“UNA DE LAS COSAS MAS IMPORTANTES QUE UN INSTRUMENTISTA
DEBE TENER ESTILO PROPIO”
En
el piano de Hilda Herrera el paisaje quedó lejos, solo
está la inmensidad de cada uno de los hombres que
inspiraron a Nella Castro para que la zamba no huela a
melaza, no sea solo encuentros amorosos, de las mujeres
por cuya boca gritaba el silencio y la soledad
enhebrando desvelos desde los textos de Margarita Durán.
Hilda Herrera hundió sus manos en la profunda batea añil
de los poemas y libertó a los pájaros de su teclado. En
los acordes de sus canciones quedaron impregnadas luchas
anónimas, para que formen parte insustituible de nuestro
cancionero folklórico.
Por esas
vueltas de la vida yo nací en Capilla del Monte donde
habían recalado mis padres y mi hermano el mayor cuando
papá se enfermó de los pulmones en Rosario. En esa
época no había nada más que decir- “Vaya a las
sierras”-Se trató en el Santa María de Bialet Maset.
Por esas casualidades fueron a parar a Capilla y papá se
enamoró del pueblo, de la provincia y allí nacieron mis
otros hermanos, somos cinco.
_
¿También músicos?
-Todos
son muy músicos. Cuando éramos adolescentes teníamos un
cuarteto, cantábamos a cuatro voces, las dos mujeres y
los dos varones, yo hacia algunos arreglos, uno tocaba
guitarra, el otro bombo, la quena. Siempre hubo música
en casa hecha por nosotros. Era otra vida, otro contacto
con la música era una casa abierta la de mis padres.
-Era el tiempo que se cantaba mientras se lavaba la
ropa…
-¡Pero
claro!, se hacia música de la manera mas natural,
formaba parte de la vida cotidiana y yo encantada
tocando el piano, con el acompañamiento de mis
hermanos. Era una cosa tremendamente compartida, nunca
pensé un destino de profesionalismo, no pensaba tengo
que ser famosa. Las cosas que hice fueron por vocación
y amor a la música nuestra, nada más.
-¿Quien la rebautizó Nena?
-En
casa, de toda la vida. Es muy andaluz. De parte de mis
abuelos paternos tengo esa estirpe de la cual me siento
orgullosa. En España a la hija mayor se le decía nena y
al varón nene, cosa que mi hermano encontraba
indignante, se negaba a contestar cuando lo llamaban, no
se cansaba de repetir –Yo soy Jorge-.A mí me quedó para
siempre. Así como a mi hermana se la llama la negra, yo
soy la nena. En Córdoba se estila agregarles el
“la”.Lo que motivó diversas bromas. Cuando nació mi
primera nieta, mi cuñado me decía que en esta familia a
la abuela le dicen nena y a la chica le ponen Consuelo
que es nombre de vieja, así cuando uno dice -“Vení
nena”-viene la abuela en vez de la nieta. Ahora ya
crecidas mis nietas me llaman abuela Nena, es como un
nombre.
-¿Quien fue su primera maestra?
-Tuve una
sola la señora Dolly de Nuvolone, una porteña que se
tuvo que mudar a Córdoba por las mismas razones que mi
padre. Era una gran profesora formada en Buenos Aires,
la mejor maestra de piano, yo estudié hasta mis 13 años
cuando me mandaron a la ciudad de Córdoba porque en el
pueblo no había secundario, nuestro destino junto a mis
hermanos fue escuela de monjas o curas porque éramos
demasiado chicos para pensión. Toda mi formación
pianística la hice con ella, es la que me puso las manos
en el piano, todo lo demás fue autodidacto.
SECRETOS DE CREACIÓN
-¿Como conoce a Nella Castro?
-Casualidades de las vueltas de la vida. El era
pensionista de mi tía en Buenos Aires. En uno de mis
viajes, con apenas 19 años y piano de por medio nos
conocimos. A él le gustaron algunos temas míos y me
preguntó modestamente-“¡Que lindas zambas! ¿Tienen
letras?”. Eran tiempos donde no se usaba el tuteo.-”No”
(yo ni idea tenía)-Entonces ahí nomás él tomó el
monstruo de las melodías, como se llama habitualmente, y
le puso letra a dos zambas, una de ellas la hicieron Los
Arroyeños “El llanto del crespín”. Así empezó la
relación de poeta-compositora.
