La amplia variedad de lenguas que
una vez existieron en el continente americano siguen por el
camino de la extinción, en un proceso que se inició con la
conquista y que recuperar ò intentar revitalizarlas es casi
imposible.
Se calcula que existen aproximadamente 1060 lenguas en indo
América; no obstante el ritmo de declinación y desaparición de
estas lenguas autóctonas es muy acelerado: una lengua perdida
cada mes.
El investigador Margery Peña aseguró que en la actualidad 160
lenguas de indo América están en la fase de extinción. Algunas
de ellas cuentan con menos de 15 hablantes y en casos extremos
apenas tres personas de todo un pueblo hablan fluidamente la
propia lengua.
Los orígenes de esa pérdida se debe principalmente a tres
factores:
*.- La violencia colonialista.
*.- La baja densidad geográfica.
*.- La compulsiva expansión de las lenguas dominantes a través
de la historia.
Como resultado de la presión de las lenguas dominantes se da una
valoración negativa de la lengua nativa como inútil y bárbara,
no solo por parte de los extranjeros, sino por sus propios
hablantes, al tiempo que se produce una valoración positiva de
la lengua oficial porque se le considera útil y civilizada, de
ayuda en la vida social, laboral y comercial, en su educación,
así como en sus posibilidades de desarrollo.
El indígena proyecta esa valoración negativa de su lengua madre
a su descendencia, negándose a que sus hijos aprendan esa
lengua, porque lo considera una limitación para su vida social y
laboral en el futuro. Cuando esto sucede, la lengua materna se
deja de aprender en el núcleo familiar y de transmitirse a los
niños/as; y va muriendo junto con los hablantes más viejos.
Una de las principales causas del fracaso es que no se han
estudiado ni respetado las condiciones de aprendizaje de los
pueblos indígenas, por el contrario, se han instaurado modelos
educativos tradicionales que chocan con la cultura de estos
pueblos.
Ante la incapacidad de los sistemas educativos de crear
programas adecuados para fomentar el habla de las lenguas
autóctonas y con la pérdida de interés de los propios indígenas
por hablar una lengua que les resulta poco útil en el contexto
actual.
Talleres de lenguas originarias
En los talleres, se analizaron
entre otros ejes, aquellas situaciones vinculadas al uso de la
lengua (oralidad, lectura, escritura) en las que aparecen formas
de discriminación que provocan fracaso y ayudan a la deserción,
originadas en gran parte por negar la realidad, ò por considerar
siempre lo diferente como un obstáculo y no como una forma de
enriquecimiento. Sin duda, los docentes debemos plantear desde
nuestra formación la consideración de esta compleja realidad,
que en relación a lengua se caracterizó así:" Hay escuelas donde
la lengua originaria está viva en el alumnado, con diferentes
grados de bilingüilismo en relación al castellano. Hay
comunidades, que habiendo perdido la lengua ancestral, las
nuevas generaciones deciden reinsertarla como parte de la lucha
por defender su "identidad".Se dan por supuesto, todas las
situaciones intermedias, incluyendo el monolingüismo castellano
con marcas en el vocabulario, la fonética ò la sintaxis de la
lengua de los mayores. Hay finalmente, a lo largo de todo el
país aulas donde conviven multiplicidad de lenguas y de
dialectos con diferente grado de vigencia. Se consideró que, la
situación de diversas lenguas contacto es la mayor frecuencia el
conurbano que implica también diversidad de culturas donde la
marginación que éstas sufren alcanza también a ellas. Fue
significativo que entre los docentes que participaron, se diese
un gran interés por la búsqueda de sus propias raíces, lo cual
significa garantía de involucramiento al favorecer esa búsqueda
en sus alumnos y credibilidad de parte de ellos hacia la
propuesta del docente.
ENRIQUE WEISSENBOCK