El
pueblito puneño Casabindo (a 120 Kms de Abra Pampa,
Jujuy) está de fiesta una vez al año. El 15 de agosto
sus calles se alegran porque atrae la atención de
lugareños y forasteros que quieren celebrar la Asunción
de la Santísima Virgen María, Patrona del lugar.
Desde las Salinas
Grandes con su "inmenso mar blanco", desde dos o tres
jornadas de distancia... desde los cuatro puntos
cardinales van llegando los que se han "promesado" y
los que traen sus imágenes "para pasarles fiesta".
En el pueblo se prepara
la Fiesta dedicada a la Santísima Virgen en su fiesta
litúrgica, precedida de un novenario y terminada con
"el toreo", que tiene carácter de ofrenda y oración. Se
limpia la iglesia, se arreglan las imágenes,
vistiéndolas con ropas adecuadas, y se las adorna con
flores hechas de papel de variados colores.
Desde
las vísperas del 15 de agosto suenan las campanas y
revientan bombas anunciando la próxima alegría. En la
noche se cantan las Vísperas y después, en la puerta de
la Iglesia, como se hizo en el Novenario, aunque con
más solemnidad, se bailará el Suri, y los Caballitos,
sí se encuentran quiénes lo saben danzar. Al repique de
las campanas, al reventar de las bombas se agregan los
fuegos artificiales. Y es tal la alegría interior, que
los fieles se quedan en la puerta de la Iglesia viendo
"adorar", y danzando al compás de los tambores y las
cornetas.
Las campanas, las bombas
y el bombo anuncian, a la madrugada del día 15, la
fiesta esperada. Desde el alba la Iglesia está llena de
fieles para la Primera misa de comunión. Terminada la
misa, la procesión dará vuelta a la "plaza de toros",
deteniéndose en las "posas" para incensar las imágenes.
La misa solemne empieza
tarde. Se repiten las escenas de la misa anterior, y
luego se realiza la procesión que recorre las calles
del pueblo. Se detienen en cuatro esquinas. Se
inciensan las imágenes, y al llegar al templo, se las
coloca en su lugar preferencial, mientras los
bailarines hacen su "adoración" en la puerta. Como en
toda la procesión, se tocan las campanas, revientan
bombas y la música de bombos, cañas y sicuris siguen
con su aporte musical acompañando a "los Zuris" que
"adoran" incansablemente.
Solamente
el mediodía pone una pausa en la intensidad de la
fiesta casabindeña, ya que, después del almuerzo, se
sigue festejando y así se llega al toreo. Cabe notar
que el toreo no es cruento y es el único de su
naturaleza en todo el territorio nacional.
Desde ese momento,
Casabindo vive pendiente de lo que se ha de realizar
frente a la Iglesia, en "la plaza de toros" y con la
imagen de la Virgen en la puerta, como bella
espectadora divina. Comenzará lo imprevisto y lo
improvisado, cualquiera será torero para cualquier
torito. Se necesita únicamente uno dosis de valor y
agilidad. El secreto del éxito consiste en que el
improvisado torero saque, de entre los cuernos del
animal, una cinta roja con monedas de plata antigua que
lleva atada a los mismos. Es la misma cinta roja que
estuvo a los pies de la imagen de la Santísima Virgen
durante la procesión.
Se torearán varios
toritos, y al terminar la corrida, algunos rezagados
quedarán festejando hasta el amanecer del día
siguiente. La imagen de la Virgen será colocada en su
nicho, y Casabindo volverá a su silencio y a su
soledad.
Iglesia de Casabindo
fuente:
http://www.temakel.com/fiestacasabindo.htm