-¿Quien titulaba?
-El.
Yo siempre respeté al poeta. Nunca puse título a lo que
hice con letra de otro. No escribo porque respeto mucho
la poesía. Puedo escribir en mi casa, pero de ahí a ser
letrista o cancionista hay mucho trecho. Me parece
extraordinario el que lo puede hacer y cuando digo
cancionista especifico porque hay poetas con muy buenas
letra que no sirven para canciones. Yo lo pude
comprobar más de una vez, por eso solo compuse y al
recibirlas pregunté -¿Qué es esto?, ¿Cómo se llama?-
Los títulos siempre les correspondieron a los poetas.
-¿Tiene una buena relación con ellos?
-Sí, con
Margarita Durán, con mi hermano Kiko fue muy buena, pero
con Antonio Nella Castro se dio una relación muy
especial a partir de la “Zamba del chaguanco”. Cuando
me alcanzó la letra estuve 9 años sin poder ponerle
música. Con 19 años apenas, no podía hacer nada con
ella, mejor dicho hacía mil pero nunca encontraba la
fuerza de la letra, no encontraba tampoco la fuerza de
la letra en mi música. Al ver que los intentos eran
infructuosos la dejé. Así quedó olvidada 8 años, hasta
que casualmente en un festival de Cosquín me encontré
con Nella, yo ya me había separado, tenía dos chicos, el
también se había separado y vuelto a casar. Después de
la alegría del encuentro me pregunta si tenía la letra
de esa zamba, porque él no conservaba copia. Claro, yo
había olvidado sus costumbres, así que cuando volví
empecé a buscarla entre mis papeles a los que las
mudanzas habían desordenado, hasta que finalmente la
encontré. Recuerdo que la hice de memoria en un viaje a
Rosario, tenía la necesidad de devolverla con música. En
9 años la vida me pasó por encima, fue muy dura esa
etapa, a los 19 no sabía nada de los avatares de la
vida, en cambio casi a los 30 era otra historia. De ahí
en más Nella me dio “La poncho colorado”,”Navidad 2000”,
“La diablera”.
-¿Que pasó por su corazón cuando supo que Navidad 2000
se iba a cantar en el Vaticano?
-¡Huy!
Fue muy emocionante. Yo me asombré mucho cuando hicimos
con Nella este tema. Mercedes Sosa estaba haciendo el
disco de las navidades, él estaba en Salta y me manda
por correo la letra. Inmediatamente lo llamé para
plantearle que era el año 70, apenas 30 años nos
separaban de la navidad del 2000, y me respondió muy
tranquilo -“Cuando nosotros no estemos esto
va a ser muy famoso”-asombrada la contesté-“pero
¿ vos te crees que vamos a estar para ese año?”-“Yo no
voy a estar”-me vaticinó. En realidad podría haber
puesto cualquier cosa pero 30 años antes, era profético.
Así que cuando Mercedes me dijo no lo podía creer-“¿En
el Vaticano?”-y solo pensé Antonio tenía razón.
-¿Que significó “Juanito Laguna se baña en el río”?
-Un día
me llama Rómulo Lagos para contarme que había hecho una
convocatoria a 10 poetas y compositores para que
trabajen sobre 10 collage de Antonio Berni, y uno de los
temas quería que los hagamos Nella y yo. El vino de
Salta, vio el cuadro y se fue. Pese a su poco tiempo
porque tenía mucho trabajo periodístico, me trajo
enseguida la letra. Yo la leo y le digo -“esto es un
tango “-me miró sorprendido y me dice -“Genial,
como vas a hacer una zamba de un personaje urbano. Las
villas miserias están únicamente en las grandes ciudades
en el campo están los ranchos, pero ¿como te diste
cuenta que era un tango?”-No encontré la respuesta,
pero con esa letra maravillosa “El rió desnudo se baña
con él….” Salió así…..rang…fue ir al piano e
inmediatamente como tengo buena memoria para las letras
“el aire calienta las calles de cuero, y salen los
pibes, pelota y potrero”…ya estaba el tango. Me encantó
hacerlo y fue el único excepto la milonga de Piazzola
que anduvo, no pasó nada con ninguna otra, tal vez algo
con el de Isella Juanito Laguna remonta un barrilete que
se acerca un poco más a la cosa urbana. Una vez más
Nella tenía razón Juanito Laguna no era para temas
folklóricos.
