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DIAGUITAS


Diaguita
, es la denominación runa simi ó quechua, divulgada luego por los españoles, de un conjunto de pueblos independientes con un idioma común, el kakán; ellos se autodenominaban pazioca o paccioca.

Habitaban los cerros y valles del noroeste de Argentina, en las provincias de Salta, Tucumán, Catamarca, La Rioja, norte de San Juan, extremo noroeste de Córdoba (Argentina) y el Norte Chico de Chile, en los valles transversales de las regiones de Atacama y Coquimbo teniendo al oeste de los Andes como límite aproximado el río Choapa. Aún se conservan restos de sus ingeniosas construcciones llamadas por los kechua púkara (mejor que pucará) como la Ciudadela de los Quilmes, en Tucumán, Tolombón, Chicoana, Tilcara, Atapsi y Fuerte Quemado en Salta, etc.

Los diaguitas llegaron desde el actual Noroeste Argentino al Norte Chico Chileno hacia los siglos V y VI reemplazando al comlejo agroalfarero de El Molle, distribuyéndose en un área ubicada entre los parlelos 27º S (límite septentrional aproximado) y el 32º S (límite meridional aproximado), poblando los valles de Copiapó, Huasco, Elqui, Limarí, Casapa y Choapa, limitando en esta zona, al norte con los atacameños y al sur con los picunches. Las relaciones entre los "diaguitas orientales" ó argentinos y los "diaguitas occidentales" ó chilenos eran fluidas tal cual lo demuestran los hallazgos de restos de moluscos y mariscos procedentes de las costas chilenas en los yacimientos argentinos y la decoración de las cerámicas con fauna típica argentina (yaguar, ñandú, quirquincho etc.) en los yacimientos chilenos.

En el Noroeste Argentino y en el Norte Chico chileno; especialmente en los argentinos Valles Calchaquíes, a partir de 850, los diaguitas desarrollaron una cultura de gran riqueza, que, arqueológicamente se corresponde con la cultura Santamariana. Vivían en poblados muy bien trazados y organizados, usaban metales y eran excelentes alfareros. Primero opusieron tenaz resistencia a la invasión kechua ó quechua (1471 a 1533); luego, con dignidad y bravura, lograron resistir más de cien años el avance de los realistas españoles: Guerras Calchaquíes, en las que se destacaron los jefes Kipildor o Quipildor, Viltipoco (1561), Chelemín, Juan Calchaquí, Koronhuila (llamado por los españoles "Coronilla") e incluso el curioso aventurero andaluz "Bohórquez" -o Pedro Chamijo. Cuando comenzó la conquista española, 1561, formaron un gran ejército al mando de Juan Calchaquí logrando rechazar a los invasores hasta Santiago del Estero. Pero en 1665 los conquistadores, que habían fundado varias ciudades a modo de cerco (la fundación de la ciudad de Jujuy cerró tal cerco por el Norte), lograron vencerlos. Para evitar rebeliones, los españoles dividieron y desarraigaron a los diaguitas. Por ejemplo la mayor parte de los integrantes de la parcialidad de los quilmes, fueron obligados a caminar desde Tucumán hasta Buenos Aires, más precisamente hasta la localidad que hoy lleva su nombre.

Algunos diaguitas procedentes de los Valles Calchaquíes, lograron encontrar refugio en el Chaco Austral haciendo alianza con etnias pampidochaqueñas como las de los abipones y emokovit ó mocovís, esto explica en parte dos cuestiones: los grandes alzamientos chaqueños inmediatos al fin de las Guerras Calchaquíes, uno de tales alzamientos significó la destrucción de la ciudad española de Concepción de Nuestra Señora del Bermejo -ubicada a orillas del antiguo cuce del río Bermejo-, en territorio de la actual provincia argentina del Chaco; la otra cuestión que se explica al saber de tal éxodo desde los Valles Calchaquíes hasta casi las orillas del río Paraná Medio, es la existencia de topónimos que les recuerdan, por ejemplo el de la ciudad de Calchaquíes en el centro norte de la provincia de Santa Fe. En todos estos casos debe recordarse que el grupo de paziocas ó "diaguitas" que se autodenominó "calchaquí" lo hizo en homenaje a su principal líder, el mencionado jefe Juán Calchaquí (Kalchakí).

Si prácticamente todos los paziocas que resistieron a la invasión española fueron desarraigados o deportados al concluir la Guerra Diaguita (o, Guerra Calchaquí), algunas parcialidades fueron tratadas con algo más de indulgencia al no haber participado en tal conflicto, tal es el caso de los Amaicha, los cuales pudieron así permanecer en sus territorios ancestrales (en el sector de Valles Calchaquíes correspondiente a la provincia de Tucumán).

Cultura Pazioca o Diaguita:

Aunque sus orígenes difieren de los pueblos andinos (los pazioca tenían linajes huárpidos, pampidos y andinos); al menos a partir del llamado horizonte Tiawanaku recibieron importante influjo cultural (religioso, estilos de cerámica etc) desde los Andes Centrales -es decir, desde la región andina ubicada entre los 20ºS y la línea del Ecuador-.

