“CONSERVAMOS EL
MISMO TIPO DE ARREGLO Y ARMONÍA, PUEDEN CAMBIAR LAS
CANCIONES PERO NO LA TEMÁTICA”
Todo canto como el
tiempo tiene una hondura en la que necesitamos
detenernos para que su fuerza creadora nos atrape, nos
emocione o simplemente nos alumbre con su claridad. Si
alguien dibujara nuestro cancionero con fundamento, el
nombre de Cantoral quedará entre los grupos vocales que
han sabido cantarle a los valores de nuestra identidad,
preservando el pasado reciente, uniéndolo a este
presente que vive en cada uno de sus canciones, donde
late con la misma fuerza y vibra con la misma voz. Con
37 años de trayectoria, con más de 20 discos editados,
siguen en el camino folclórico dejando un importante
legado musical para las nuevas formaciones vocales.
Hoy Cantoral cuenta
entre sus integrantes a Darío Nicolás, Francisco
“Pancho” Montiel, Raúl Cortamira, Raúl Cabrera y
Federico Scocco. Con él compartí unos mates en bajo el
entoldado de la enredadera del patio de mi casa, en una
mañana veraniega plena de luz, donde el canto de los
pájaros enmarcaban sus palabras.
-¿Como lo trata la
vida a “Cantoral en el camino” de la música?
- Ja, ja. Así nos dibujó
nuestro amigo Caloi en la portada de nuestro último
disco, es un honor para nosotros que semejante artista
nos haya ofrecido su trabajo, quedando muy agradecidos
por su gentileza y su nombre viene del título de la
canción de nuestro querido Rafael Amor “En el camino”
que está grabado en el mismo, uno de los tantos que
cantamos. Nos pareció que es lo que nosotros hacemos
después de tantos años, selectivos en el repertorio de
las canciones , ellas nos tienen que llegar
profundamente a todos y en ese sentido congeniamos
bastante bien. Por supuesto al conformar un grupo
tenemos un gusto estético musical y poético bastante
similar. Generalmente los que traemos las canciones
sabemos cuales son las que van a gustar, no descartamos
demasiado.
-La elección de
ustedes siempre fue hacer el canto con fundamento.
-En todos los discos esa
temática la hemos tocado porque las cosas nunca
anduvieron bien del todo en la vida del pueblo, así que
no los hemos dejado de lado cuando vemos que al ser
humano le suceden tantas injusticias, ya sean debido a
la falta de educación, de salud, de desempleo, de la
pérdida de valores, o a la corrupción, cada una de estas
cosas tratamos de denunciarlo en nuestros discos de
alguna manera o bien la temática gira sobre estos temas,
siempre está presente.
- El grupo vocal ha
nacido en pleno florecimiento de la música folclórica.
¿Cómo han transitado todos estos años, que han tenido
que cambiar para adaptarse a los nuevos tiempos?
-Nosotros nacimos como grupo
en el ’72 en una provincia muy polemizada en aquella
época. Córdoba era el “caidero” de mucha gente del
interior del país que concurría a las universidades.
Flotaba en el aire una cosa muy fuerte política y
musicalmente hablando, allí se mezclaban todas las
tonadas tucumanos, santiagueños, mendocinos,
sanjuaninos, catamarqueños se mezclaban con el
cordobés. Es la época donde nace el cancionero que se
diferencia un poco de la temática tradicional, con
autores maravillosos como Manuel Castilla, Cuchi
Leguizamón, Petrocelli indiscutibles, y atemporales y
después viene un nuevo cancionero con Mathus, Tejada,
Mercedes como voz cantante, donde se suma Hamlet Lima
Quintana y nosotros los jóvenes de esa época, los que
queríamos de alguna manera otra cosa nos sumamos. Así
nacen grupos como el nuestro que además de hacer música
folclórica por la cual tenemos un sumo respeto
incorporamos las canciones y ello nos ha traido grandes
satisfacciones.
-¿Que sentiste al
encontrarte con ese primer disco larga duración entre
las manos?
-¡Uy! Éramos muy jóvenes y
fue maravilloso. Todo fue muy rápido, no tuvimos que
hacer demasiada antesala. Estábamos en San Francisco,
Córdoba, el grupo empezó a funcionar muy bien, tuvimos
mucho apoyo. Cesar Isella iba muy seguido por allí, nos
escuchó y fue el primero que nos dio una mano muy
grande. Nos trajo directamente de la provincia a
trabajar a Buenos Aires, más concretamente al Teatro
Coliseo con Armando Tejada Gómez y Nicomedes Santa
Cruz. Ese mismo año nos presentamos en Cosquín, nos ve
Santos Lipesker y ahí nomás fuimos a grabar. Como no
pudimos volver a Córdoba por motivos laborales,
simplemente nos quedamos acá.
