
enramadas de postes labrados de quebracho colorado. Al
ser reemplazados por cemento se le quitó la vida . Y
digo se cantaba en otro ritmo, por ejemplo en ritmo de
chacarera:
Ahí anda
Pablo Lozano
dicen que es buen payador
yo le puedo jugar gaucho
para ver cual es mejor.
Yo sé que se armó la banca
pues cualquiera copará
dice que es un sombrerudo
llamado Chito Guzmán,
lo desafío al Negro Blanco
porque me h’ai ganar
Aunque sea mintiéndome
Por algo ha de concertar.
Chacarera tiempos idos
no sé si regresarán
te cuento Carlos Saravia
las cosas que allí vendrán. (Aplausos)
Perdón,
esta era lo más difícil de improvisar porque te exige el
ritmo. Vos no tienes tiempo a diferenciar las palabras,
por eso tengo que equivocarme a sabiendas en tu apellido
porque si decía Arancibia me sobraba una sílaba, en
cambio en Saravia se hace más corta y viene el golpe.
Cuando se improvisaba la cuarteta común la segunda
coincidía con la cuarta. La más difícil de cantar es la
redondilla que es la primera con la cuarta y la segunda
con la tercera. Por ejemplo
Para vos,
dulce Graciela
voy a cantar con el motivo
que sueño aquí en Oncativo
cuando pulso mi vihuela
“Conocernos”,”Conocernos”
es saber donde estamos
y que el sueño logramos
pa’ después no vernos más.
Si yo te hablo de mi Herrera
de mis tiempos que se han ido
que a veces están perdidos
y vuelven en chacareras,
como han sido las payadas
pa’mí una maravilla
Te hablo de estas redondillas
de otras épocas pasadas. (Aplausos)
La
redondilla es difícil de improvisarla en ritmo de
chacarera. Para mí es más fácil improvisarla en ritmo de
gato porque no me exige la rima, puedo hacer rimas
asonantes y los verbos en infinitivos.
-¿Es
mucho más fácil el ritmo que hace el payador surero?
-Sí, vos
le pones guille en la quinta, séptima, y octava, no en la
novena ni en la décima del verso, al final los
aforismos. Los remates los tienen los estudiosos, a eso
se llama improvisación con ruido en la punta. Adentro no
tienen gente, al final te hacen un remate. Esos son los
que viven leyendo que es un desodorante. El payador va
creando una décima se va jugando, poniéndole un mundo
adentro… A ver elijan un tema cada uno de los presentes.
-(Entre todos) pan casero, mate, yerba, muerte.
- En una
cuarteta tengo que nombrar las cuatro palabras y sobrarme
seis para decir lo que yo quiero.
Carlitos
el pan casero
y un mate dijo Lozano
la yerba Graciela en mano
y un mateador es campero
la muerte mi compañero Ramos
no quiero cantar
porque vengo a encontrar
de la vida ese rescate
pan casero, yerba y mate
y ganas de improvisar. (Aplausos)
Es muy
importante la práctica, se debe tener hilación, claro,
que el payador de rimas de vaca con estaca hay en todos
lados. No se puede improvisar en mi menor porque después
de 10 minutos te cansa, hay que hacer otras melodías en
el canto. Yo no encontré otro cantor que improvise en
ritmos de zamba, gato, tango o chacarera, tal vez porque
primero debe estar puesta la melodía en el oído.
-Te
he escuchado payar en ritmo de tango también.
-Claro si
tomamos el tango “Mano a mano” por ejemplo en una décima
tiene 5 rimas, 3 graves y 2 agudas:
Rechiflado
en mi tristeza
hoy te evoco y veo que has sido
en tu pobre vida paria
solo una buena mujer
Tu presencia de bacana
puso calor en mi nido
fuiste buena consecuente
y yo sé que me has querido
como no quisiste a nadie
como no podrás querer.
Ahora
escuchá en la misma melodía, con alguna palabra de lo que
aquí sucede, ver están entrando copleras de Orán.
Yo vengo
de mi pueblo
que lleva de nombre Herrera
donde Carlitos un día
irá a probar el buen pan
que trabajan en las masas
esas viejas rosqueteras
y son igualito a ustedes
de vez en cuando copleras
aunque ellas no habían nacido
en la tierra de tu Orán. (Aplausos)
Recién
escuchaba ahí afuera que muchos graban apenas empiezan,
yo pienso que el cantor que no tiene tierra en la
garganta nunca a tener el valor de convencer al pueblo.
El soñador tiene mucho que ver con ellos, es un soñador
de cultura.
-Al
ser quichuista también podes payar en la lengua
- Si, pero
en quichua hay un problema de ritmo. Yo admiré mucho a
alguien que no pude conocer Don Vicente Salto. La
traducción de una cuarteta te puede llevar a una
octavilla, porque el quichua tiene mucha sentencia, que
no la tiene la lengua española. Por ejemplo,Viracocha
dijo –“Chaupi punchaupi tutaiapashcan”- Esto quiere decir
en castellano “En el medio día se me está haciendo la
noche” porque le quitaron medio día de su vida. Es muy
difícil en una sola frase dejar una sentencia de ese tono
en el idioma castellano. El quichua es una lengua
aglutinante y por lo tanto muy difícil conseguir que una
misma rima sea casi igual para las dos lenguas.
-Te
quedaste pensando…
-Hace un
rato un hombre me agradeció por ser payador y la señora
agregó –Son los dinosaurios de la cultura-y claro que me
dejó pensando Carlitos, porque creo que este arte no va a
morir. Yo me tomo el trabajo de buscar la estructura de
la versificación, dar charlas en las escuelas, tratar de
ayudar a los chicos jóvenes que escriben, pienso que se
pueden cambiar muchas cosas. Aunque el payador esté en
decadencia, porque lo han usado mucho. Los que andan
seguido por escenarios, no te voy a nombrar quien, dos o
tres conocidos solo les interesa hacer rimas truchas y
vender casetes truchos y no han leído ni el Patoruzito.
Eso le hace mal a la cultura de los payadores, a los que
estamos en la brecha del rescate. En estos encuentros
siempre nos encontramos porque se nos dan el justo valor
y estoy seguro que van a proliferarse más, pero me
gustaría estar en encuentros de payadores, fíjate que los
presidentes de los centros tradicionalistas que se
vanaglorian son los que menos han hecho para que estemos
en las fiestas grandes donde seguimos eclipsados.
-Dejanos
unas rimas para el estribo
Un cantor
comprometido
cantar teme a la muerte
porque aprendió de Almafuerte
no entregarse ni aún vencido.
Puede el que no es precavido
tomar un rumbo extraviao
tantas veces ha pensado
cantar mintiendo es un fallo
no tiene rodilla el gallo
por no cantar arrodillao.
Ojalá que
la vida, o no se quien empuja el viento nos dé la
posibilidad de reencontrarnos.
CARLOS ARANCIBIA
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