ROMANCE DE AQUELLA PORTEÑ
-¿De que trata romance de aquella porteña?
-Margarita
Durán la escribió en el año 72.La conocía poco, lo único
que habiamos hecho juntas era la “Zamba del fiero” texto
sobre “El mundo es ancho y ajeno” de Ciro Alegría, de
donde sacó el personaje del fiero. Ella trabajaba en la
biblioteca municipal, un día me dice -“Estoy dando
vuelta tratando de encontrar la respuesta a porque la
mujer nunca aparece en la poesía gauchesca, porque no
hay datos de la mujer en toda nuestra poesía de la
pampa, únicamente se habla de las heroínas (Había salido
Mujeres argentinas) nunca de la mujer anónima, de la
mujer seguidora, laburante, madre, compañera a muerte
del hombre, aquella que le pone el hombro.Yo voy a
escribir sobre esa mujer”-.Como era una mujer de
vasta formación cultural ,estaba siempre en la búsqueda
de datos de mujeres en los censos, en catastro, durante
un año rastreó datos. Un día me dice- “Nena
toma las letras de Romance para aquella porteña “Era
un libro…maravilloso…cuando lo leí, decidí pedírselo
para llevarlo a mis vacaciones en Córdoba. El primer
tema que me atrapó es de la “Chinita de lucir”, aquella
que tenían las señoras de la sociedad porteña de la gran
aldea, la que llevaba los mensajes, el mate…”Apenas
de 14 años se fue al pueblo a lucir. La ciudad de
campanas y mensajes”…El leiv motiv de la obra es
siempre “sin decir nada”.Está dividida en temas
pampeanos: un estilo, un triunfo, un triste con una
letra tremenda, la mujer de Fierro a la que le llevan el
marido a las campañas y ella se queda sola “sin decir
nada” me frenó casi un año teniendo toda la obra hecha,
tanto que Margarita llegó a decirme que adaptaba el
texto. El día que la hice, la llamé al trabajo, vino
inmediatamente y las dos llorábamos mientras la tocaba y
cantaba. Cuando la estrené en Córdoba, todas las
mujeres venían llorando a decirme –“Esa es mi tía, mi
abuela, mi hermana, mi madre”- y los temas de la
ciudad son un candombe, un vals, una milonga ciudadana
y un esbozo de tango. Es una pintura de la mujer desde
aquella india que estuvo en la primera fundación de
Buenos Aires hasta la segunda inmigración, siempre
sola.”Quinientas mujeres mal
opinadas pusieron las cosas en limpio”.
-Semejante trabajo ¿solo se representó una vez en
Córdoba y otra aquí?
-El 21 de
agosto la vuelvo a hacer en Córdoba, en capital estoy a
la búsqueda de algún lugar para hacerla, ya que el coro
vendría gratis. Se la mostré a todo el mundo y siempre
recibí la misma respuesta es demasiado cruel, es dura,
es dramática, no tiene gancho festivalero.
LA
DIABLERA
-Cuénteme de “La diablera”.
-Cuando
recibí esa letra yo dije “¡Que barbaridad lo que ha
hecho este hombre!”.Sucede que antes de poner música a
la letra yo la tengo que saber dormida, la tengo que
aprender, digerir, todo el tiempo la estoy diciendo. Yo
entiendo que las letras tienen música propia. Hasta que
no la encuentro no me siento al piano, no pienso voy a
hacer esto en este ritmo, va a tener el que me de la
palabra, repetía “los huesos se le hacen cedro,
roble, lapacho, guayacán o tipa blanca, y dormita su
pena manso flaco tirado en un rincón viejo del alma”
.Impresionante, y lo que salió fue así desgarradamente.
