El horno de
barro, horno de campo, horno de pan o pacuá (hueco del
diablo en guaraní), es utilizado a lo largo y ancho del
país para cocinar los más diversos alimentos: carnes,
panes, empanadas, etc.
Indudablemente
cada horno y su modo de uso es un arte que se afianzará
con la práctica. Entre las formas
de calentar un horno, podemos usar leña fina (es sabida
la utilidad de los cajones de manzana), pero no mucha
cantidad porque puede ahogar el fuego.
Luego de 1
hora o 75 minutos, el horno debe estar blanco por
dentro y apenas tibio por fuera. A partir de allí
se pueden correr las brasas o sacadas del horno.
Para saber la temperatura se arroja una hoja de papel,
si se enciende: está muy
caliente, si se oscurece como carbonizado: está a
punto, y si queda blanco: esta
demasiado frío (el papel de diario se recomienda para
esta prueba).
Para encender el
fuego, al igual que en la parrilla, hay miles de
recetas caseras infalibles, así que sería
redundante hablar del asunto... Cada maestrito con su
librito.
Entre las cosas
que no deberíamos olvidar: un atizador en forma de T
para manejar fácilmente las brasas;
también para sacadas, una palita plana es muy útil.
Para cocinar se pueden usar bandejas, o
bandejones para piezas grandes. Para hacer las chapas
(fuentes) donde ponemos los panes o empanadas,
recomendamos las que se hacen con latas de 4 litros de
aceite de autos ó de cocina; se
desfondan y se abren y quedan planas y rectangulares.
Si se quiere se les hace
un bordecito con la pinza y listo; luego se queman y
quedan espectaculares. También es necesario una pala de
madera bien chatita para desplazar la comida en el
horno o las bandejas.
Recordemos, que
al igual que el asado, la temperatura es fundamental
para lograr una buena cocción.
Si el fuego es muy fuerte, lo cocido se arrebatará y
quedará quemado por fuera y crudo por
dentro; muy caliente son más de 260°. Si quiere una
buena "Costura", deberá el calor
ser menor y darle más
tiempo (200° aprox.): todo esto en el caso de que el
alimento sea del tamaño de un puño o más.
En el caso de
alimentos pequeños: empanadas, cortes de carne, etc.
conviene un horno medio fuerte y darle un golpe de
calor.
Algunos consejitos
a tener en cuenta
-
La base puede ser de
madera, chapa, hormigón, etc. pero es fundamental no
olvidar la pileta de
vidrio molido o sal
gruesa que es la que evitará la dilatación y
contracción de la base.
- Los ladrillos
deben ser pegados con barro (el revoque también debe
ser de barro), algunos sugieren hacer
el barro con tierra negra, pasto seco y algunos también
aconsejan bosta de caballo o vaca y dejar
fermentar 15 días (aprensivos abstenerse).
- No es necesario mojados
ladrillos.
- La boca del horno es preferible
redondeada, pues conserva mejor el calor.
- No
olvide hacer la bóveda y la boca del
horno lo suficientemente grandes como para
que entren las bandejas con la comida que desee
cocinar.
- Al encender el fuego
deje abiertos la chimenea y la boca... Al calentarse el
horno, ciérrelas.
- y como dicen
que "el primer mate es pa' los
sonsos", sea Ud. el que pruebe la comida hecha por
primera vez en el horno,
una vez que ya esté canchero, llame a sus amigos y
entre vino y vino floréese
explicando sus secretos "contables".
Sabías que...?
Existen diversos tipos de hornos distintos
del de barro: como el de mampostería
o el montado sobre ruedas.
Fuente:
Revista Folklore del Norte Año 1 Vol 4. |