El cuero es la piel animal sin preparación o tratada de
forma química para producir un material robusto,
flexible y resistente a la putrefacción (descomposición
de materias, animal o vegetal, por acción bacterial).
Casi toda su producción a nivel mundial procede de
pieles de ganado vacuno, caprino y lanar. También se
emplean, en menor proporción, pieles de caballo, cerdo,
canguro, ciervo, foca, morsa y diversos reptiles.
Desde los tiempos más remotos, el hombre se ha dedicado a
trabajar el cuero y en forma ingeniosa pudo convertirlo
en una serie de objetos útiles y confortables. Ya en la
Prehistoria, su colorida atracción estimuló la
imaginación y despertó su interés. Y esto hace que su
producción sea uno de los oficios más antiguos del ser
humano.
Existen algunos factores que han favorecido -y continúan
haciéndolo-la popularidad de este material, como
su enlace fibroso tridimensional y su asociada
porosidad, también la química natural de la estructura
de la piel basada en el colágeno. Todo esto es el
origen de atributos físicos importantes para la
vestimenta, como la permeabilidad al vapor de agua y la
aptitud de acumular 30% sin perder el tacto seco, así
como las propiedades de estiramiento por fuerza
independiente de la temperatura, que permite dirigir la
resistencia con la suavidad y la elasticidad sin
problemas de deformación.
Las materias primas empleadas por la industria del cuero
son sobre todo productos secundarios de la industria de
la carne. Después de matar y despellejar al
animal, y antes de iniciarse el proceso de curtido, las
pieles en bruto se curan al salarlas o al secarlas.
Dentro de los métodos de curado más frecuentes se
encuentra el uso de sal, ya sea por salazón húmeda o por
el curado con salmuera. Este tipo de tratamiento se
realizaba en los famosos saladeros, en el siglo XIX,
ubicados en la zona sur de la provincia de Buenos Aires.
El curtidor puede realizar cambios con aquello que ofrece
la naturaleza. Es posible modificar el aspecto de la
superficie por el lijado -como en el caso del nobuk- y
por el grabado con placas de fantasía. Se puede teñir el
cuero con variados colorantes e influir en las
características, como resistencia a la luz, a la
abrasión, solidez al rayado, a las flexiones repetidas,
repelencia al agua y al aceite por diferentes
tecnologías. Además, y lo más importante, tiene una
excelente resistencia al envejecimiento.
Originalmente, para el curtido se usaban vegetales como
cortezas, maderas, hojas y raíces, en su mayoría de
plantas tropicales o subtropicales, como la mimosa, el
quebracho o el castaño. La vieja curtición a la grasa o
al aceite y el que se hace con sales de aluminio poseen
hoy escasa demanda. En el curtido vegetal existe un
agente que evita que la piel se pudra y se encoja; es
una sustancia conocida como tanino, que se extrae de la
corteza, la madera, los frutos y las hojas de algunos
árboles. Entre sus fuentes se hallan la corteza de
mangle de la isla de Borneo (Asia); la de acacia,
procedente de Sudáfrica; la madera del quebracho
colorado, de América del Sur; el fruto de mirobálano de
la India, y la corteza del roble.
Fuente: Libro Manualidades Criollas - El cuero crudo paso
por paso
Autor Manuel Bugallo -Agradecemos a Editorial Andrómeda
permitirnos la publicación del presente material