En
nuestra provincia existen dos “pueblos originarios”: Mapuches y
Aoniken´k ó Tehuelches. Se podría especificar que los
porcentajes de población ascienden a 60% de Mapuches y 40% de
Tehuelches.
Actualmente esa población está homogeneizada en una,
siendo el pueblo “ mapuche”, el que por distintos factores
conserva en las comunidades bien arraigadas, sus costumbres más
ancestrales.
A través de un cálculo arrojado por los dirigentes
de las comunidades, en la provincia existen casi 70.000
mapuches-tehuelches, casi un 16% del total de habitantes. Un
porcentaje menor se encuentra diseminado en la zona “rural”, y
la gran mayoría en los centros más urbanizados de la provincia.
La vorágine del pueblo, ha modificado en las
últimas décadas la persistencia de las
costumbres ancestrales en
forma individual.
En el pueblo hay menos rogativas y camarucos
que en el campo, pero los representantes de estos pueblos
aseguran que: por venir al pueblo no se te cambia el color de la
piel.
Es cierto que en los últimos tiempos el tema
indígena se ha convertido casi en una cuestión de “snobismo”, en
aquellos que no pertenecen a los Pueblos Originarios.
Pero esta
situación se ha dado porque paulatinamente se están viendo los
resultados de la lucha “indígena” en la Argentina, desde los
grandes movimientos de la década del cuarenta, con distintos
actores cada uno adecuado a su tiempo histórico; hasta la
reforma de las Constituciones: Nacional y Provincial, y por
consiguiente los “derechos” conseguidos en la legislación.
La
cuestión de los pueblos originarios ha ido tomando relevancia y
protagonismo, explica Cándido Sayhueque, quién continua
manifestando:
Es necesario aclarar un tema, en la dirigencia
política todavía no se ha podido cuantificar el protagonismo que
las comunidades tienen en la vida institucional del país, tanto
Nacional; cómo Provincial, ya que son éstos quienes deben
ejecutar y velar para que la legislación sea una realidad.
Además, hay que tener en cuenta que vivimos en
una sociedad politizada, y los aborígenes no estamos ajenos a
esto. Digo esto porque a nosotros nos cuesta mucho poder
unificar un “discurso”, que nos permita ejecutar y velar para
que la “legislación” sea una realidad.
Continúa diciendo: “ Nuestra provincia no es una
isla alejada de la realidad política nacional, lo que sucede ó
se decide en Buenos Aires.
La diferencia es que la mayoría de éstas adecuan
los tiempos políticos a su propia realidad y en el tema
“indígena”, específico la realidad, “no”, es diferente. Hay
muchas decisiones que afectan a las comunidades que se toman en
Buenos Aires, desconociendo la opinión ó la realidad de las
comunidades.
¿ Donde radica esa diferencia?: Una cosa es
construir una vivienda porque existe la necesidad y la otra es
crear la necesidad para construir ó para gastar en una vivienda.
Cuando se habla de “aborígenes”, no se puede desconocer el
estado de “pobreza” en el que viven. Cuando se habla de
“pobreza”, creo que se hace desde el punto de vista de algunas
técnicas de sondeos, de consumo, las estadísticas de salud, los
distintos censos, etc; ó desde lo que no se puede consumir ó
poseer.
Creo que las comunidades están bastante lejos de esto,
no se puede ver a las Comunidades Aborígenes , desde el punto de
vista de la “pobreza”,un aborigen es muco más que un pobre que
no alcanza el poder adquisitivo establecido.
Es un ser que
pertenece a la tierra, así como la fauna y la flora con una gran
diferencia, es capaz de pensar y actuar en consecuencia, por
alguna razón en un mundo tan violento, las comunidades siempre
han existido, y siempre existirán.
ENRIQUE WEISSENBOCK