Aunque de culturas muy similares, por algunos rasgos, en especial lingüísticos, muchos etnógrafos hacen una separación de los pazioca ó diaguitas propiamente dichos respecto a los atacamas (o alpatamas de lengua cunza -emparentada a la lickan-antay) habitantes de la Puna, los humahuaca u omaguacas, los lípe y tomata -de lengua lickan-antay- (habitantes de las sierras de Tarija y el norte de Jujuy), los capayán habitantes del sureste de La Rioja y norte de San Juan, y los olongastas habitantes del Sudeste de la Provincia de La Rioja, y el Oeste de la Provincia de Santiago del Estero y extremo Noroeste de la Provincia de Córdoba.

Idioma:

El idioma del pueblo Diaguita era el kakán, una lengua actualmente extinta , de la que se conservan topónimos y otras palabras en el habla coloquial de los habitantes de las zonas del norte de Chile, Argentina y Bolivia, pero en estricto rigor, ya nadie habla el idioma íntegramente.

Alfarería:

Los diaguitas hicieron maravillas con la cerámica. Cada familia fabricaba sus ollas, cántaros y vasijas. Además, había artesanos especializados que realizaban verdaderas obras de arte, como las urnas funerarias, donde los diaguitas enterraban a sus muertos. Algunas de estas urnas decoradas, se han conservado y son expuestas en museos, en la zona actualmente chilena su cerámica recibió influjos culturales procedentes de culturas que habitaron el actual litoral peruano, por este motivo su cerámica suele tener formas antropomorfas y zoomorfas (" ánforas-pato" etc.).

Sociedad:

Las comunidades eran gobernadas por un jefe político y militar. Pero para heredar el cargo, no bastaba con ser el hijo del jefe: el heredero debía demostrar que tenía condiciones para mandar, de este modo a la llegada de los españoles, el territorio diaguita o pazioca se encontraba dividido en jefaturas y señoríos. El jefe era polígamo, pero el resto de la población era monogámica. No había clase sacerdotal, como sí la había entre los quechuas ó aztecas. Pero cada pueblo tenía un sacerdote "chamánico" que se encargaba de los ritos, las ceremonias religiosas y la salud de la población.

En el s XVI se encontraban divididos en parcialidades -las cuales muchas veces llevaban el nombre de su linaje principal, linaje que ejercía el señorío- como la de los kilme ("quilmes"), amaichas, abaucanes, tucumanaos, capayanes, hualfines, olongastas, ambargastas, pulares, aimogastas, guandacoles, wamatinaj (famatinas), tinogastas, calchaquíes, tolombones, yocaviles, chilis etc.

Religión:

Adoraban al Sol y a la Pachamama (Dioses adquiridos de parte de la cultura Incica), madre tierra. Creían que ella les había enseñado a cultivar, a criar animales y a fabricar la chicha. Tallaban menhires (monumentos monolíticos colocados en forma vertical) para rendir culto a sus antepasados, los menhires del NOA, como otras construcciones similares son itifálicos y se asociabán con cultos estacionales de la fertilidad, estos monumentos ya eran erigidos por la precedente cultura arqueológica Tafí.

Agricultura y ganadería:

El jefe repartía las tierras y organizaba la construcción y el cuidado de las terrazas de cultivo en las laderas de las montañas. Se trabajaba la tierra en común, y se guardaba parte de la cosecha en los depósitos comunales. Cultivaban zapallo, quinua, kiwicha, porotos, ajíes, papa ("patata") y maíz y recolectaban frutos silvestres, como los del algarrobo. También criaban llamas y alpacas, sobre todo en las zonas altas y frías. La papa y la quínoa (una planta nativa) eran sembradas en las zonas más altas (en terrazas y andenes de cultivo). Con el "taco" u algarrobo criollo, los diaguitas o paziocas cubrían varias de sus necesidades básicas. Usaban la madera como leña o para la fabricación de enseres; de la corteza y de la raíz obtenían tinta para teñir lanas y telas, y de sus frutos hacían harina para cocinar un pan llamado patay. También preparaban la bebida aloja, parecida a la cerveza.

Actualmente la zona donde ellos habitaban es casi un desierto. Los estudios de Ana María Lorandi, entre otros revelan que los actualmente muy áridos cuando no, directamente desérticos, territorios que poblaron los paziocas eran, hasta casi el 1600, zonas fértiles en gran parte pobladas por bosques de "algarrobo" (Prosopis nigra), la desertización fue consecuencia inmediata de la invasión española: en primer lugar los españoles talaron ó incendiaron las tierras para derrotar mediante el hambre a los paziocas, una vez derrotados estos pueblos originarios, los conquistadores introdujeron masivamente caprinos y ovinos que llevados a una práctica de sobrepastoreo en el transcurso de dos siglos transformaron los vergeles en eriales.

Fuente: http://www.lahistoriapensada.com.ar/index.php?id=115

 

 

 


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