-¿Viviendo de la
música?
-Nosotros vivimos más de 25
años directamente de la música, era una época distinta,
hoy no son muchos los que “trabajan”, son contaditos con
la mano. El resto, muchísimos grupos salen por todos
lados pero no tienen el trabajo que teníamos nosotros en
aquel tiempo. Hoy en día deben mostrarse ante la
prensa, ir a los festivales costeándose los gastos para
ser conocidos. Charlando con los chicos recordábamos
que antes era muy difícil sacar un disco, cosa que hoy
cualquiera graba de manera independiente, hay miles de
estudios de grabación. También la difusión era otra,
cuando se editaba era muy probable que te conocieran
enseguida porque no eran muchos los medios. Recordemos
que en Buenos Aires había cuatro estudios de televisión
desde donde te veía el país. Era una época donde se
escuchaba folklore a la mañana, mediodía, tarde y noche,
había programas ómnibus semanales que llevaban cantores
en vivo. Ahora salvo que tengas un aparato de difusión
muy fuerte atrás tuyo, mucho dinero o alguien importante
para que tu prensa sea fuerte. Son muchos los medios,
vamos a hacer cualquier presentación y distribuimos 200
discos, hay FM por todos lados, así que se necesita
mucho material de difusión para poder subsistir como
grupo. Nosotros seguimos en la misma línea, no hemos
cambiado nuestro estilo, aunque sabemos que hoy es otro
el formato.
-¿Son otros los
arreglos?
-No, son los mismos,
conservamos el mismo tipo de arreglo, armonía, pueden
cambiar las canciones, no la temática. Ahora hay grupos
vocales que tienen 5 o 6 músicos atrás, en algunos
casos está bien, en otros no tanto. Me parece demasiados
sonidos que no tiene nada que ver, con la cosa más pura
del folclore vocal. De cualquier manera nosotros
consideramos que los grupos vocales deben mantener un
equilibrio porque digamos la verdad, uno que está dentro
de un grupo, que conoce el movimiento de los vocales,
hay algunos que no trasmiten demasiado por un exceso de
arreglos, de técnica, eso lleva a que poca gente los
entienda, no conmueven demasiado. Hay que lograrlo sin
dejar de lado la buena armonización, un equilibrio
válido para que el público entienda y vibre con uno
también, y eso no son tantos grupos vocales que lo
logran.
-¿Antes si los había?
-Sí te puedo nombrar grupos
que tenían esas condiciones como Los trovadores, Los
nocheros de Anta, tenían una fuerza, una personalidad
terrible, con excelentes arreglos que los entendía la
gente, Los andariegos también aunque siempre fueron un
poquito más difícil, ellos fueron grupos muy claros,
referentes indiscutibles.
-¿Cómo sobrellevaron
los años del proceso?
-Nosotros tuvimos suerte,
hicimos algunas temporadas, sale el primer disco
“Cantoral” y al poco tiempo lo prohíben, después vuelve
no sé porque misterio y al poco tiempo allá por el ’77
pusimos un local en la ciudad de Carlos Paz que se llamó
La peña de Carlos Paz y tuvo una vigencia de 14 años.
Todos los años nos instalábamos en diciembre y nos
quedábamos hasta semana santa. Fue una época
maravillosa, por allí pasaron el 90 % de los artistas
folclóricos, nosotros los programábamos antes de que
actúen en los festivales, yo diría casi todos. Fue un
lugar muy lindo que nos ayudó a mantenernos como grupo
artística y económicamente. Cuando terminaba veníamos a
Buenos Aires a grabar y trabajar.
-¿Que los hizo
dejarla?
-Fue una cosa muy curiosa.
