Ranchada larga
de adobe y pajas,
vieja cocina,
hierro y carbón;
horcón y aleros
de atardecidas,
que en Ombusito
apretaba el sol…
allá en mi
Libres, portal de sueños,
ya no está el
rancho de Don Pilar,
mi abuelo
gaucho, el que fue tropero,
de duende a
veces viene en corcel…
En un tordillo
gigante pasa,
y ha de quedarse
en el Tropezón,
aquel boliche
donde entonaba
sus esperanzas a
la oración…
Por esos campos
litoraleños
cabalga el alma
de Don Pilar,
si hasta parece
que hay terus-terus,
que acompañando
va su silbar…
Hay fiesta
grande en lo de Don Pérez,
por Santa Rita
han de festejar,
el vino amigo de
los domingos,
con sus paisanos
le ha de encontrar…
Por paso Márquez
se fue la tropa,
ya va pasar por
Carancho Cué,
así su estampa
de caballero
dejó su huella
en el suelo aquel…
En un tordillo
gigante pasa,
y ha de quedarse
en el Tropezón,
aquel boliche
donde entonaba
sus esperanzas a
la oración…