La Pacha Mama según el erudito
americanista Samuel Lafone Quevedo, es el nombre que se da
en muchas partes al numen local o Genius Loci. Parece que
fuera la fuerza femenina del Universo.
Este autor
agrega "el culto de la Pacha mama, fálico como es, simboliza
la fe en la fuerza reproductiva de la tierra, ideada en el
seno de la mujer.
La traducción
de estas palabras es Madre de la Tierra: Pacha -tierra ;
Mama- Madre, pero todos los calchaquíes de Salta traducen
Madre del Cerro o de los Cerros, puesto que creen que ella
tiene sentados sus reales en aquéllos.
En el Pucara,
preguntando a una mujer, que en esto del Folk-Lore mucho me
sirvió, a propósito de lo que era la Pacha Mama, me dijo:
Que era una
mujer vieja, madre de todos los cerros y también su dueña,
pues en ellos vivía.
Si por
casualidad algún viajero, andando por los cerros, llegaba a
verla, quedaba irremisiblemente en ellos desde ese momento o
volvía a su casa tan influído, que el retorno a la mansión
de la Pacha Mama se hacía rápidamente imprescindible.
Siendo la
madre de los cerros hay que propiciársela en todo tiempo,
porque de ella depende el éxito de cualquier faena que esté
vinculada con la producción.
Su gran
influencia llega hasta las personas las cuales no comen, ni
beben, ni coquean, sin antes derramar la parte que
corresponde a la Pacha Mama, invocándola de palabra o
mentalmente, con la frase consagrada : Pacha Mama - Santa
Tierra - Kusiya - Kusiya, es decir Pacha Mama, tu que eres
dueña de la Santa Tierra, haz que esto me haga buen
provecho, o me vaya bien en la faena que voy a emprender.
Más
información: tomado de
http://www.argentinaturistica.com/informa/humiactividades.htm
Es la más popular de las
creencias mitológicas del ámbito incaico que aún sobrevive
con fuerza en algunas regiones de nuestra provincia. La
evangelización no logra extirpar la presencia de la
Pachamama (Madre Tierra) en la vida espiritual de las
comunidades aborígenes, ni termina con las manifestaciones
rituales campesinas con las que se la venera.
En Jujuy, la gente de la montaña que profesa intensamente la
fe católica continúa venerando a la Pachamama, como siglos
atrás lo hacían sus antecesores. Muchas son las ceremonias
en su honor cuando comienza la
siembra y la cosecha, en las marcadas y señaladas de la
hacienda. Pero el homenaje principal se observa durante el
mes de agosto, especialmente el primer día del mes. La
ceremonia comienza a horas muy tempranas, con el saumerio de
la vivienda. Cerca del mediodía empiezan a llegar los
invitados del dueño de casa, entre ellos vecinos y
compadres. Luego de los saludos y bienvenidas, comparten un
almuerzo. Luego de la gran comilona, llega el momento de la
esperada ceremonia: se trasladan hasta el centro del patio,
donde se procede al cavado de un hoyo o recavado, y se da de
comer y de beber a la Madre Tierra, depositando hojas de
coca, chicha, alcohol y cigarrillos. Luego se procede al
tapado del hoyo, enterrando, en algunos casos, botellas de
alcohol y vino. Para completar la ceremonia, los presentes
se toman de la mano para expresar el espíritu de hermandad
que reina, y en rueda danzan alrededor del hoyo ya tapado, a
los sones de las cajas, quenas y las coplas.