JUANA AZURDUY
Capitulo XXII
Una vez más los Padilla regresaron a su querida Chuquisaca,
donde fueron otra vez recibidos con muestras de cariño. Allí
los alcanza una carta del general Rondeau en la que no sólo
los anoticia de la injustificable debacle de Sipe-Sipe sino
que también, irreverentemente, como si no los hubiese ofendido
al dejarlos fuera de su ejército, como si no hubiese diezmado
las fuerzas de los Padilla con su mala conducción, los urge a
continuar en la lucha. Es decir, a guardar sus espaldas
mientras huye desvergonzadamente:
"Cuartel General en Marcha.
"A 7 de Diciembre de 1815.
"Señor Coronel Comandante en jefe del Departamento de
Chuquisaca, Don Manuel Ascencio Padilla:
"Después del contraste de nuestras armas en los campos de Sipe-Sipe
y Viluma, me hallo en retirada con dirección a la ciudad de
Salta, donde cuento con elementos de refuerzo, debiendo luego
tomar de nuevo la ofensiva para volver sobre mis operaciones
de guerra. Estaré de regreso sin que pase mucho tiempo. U.S.
que ha prestado a la causa de la Patria tan constantes y
distinguidos servicios, debe ahora redoblar sus
esfuerzos para hostilizar entre tanto al
enemigo sin perder los medios más activos y que sean
imaginables para lo que queda U.S. autorizado ampliamente.
"Espero que en esta ocasiónserá U.S. tan diligente y
entusiasta en obsequio de la Santa Causa de la Patria, como ha
sido ejemplar y benemérita su conducta y su valor desde un
principio en todos tiempos.
"Dios guarde a U.S. -Jose Rondeau. "
Para hacernos una idea del vigor en sus convicciones que
evidencia la carta con la que Manuel Ascencio responde a
Rondeaur, y en la que reafirma su indómita decisión de
continuar en la lucha, hay que tomar en cuenta que un caudillo
de los quilates de Antonio Alvarez de Arenales, vencida ya su
moral por SipeSipe, convencido
ya
de que nada cabía por hacer y que la ineptitud de Rondeau y la
anarquía y venalidad de sus hombres habrían desperdiciado la
última oportunidad en el Alto Perú, decide abandonar el campo
de batalla y se dirige con sus hombres más fieles hacia Jujuy.
Imaginable es la indignación con que Padilla, seguramente
alentado por su esposa, redactó la famosa carta que
transcribimos en su totalidad porque así lo merece:
"Reservada.
"Señor General:
"En oficio de 7 del presente mes, ordena U.S. hostilice al
enemigo de quien ha sufrido una derrota vergonzosa; lo haré
como he acostumbrado hacerlo en más de 5 años por amor a la
independencia, que es la que defiende el Alto Perú, donde los
altoperuanos privados de sus propios recursos no han
descansado en 6 años de
desgracias, sembrando de cadáveres sus campos, sus pueblos de
huérfanos y viudas, marcado con el llanto, el luto y la
miseria, errantes los habitantes de 48 pueblos que han sido
incendiados, llenos los calabozos de hombres y mujeres que
han sido sacrificados por la ferocidad de sus implacables
enemigos, hechos el oprobio y el ludibrio del Ejército de
Buenos Aires, vejados, desatendidos sus méritos, insolutos sus
créditos y en fin el hijo del Alto Perú mirado como enemigo,
mientras el enemigo españoles protegido (sic) y considerado.
Sí Señor, ya es llegado el tiempo de dar rienda suelta a los
sentimientos que abrigan en su corazón los habitantes de los
Andes, para que los hijos de Buenos Aires hagan desaparecer
la rivalidad que han introducido, adoptando la unión y
confundiendo el vicioso orgullo autor de nuestra destrucción.
“Mil ejemplares de horror pudieran haber irritado el ánimo de
estos habitantes que U.S. llama en su auxilio. La infame
conducta que con el mayor escándalo deshizo, rebajó y ofendió
el virtuoso Regimiento de Cbuquisaqueños que babían salido a
morir por su patria, la prisión de los Coroneles Centeno y
Cárdenas por haber hostilizado a Goyeneche y debilitado sus
fuerzas para que él las batiera y premiar a hombres que
habían desolado a millares de habitantes (pero eran del Alto
Perú), la pena impuesta a los Vallegrandinos por haber
propuesto destruir a los enemigos para vengar sus agravios y
los de la Patria. La prisión de mi persona por haber pedido se
me designe un puesto para hostilizar a Pezuela con
altoperuanos, que siempre sin sueldo, siempre a su costa, sin
partidos y por solo la Patria, han sacrificado su vida y su
fortuna, con otros millones de insultos que han sufrido en
general todos
los pueblos, desde el primer
mandatario hasta el último cadete de Buenos Aires no han
podido mudar el carácter honrado y sufrido de los
altoperuanos, nosotros amamos de corazón nuestro suelo, y de
corazón aborrecemos una dominación extrangera (sic), queremos
el bien de nuestra Nación, nuestra independencia y
despreciamos el distintivo de empleos y mandos, olvidamos el
oro y la plata sobre la que hemos nacido y donde ha sido
nuestra cuna.