Cuando nosotros empezamos, ese verano había 3
espectáculos
Darío Vittori, algún otro
espectáculo teatral y nosotros, de alguna manera tenías
el apoyo del pueblo, de la Municipalidad, porque se
necesitaba una cosa turística bien hecha. Pero la
ciudad empezó a crecer enormemente y junto con ella el
espectáculo. En los últimos años iba cualquier obra
encabezada por desconocidos mediáticos, entonces la
cabecera de espectáculos se empezó a distorsionar. Para
mí perdió mucha seriedad entonces era mucha la
competencia de la noche y nosotros ya estábamos un poco
cansados, pensamos que se había cumplido un ciclo. Ahí
vino la separación de Carlos Bergesio que hasta ese
momento nos había acompañado junto a Pancho Montiel,
Robi Rojo, Eduardo Guerrero y yo. Por el grupo pasaron
el Bongo Farias Gómez unos años, Horacio Aragona de
Zupay, Chiquito Catramboni de los Trovadores, en total
hicimos 5 o 6 cambios siempre resguardando el mismo
estilo, el que se incorporaba a Cantoral sabía como era
el tema… no había cambios de estilo.
-¿En la primera
formación eran todos cordobeses?
-Bergesio, Pancho y yo
éramos de San Francisco Eduardo Guerrero de Las
Varillas, y Robi de la ciudad de Córdoba, aunque en su
origen era chaqueño.
Tiempo de vocales
-Se han insertado en
el movimiento de Tiempo de vocales como grupo fundador.
-Hace rato que todos
queríamos que esto funcione en Buenos Aires. Empezamos
junto a Stella Crisci, Gurí de Quinteto Tiempo, Quito
Figueroa de Los trovadores, Cubino de La propaladora,
Heredia de Vocal argentino a reunirnos y trabajar sobre
el proyecto que desde hace ya 8 años está funcionando.
Una vez por año se realiza en Buenos Aires convocando a
grupos del interior, cuyo
número es importante. Es una movida bastante
interesante que se realiza durante varios días con la
asistencia de público numerosa, aunque tal vez falte un
poco de difusión, lo más importante es que se hace todo
a pulmón, porque lamentablemente no encontramos a nadie
que se interese en la parte gubernamental. Aquí en
Buenos Aires había 20 grupos reconocidos sumados a todos
los del interior. La modalidad es que la noche donde
por ejemplo nos toca a nosotros debemos compartirla con
1 o 2 grupos del interior, de esa manera hay unos 70
grupos en cada movida. Es sorprendente la cantidad de
gente que vive en las provincias que gusta del folclore
en general.
-¿Vos notás muchas
diferencias en los arreglos o armado entre aquellos
grupos vocales del comienzo y los de estos días?
-Yo creo que los grupos
vocales de hace unas décadas tenían una personalidad,
eso los hacía distintos uno de otro, había un sonido y
arreglos diferentes, un equilibrio entre lo técnico y lo
popular. Eso los hacía poder insertarse en un festival
folclórico y tener casi el mismo éxito que tenía un
grupo tradicional. Yo escuché a Los trovadores, Los
Huanca Huá, Los cinco del norte, Las voces blancas en un
festival y atrás venían por ejemplo Los de Salta, y el
público los aplaudía a todos por igual, gustaban…tenían
algo que gustaba, un repertorio muy bueno, quizás la
difusión que lo hacía conocido pero había esa magia que
hoy está faltando, me da la sensación que les cuesta
trascender de la cosa del ámbito vocal, si se
presentaran en un festival no se si tendrían como
aquellos años la convocatoria.
-¿Consiguen fácilmente
escenarios?
-Nosotros no tenemos
problemas para presentarnos en cualquier lado siempre
que tengan la cantidad necesaria de micrófonos para
cantar y para los instrumentos. Si no está ese
requerimiento técnico no podemos hacerlo. Pero hoy en
día la mayoría de las peñas de Capital Federal los
tienen, motivo por el cual nos hemos podido presentar en
casi todas ellas.
-Este año se
reencontraran con el público coscoíno.
-Si, ya firmamos para
actuar en el escenario de Cosquín, nuestro regreso a él
después de tantos años, además siempre hacemos algún
festival en el sur de la provincias como Jesús María. El
Cosquín de ahora difiere mucho de las lunas que
acostumbrábamos tener, el de antes se parecía más a un
teatro, con un respeto muy grande hacia el artista.
Ahora si no hacés subir al público arriba de una silla y
revolear un pulóver es como si no funcionara, me da esa
sensación. Se usa que las “estrellas” derrochen energía
con muchas vibraciones, es otra manera de hacer Cosquín
para aquellos que lo hemos visto de otra manera en otro
tiempo. A mí me llamó la atención la programación del
año pasado hubo una convergencia de artistas muy
importantes como hace mucho no estaban Marziali, Rafael
Amor, Juan Falú, Carlos Di Fulvio y la recepción del
público fue sensacional.
