Acerca de
este pájaro corre una leyenda muy difundida, no solo en el
Paraguay, sino también en la provincia de Corrientes.
Unos dicen
que es un pájaro del tamaño de una paloma y de plumaje
parecido al de las gallinas guineas que silva por las noches
y no deja dormir a las mujeres, otros en cambio dicen que es
pequeño y de color oscuro, de modo que reina entre aquella
gente una gran confusión respecto de él.
Según cuentan
otros, no es un pájaro el que silva de ese modo, sino un
enano rubio, bonito, que anda por el mundo cubierto con un
sombrero de paja, y llevando un bastón de oro en la
mano.
Su oficio es
el de robar los niños de pecho, que lleva al monte, los
lame, juega con ellos, y luego los abandona allí, envueltos
en isipós (enredaderas).
Las madres
desesperadas al notar su falta, salen a buscarlos, y guiadas
por sus gritos, generalmente los encuentran en el suelo,
pero desde ese día, los todos años, en el aniversario del
rapto del Yasy Yateré, las criaturas sufren de ataques
epilépticos.
Según otros,
el Yasy-Yateré roba a los niños no para lamerlos, sino para
enseñarles su oficio de raptor. Y no falta también quien
asegura que no sólo roba a las criaturas sino también a las
muchachas bonitas, las que son a su vez abandonadas y el
hijo que nace de esta unión, con el tiempo será Yasy Yateré.
Esta última
versión ha sido inventada para justificar ciertos raptos que
no dejan de abundar por aquellas regiones . Si algún mortal
puede arrancar al Yasy Yateré su bastón de oro, adquiere por
este solo hecho sus cualidades de Tenorio afortunado.
A pesar de
ser invisible el Yasy Yateré, no faltan algunas personas que
aseguren y juren haberlo visto en la forma descripta, cuando
eran pequeñas.
Este leyenda
debe tener su origen ampliada y modificada en la costumbre
de los indios Guayaquís de robar criaturas y mujeres, por
considerarlas como el mejor botín de guerra.