Le gustó muchísimo cuando la escuchó. Yo pienso que fue
lo mejor que hice con Nella. Como los que la han cantado
la han cambiado mucho armónica y rítmicamente, quería
hacerla como es, para que la versión mía quedara tal
como la hice con su melodía y armonía tal como es.
Pienso que una síntesis de mi trabajo como compositora,
por eso no dudé en titular mi nuevo disco con este
nombre.
-¿Que temas incluyó en este nuevo material discográfico?
-Algunas
cosas mías como el vals”Volvé ciudad” con Griselda
Gambaro, “La obrajera” de un fuerte texto de mi hermano
Kiko, “Entre pampa y riachuelo” con Margarita Durán,
según la critica una versión de “La López Pereyra”,
aprovecho para aclarar que hace mucho tiempo quería
grabarla porque tengo la partitura original de esa zamba
(busca en su biblioteca , y me muestra un libro de
recopilaciones de partituras lujosamente encuadernadas
en cuero , en cuyo prólogo está la generosa rúbrica de
Andrés Chazarreta, fechada en 1926, donde dice zamba
salteña, recopilación sin letra).Te das cuenta no es un
arreglo mío es la original melodía, la versión es mía
porque la toco a mi manera pero totalmente respetada
como era antes de tener letra, quería dejarla
documentada, “La chacarera del santiagueño” de Miguel
Ángel Trejo ,”Chayita del vidalero” aunque ya la había
grabado en el disco ” Al calor de la tierra”, cuando le
conté a Ramón Navarro me dice-“Hilda vos sos la dueña
de la canción, nadie la ha tocado en piano y cuando lo
hacen te copian el arreglo”-Me causó mucha gracia y
riéndome le contesté-”Mientras se conozca la obra”-
,la “Huella por el sur” de Tejada Gómez y mi queridísimo
Remo Pignoni, ,”La urpila” recopilación de Gómez
Carrillo, entre otras.
-Siempre ha hecho un repertorio muy poco escuchado.
¿Cuál es la causa?
-La
gente dice –“Voy a hacer esto porque puede caminar”-Yo
siempre hice un repertorio muy poco hecho y no porque lo
busqué a propósito. Siempre tengo una mirada hacia los
grandes, por eso en este nuevo disco he puesto dos temas
de Polo Giménez”Zambita del que se va” y “Según me
brotan las coplas”, un autor que yo quiero tanto, un
hombre muy olvidado por los interpretes. Lo único que
hacen es paisaje de Catamarca. Yo admiro mucho su obra.
Una sola vez tuve ocasión de verlo tocando el piano a
este cordobés como yo.
-¿La provincia la marcó?
- Cuando
era joven, a los cordobeses siempre nos decían –“Ustedes
no tienen folklore, no tienen nada. ¿Cuál es el folklore
de Córdoba? El cuarteto, seguro”. Y yo contestaba
enojada que nosotros estábamos en el medio, así que
recibíamos la música de todos lados: del altiplano, de
cuyo, del norte, del litoral, porque todos los
estudiantes venían en ese momento a la Universidad de
Córdoba. El único lugar de donde no llegaban era de
Buenos Aires. Para mí siempre fue una fuente increíble
de conocimientos.
-¿Qué valora en los autores?
Yo no soy
folkloróloga, ni musicóloga, ni investigadora como me
han rotulado muchas veces. Lo único que he hecho es
escuchar mucho y fundamentalmente a los que considero
que son muy valiosos, lo hago intuitivamente tal vez sea
mi formación clásica. Porque amo y estudio tanto la otra
música, la grande , es que me he formado de otra manera
para valorar a la gente que aun sin saber nada de música
son creadores sinceros, honestos .Recordemos que Mozart
no sabía nada de música cuando empezó a componer, pero
era un gran intuitivo y después su formación fue
fantástica, un genio, esa simpleza era innata, y como
él cuantos otros que habrán quedado en el camino con
el amor, con esa cosa que uno lleva adentro, esa cosa
ancestral que se siente. No sé porque me interesé en el
folklore, solo sé que me conmovía.
-¿Fue determinante conocer a don Ata aunque la mandara a
hacer solamente “dominante y tónicas”?