"La justicia de nuestra causa y nuestros sacrosantos
derechos, vivifican nuestros esfuerzos y nivelan nuestras
operaciones contra esta generalidad de ideas. El Gobierno de
Buenos Aires manifestando una desconfianza rastrera ofendió la
honra de estos habitantes, las máximas de una dominación
opresiva como la de España han sido adoptadas con aumento de
un desprecio insufrible, la prueba es impedir todo esfuerzo
activo a los altoperuanos, que el ejército de Buenos Aires con
el nombre de auxiliador para la Patria se posesiona de todos
esos lugares a costa de la sangre de sus hijos, y hace
desaparecer sus riquezas, niega sus obsequios y generosidad.
"Los altoperuanos a la distancia sólo son nombrados para ser
saheridos. ¿Por qué haberme destinado al mando de esta
Provincia amiga sin los soldados que hice entre las balas y
los fusiles que compré a costa de torrentes de sangre? ¿Por
qué corrió igual suerte el benemérito Camargo mandándolo a
Chayanta de Sub-delegado dejando sus soldados y armas para
perderlo todo en Sipe-Sipe? ¡Olvídese muy en buena hora el
empeño del Alto Perú y sus revoluciones de tiempos
inmemorables para destruir la monarquía! Si Buenos Aires es el
autor de esa revolución, ¿para qué comprometernos y
privarnos de nuestra defensa.? El haber obedecido todos los
altoperuanos ciegamente, el haber hecho esfuerzos inauditos,
haber recibido con obsequio a los ejércitos de Buenos Aires ,
haberles entregado su opulencia, un degrado y. otros por
fuerza, haber silenciado escandalosos saqueos, haber salvado
los ejércitos de la patria ¿son delitos? ¿A quiénes se debe el
sosten de un gobierno que siempre nos acuchilló? ¿No es a los
esfuerzos del Perú que ha entretenido al enemigo, sin armas
por privarle de ellas los que se titulan sus hermanos de
Buenos Aires?
¿Y ahora que el enemigo ventajoso inclina su espada sobre los
que corren despavoridos y saqueando debemos salir nosotros sin
armas a cubrir sus excesos y cobardía? Pero nosotros somos
hermanos en el calvario y olvidados sean nuestros agravios
abundaremos en virtudes.
"Vaya US. seguro de que el enemigo no tendrá un solo momento
de quietud. Todas las Provincias se moverán para hostilizarlo,
y cuando a costa de hombres nos hagamos de armas, los
destruiremos para que U.S. vuelva entre sus hermanos.
Nosotros tenemos una disposición natural para olvidar las
ofensas: quedan olvidadas y presentes. Recibiremos a U.S. con
el mismo amor que antes, pero esta confesión fraternal,
ingenua y reservada, sirva en lo sucesivo para mudar de
costumbres, adoptar una política juiciosa, traer oficiales que
no conozcan el robo, el orgullo y la cobardía.
"Sobre estos cimientos sólidos levantaría la patria un
edificio eterno. El Altoperú será reducido primero a cenizas
que a la voluntad de los Españoles. Para la patria son eternos
y abundantes sus recursos, U.S. es testigo. Para el enemigo
está almacenada la guerra, el hambre y la necesidad, sus
alimentos están mezclados con sangre y, en habiendo unión para
lo que ruego a U.S. habrá patria.
"De otro modo los hombres se cansan y se mudan. Todavía es
tiempo de remedio: propenda U.S. a ellos si Buenos Aires
defiende la América para los americanos, y si no...
"Dios guarde a U.S. muchos años. "La Laguna, Diciembre 21,
1815. Manuel Ascencio Padilla."
Un renombrado historiador boliviano señala que en ese potente
"y si no..." debe buscarse la base del posterior deseo
altoperuano de independizarse no sólo de España sino también
de la Argentina, doble cometido que se cumplió en 1825. |