Según
se cuenta hace muchísimos años, hubo un nativo que se
enamoro de la bella hija de un cacique, pero el padre se
oponía a tal pretendiente, con lo cual el joven, en una
noche de luna rapto a la indiecita, ante la negativa fuerte
del jefe de la tribu.
Al conocerse la novedad fueron perseguidos por las huestes
guerreras corriendo toda la noche hasta aclarar el día. Fue
en esa ocasión que al llegar al lugar de cardones, el camino
se estrecho, y las espinas lastimaron a los enamorados, cuya
sangre quedó en los cuerpos gigantescos de los punzantes
vegetales. Por suerte lograron salvar la situación, la
pareja se alejo para siempre.
De esta historia se cuenta que la sangre de la cabalgadura y
jinetes se prendió aquel día de las espinas y al amanecer,
se encontraron las flores blancas que anunciarían por
siempre la proximidad de lluvias y tiempos de cosecha.-