-¡Ah!
Totalmente. Me terminó de abrir los ojos para saber lo
que yo tenía que hacer, para mí fue muy importante su
amistad me decía “-Dominantes y tónicas, Nena, no me
ponga otra cosa ¡Eh!”-….
-¿Y
como tomaba ese consejo?
-Tal cual
me lo daba. Don Ata siempre tenía razón y punto. Me
sirvió mucho esa severidad para la música, es una gran
condición, no le permite irse por las ramas, hacer
firuletes ni fuegos artificiales. Siempre me decía
–“Toque, paisana, toque”, y yo le retrucaba
cuando empezaba –“Usted se calla en la guitarra manda
usted pero en el piano mando yo”-. Siempre tuvimos
una excelente relación. Cuando pasaba para Cerro
colorado iba a casa a comer las empanadas que mamá le
hacía. Un día descubrimos que su apellido era Chavero y
le preguntamos si era el verdadero –“Y, sí”-.
Contestó . Entonces mi madre le contó que tenía una tía
del mismo apellido en Pergamino.-“¡Pero no me diga!
Es prima mía, entonces somos parientes”- Desde
entonces me saludaba –“¿Cómo anda parienta?”-
Por supuesto era un parentesco muy lejano de tías
políticas, le gustaba decirme-“Toque, parienta toque,
no me ponga cosas raras “-y le encantaba escuchar
sus temas en mi piano, varias veces me dijo que tendría
que grabarlas, nunca lo pude hacer. Por eso cuando
grabé para Epsa, sin dudar pensé en su obra, les causó
asombro, me preguntaban ¿Yupanqui en piano y sin
cantar? Porque la verdad que Ata es más que nada la
presencia de su palabra pero siempre estuve cerca de su
música y su palabra. Porque cuando toco un tema lo
canto interiormente, creo que eso se nota cuando uno la
escucha, yo que respeto totalmente la palabra eso es
quizás lo que me permite emocionarme, no estoy pensando
en que arreglo la voy a hacer sino en su poesía. Cuando
toco” La raqueña” por ejemplo”En el corral de pircas,
zumba mi lazo, así me zumba el alma vidita, cuando te
abrazo” es otro el sentir. Nadie pensó que ese
disco pudiera tener algún tipo de resonancia en la gente
y sin embargo ha gustado mucho, porque a Ata se lo
canta, nunca se lo toca. Pienso que son melodías únicas
tan simples, criollas, puras…tan nuestras...
-Que elemento se necesita para hacer un buen arreglo
musical ¿La honestidad?, ¿el criterio?
-Las dos
son muy importantes.También mucho de intuición porque
esto no se puede enseñar. A la gente con la que trabajo
no les enseño a arreglar porque si lo hago van a hacerlo
igual que yo. Considero que una de las cosas más
importantes que tiene un instrumentista es el estilo
propios hacen un arreglo a mi manera va a ser una copia
y siempre las copias son peores que los originales. Cada
uno debe encontrar su propia personalidad. Y estoy muy
orgullosa de mis pianistas, como yo los llamo a los
jóvenes que trabajan conmigo. Cada uno tiene un estilo
propio. Yo insisto en que trabajen en forma buceadora,
siempre buscando, si tienen talento para hacerlo, este
va a surgir. Claro, a través de mucho trabajo. No es una
cuestión de decir yo me siento arreglo, chapuceo y ya
está. ¡No! Cuando se trabaja así pasan sin pena ni
gloria porque es una copia de algo, no tiene
profundidad, seguramente bastante elemental, lleno de
lugares comunes. Al escuchar uno empieza a encontrar
que se parece a esto o aquello. Eso no le aporta nada
al arreglo. Como solía decir Don Ata -“A los que
tienen que hacerme un arreglo que me digan que está
desarreglado en mi tema”. Y es totalmente cierto,
por eso no me gusta la palabra arreglo, mejor es versión
como dice Salgán –“son versiones”-Me gusta esa
definición, es una mirada, como dijo antes usted,
honesta. Es hacer lo que a uno le gusta y no lo que está
de moda… esa es la historia.
Una mirada a la docencia
-¿Como es su relación con sus alumnos?
