Del quichua máti
"calabacita".
LEYENDA DE LA YERBA MATE
"Mateando"
Óleo del pintor casarense Ángel Bustamante |
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Esta es una típica costumbre de los países
del Río de la Plata.
Esta infusión fue utilizada
originariamente por los indios guaraníes, quienes utilizaban
la yerba mate. Los Jesuitas, que se establecieron en la zona
que hoy ocupa la provincia de Misiones, mejoraron su
cultivo, por lo que allí se ubican los mejores yerbatales.
Actualmente la yerba (hoja de yerba mate
picada) se puede adquirir en paquetes de 1/2 y 1 kilo, y en
la región productora, fraccionada en bolsitas.
El recipiente en el que se ceba el mate,
es el "mate", que puede ser el tradicional, hecho de
calabaza curada, o un jarrito de loza o enlozado, o madera.
La infusión se toma con bombilla, y se puede cebar
dulce o amargo. El recipiente que contiene el agua para la
cebadura es la pava, cuya agua se considera "a punto" unos
grados anteriores a la ebullición. Si el agua hierve, no
sirve para el mate. Esta costumbre es bien hogareña en
Argentina, aunque se ha popularizado, y actualmente hay
lugares en donde se usan termos, para trasladarse con el
equipo de mate, para tomarlo en cualquier lugar u ocasión.
OTRAS LEYENDAS SOBRE EL
MATE
Yasí (la luna) quiso
recorrer la tierra, entonces tomó forma humana y junto a la
nube Araí caminaron por los montes admirando los paisajes.
Era el mediodía, el ruido del bosque no les permitió
escuchar los pasos sigilosos del yaguareté que las acorraló
presto a comerlas. Apareció entonces un guerrero guaraní que
mató de un flechazo al animal. Yasí agradecida, se acercó al
bravo hombre y le dijo que como premio por salvarle la vida,
encontraría al levantarse al día siguiente frente a su choza
una nueva planta, la que debía arrancarle hojas, tostarlas,
colocarles en un recipiente para luego agregar agua caliente
y chupar con una cañita el líquido. De ese modo obtendría
alivio a su cansancio, durante las largas jornadas de marcha
tras una presa. Así lo hizo el hombre dando nacimiento a la
Yerba Mate.
Cierto día, Dios quiso probar el comportamiento de sus
ciervos, entonces descendió a la tierra acompañado de San
Juan y San Pedro. Se internó en lejanos bosques llegando
hasta el rancho de un viejito que lo habitaba acompañado de
su hija, una joven virgen de singular belleza. La tenía
escondida, para que su alma argentina no se contamine con la
maldad de los hombres. Los recién llegados piden asilo al
viejo que no duda en hacerlo compartiendo con ellos su
mísera comida. En agradecimiento Dios convierte a la joven
en la planta de Yerba Mate, que aunque la corten, vuelve a
rebrotar, permaneciendo siempre verde y ofrece una bebida
generosa para la salud.
Agradecemos la imagen del
mate facilitada por Lola Martinez Sobreviela desde Pamplona
, España
Fuente:
www.bibliotecasvirtuales.com
fuente:
http://www.guiadelchaco.com.ar/mitosyleyendas/mate.asp