-Toda mi
vida fui docente, nunca viví de la música. Me jubilé de
docente de escuela secundaria así que mirá si he
trabajado con chicos, pero 11 años antes había empezado
a trabajar con pianistas, gente joven comprometida con
una idea o más que una idea un sentir. Soy bastante
selectiva trabajando, yo no enseño piano, es un trabajo
agotador, muchas veces infructuoso. Yo dejo ese trabajo
a los maestros de piano porque además no tenía tiempo
siempre trabajé mucho como docente y ama de casa madre
de mis hijos.
Me gusta
tomar gente que viene con una formación pianística que
quieren hacer algo porque creen en el piano, no en el
teclado que es otra historia. Yo siempre defendí el
pianismo porque pienso que es un instrumento que tiene
vida, a la cual hay que sacarla, no la tiene un
instrumento electrónico. Por razones de trabajo me
sugirieron que comprara un teclado porque en muchas
ocasiones no hay piano. Uno de los graves problemas
que tenemos en este país los pianistas, es que los
lugares donde se podría actuar como sala de conciertos o
teatros chicos, si hay piano es un elemento que está de
casualidad o de adorno, son pocos los que toman
conciencia que es un instrumento que hay que cuidar,
afinar y mantener. Yo he intentado tocar teclado, pero
no es lo que yo hago, me deja totalmente fría, no me
sirve, no lo sé manejar.
-¿Cuál es la diferencia?
El
trabajo pianístico es de toque, ese sonido de
profundidad .Por eso el joven que toca tiene un sonido…
una escuela, en un teclado todos los sonidos son
iguales. En cambio a un piano se le pueden arrancar otra
cosa, trabajo con chicos que en primer lugar creen en
él, creen que se puede hacer mucho dentro de la música
argentina ya no hablo de la música clásica, porque es
maravilloso lo ya se ha hecho, lógicamente es otro
terreno, yo hablo de la música popular. ¿De donde me
vino ese conocimiento? Yo conviví en mi adolescencia con
el jazz, el tango, el folklore y la música clásica,
aunque no me gusta hacer la diferencia.
-¿A
quienes admiraba?
Mi
admiración por los pianistas de jazz data de los 13
años, entonces yo ya escuchaba a Ar Tatum o Mel Evans.
Yo pensaba ¡Qué maravilla! ¿Porque no se va a poder
hacer en la música nuestra lo que se hace en jazz? El
problema está en el ritmo, el quid del asunto está en el
ritmo.(enfatiza). Yo he trabajado sobre la base rítmica
más que sobre la armonía. Trato que mis alumnos aprendan
la rítmica de todo el país, los giros melódicos propios
de cada región, su espíritu, ahí es donde ellos se van
a meter para hacer sus versiones. En un piano todo pasa
por el trabajo de escuchar mucho. En los jóvenes el
drama más grande es cuando te preguntan ¿De donde saco?
Yo les respondo –“Andá por favor y escucha a fulano y
zutano, los que han hecho bien nuestra música, aprendé
de ahí. Cuando tengas oído vas a empezar a entender que
diferencia hay entre una cueca y una vidala chayera. Si
la diferencia es enorme ¿Por qué la tenés que tocar
igual?”
Por eso
hay que escuchar a Ramón Navarro en las chayas, a
Montbrum Ocampo en las cuecas. La falta de conocimiento
da como resultado esa chatura que uno encuentra. Por
supuesto hablo en términos generales… excepciones hubo
siempre.
-¿Cuál es el panorama?
-Tenemos
una riqueza impresionante en el país. Ese es el camino
que estoy marcando todo el tiempo con los jóvenes que
trabajo. Si ellos se comprometen con eso y creen,
enseguida empieza a aparecer el resultado El que no cree
esto se va. Es muy fácil. Yo no tengo que decirle a
nadie que se vaya, si piensa que esto es perder el
tiempo, se va solo. Pero el que trabaja seriamente ve
frutos. Yo estoy muy contenta porque creo por fin que no
he vivido en vano. Por fin veo que tanto esfuerzo, tanta
lucha por la música nuestra está en buenas manos. Hay
toda una generación trabajando de otra manera y eso me
llena de alegría.
Pianos que son amores, otros no tanto…
-¿Cuál es la secreta relación con su piano?
-Yo lo
siento como una cosa viva, así como el guitarrista
siente la guitarra entre sus brazos y afirma que es una
extensión de su cuerpo, a mí me pasa eso con el piano.
Cuando chica era muy introvertida, la única manera de
comunicarme era con mi piano, si estaba triste o
exultante iba al piano y tocaba. Me servía a mí y los
demás sabían como estaba mi ánimo. Es mi gran escape.
-¿Tuvo varios pianos?
- Sí,
cuando me mudé tuve que vender mi viejo piano, aquel que
me había comprado papá a los 5 años. No hubo manera de
entrarlo a la casa ni siquiera por la ventana, así que
me vi obligada a abandonarlo…cuando lo vendí lloré
meses. Me compré otro que en ese momento podía comprar,
porque son muy caros. Cuando lo toqué me pareció que
tenía un sonido muy fuerte. El que me lo vendió me dijo
que era la acústica del lugar. Cuando lo traje a casa
¡Ay, Dios mío! Que espanto de piano… Era lindo, francés,
muy fuerte pero tenía un sonido que no podía soportar.
Lo tocaba y me ponía a llorar, lo cerraba y no tocaba.
Así pasé más de 3 años horribles. Me salvaba que en
donde yo
trabajaba, había un piano muy querido por mí, un
Bechstein...Ahí tenía el desahogo.
-¿Tienen historia?
-Sí,
y es muy lindo saberla. Cuando llego a un lugar
pregunto cuantos años tiene, andá a saber que manos lo
tocaron. En el año 2003 tenía que dar un concierto en
el ex -Teatro Rivera Indarte, y habían traído un piano
nuevo de Alemania, impresionante, de gran cola, un
Stenways. Me lo muestran orgullosos, yo empiezo a
probar y les digo-“No puedo tocar en este piano, me
dejan probar en ese que está allá”. Había otro piano
viejo, el de siempre en un costado.Insistentes me
decían –“Pero Hilda, queremos que usted lo estrene”-Y
yo seguía preguntando -“¿Puedo elegir?”-Se
miraron entre ellos y uno le dice al otro-“¿Viste?
¿Que te dije yo?”-.Resulta que el mes anterior había
llegado un pianista extranjero y les pasó exactamente lo
mismo, el concierto lo dio como yo en el otro piano. Se
quedaron con las ganas de lucir para el pueblo de
Córdoba su piano fantástico que además les había costado
una fortuna. Algo tiene, o mejor dicho le falta el
alma. En cambio el que toqué ha recibido pianistas de
todo el mundo durante 60 o 70 años, siempre queda
impregnado algo del pianista, es un Bechstein del año
33, un piano muy querido. Apenas empecé a tocar sentí
inmediatamente un ida y vuelta.
-¿Que pasó con el piano que no quería?
-Lo di
como parte de pago al comprarme el que tengo
actualmente, que es muy cálido. En este pude armar el
disco dedicado a Yupanqui. Si hubiera tenido el otro no
lo hubiera podido hacer, estoy segura, por algo soy
pianista hasta mi muerte.
-
La mano más querida ¿Cuál es?
-La
izquierda. “El bombo” como me decía Adolfo Abalos la
primera vez que me escuchó (imita graciosamente su
tonada santiagueña)-“Pero esta chica tiene el bombo
en la mano izquierda”-Es que todo el trabajo rítmico
está en ella. Mi marido, el padre de mis hijos era
santiagueño y me enseñó a tocar el bombo, recién
entonces pude hacer folklore, entendí que es lo que hace
Adolfo en el piano.
-¿Que le diría su mano izquierda a la derecha?
-¡Gracias! (se ríe abiertamente) Son mis herramientas de
trabajo.
Una mano
izquierda que se hunde afanosamente a la búsqueda de las
notas graves y la derecha arriando pájaros. Dos manos
fecundas para un territorio negro y blanco , blanco y
negro de las teclas de su piano de cola fundidas en el
cautivante mensaje de una canción.
Graciela
Arancibia