-¿Crees que se enseña
al público a ser ruidoso?
-Fíjate vos cuando le das un
motivo para que se calle un poco y preste atención se
comportan como en un teatro. Yo no digo que lo demás no
debe estar sino que tienen que dar lugar a los
diferentes artistas. Creo que hoy hay un concepto
distinto.
-¿Cuales son tus
canciones preferidas?
-¡Uy! ¡Que
difícil! Nosotros no hacemos un disco para que una
canción sea éxito, los trabajamos a todos de la misma
manera. En nuestro repertorio hay canciones que
grabamos y cantamos poco tiempo las dejamos de hacer, y
no quedan en el recuerdo pero creo que la canción que ha
quedado grabada al menos en mi corazón es “Paloma y
laurel”.Y como esa una canción que se quedó en el tiempo
y ahora estamos reflotando es “Zamba para no olvidarte”,
creo que fue el primer tema que tuvo una difusión
nacional, “Grito santiagueño”, “Fuego en Animaná”, hay 7
u 8 canciones que en 30 años han quedado prendadas no
solo en nosotros sino en la gente.
-¿Como son elegidos
los nuevos integrantes?
-No es fácil elegir nuevo
integrante, ni como grupo humano ni como grupo musical,
pero cuando nosotros tuvimos un cambio, hemos pedido a
algún colega referencias sobre tal o cual, es decir
conversamos entre nosotros si conocen a alguien o lo
probaron, porque lo escucharon, no siempre llega la
persona buscada puntualmente con el registros que estas
pidiendo y las condiciones que se necesitan para el
grupo. Pero las búsquedas siempre llegan a su fin,
entonces tenemos 2 o 3 reuniones, donde se comenta como
somos nosotros, cuantas veces ensayamos, se escucha si
tiene el registro de voz requerido, y por último se
aclara como funcionan las cosas en Cantoral.
-¿Ensayan
continuamente?
-Sí, en estos momentos
ensayamos un día a la semana siempre, pero eso depende
del trabajo que tengamos, o si estamos por grabar un
disco nos juntamos 2 o 3 veces por semana, pensamos que
es importante mantener una rutina de trabajo.
-¿Se dan cuenta que
son referentes importantes entre los grupos vocales?
-Hemos tenido esas
gratificaciones. A veces uno tiene grandes sorpresas,
porque tal vez no nos damos cuenta de lo que hemos
generado pero hemos escuchado a mucha gente hablar de
nosotros, de manera que sabemos que la experiencia de
nuestro grupo en los escenarios es importante para las
nuevas formaciones.
-¿Qué les dirías a las
nuevos grupos vocales?
-Acá lo fundamental es
sentir amor, poner mucha pasión en esto, si esta
cualidad no existe es muy difícil seguir adelante.
Aquel que quiera ser artista por el solo hecho estar
arriba de un escenario, está equivocado porque no le va
a servir para nada. El tema pasa por la pasión que se
tenga por lo que se va a hacer. Nace con uno, viene
incorporado, además hay que trabajar y pelearla mucho
porque en este camino de vocales nada es fácil. Para
llegar a ser medianamente reconocido como grupo hay que
transitar mucho camino, tener humildad siempre y
escuchar mucho a aquellos que tienen más años que uno,
saber hacer silencio y tratar de armar musicalmente muy
convencidos de lo que se hace, que ya esté incorporado,
es la única manera de que se puede trasmitir algo.
Claro, en la medida que se quiera trasmitir en una
canción emociones, sin hacerlo porque se lo imponen,
porque les hagan creer que eso va a ser un éxito.
Siempre deben tratar de cantar una obra que quede en el
tiempo, para que los hijos o nietos se sientan
orgullosos de uno cuando escuchen un disco, sin pensar
que solo se fue un oportunista que pasó por la vida
simplemente. Por ahí pasa toda la historia, y estudiar
teniendo muy presente el gusto popular, entenderlo.
-Hablás de gusto
popular no populoso.
-Pos supuesto, ver a la
gente, sentir como ella, no se puede armar un grupo
musicalmente en un laboratorio, hay que hacerlo desde la
gente, desde el pueblo y el boliche, desde los viajes y
las peñas, desde el conocimiento de otras culturas,
incorporando sus tonadas, ir sin soberbia a escuchar a
la gente de los diferentes pueblos, sin ser
atropellados, con un repertorio donde exista un
verdadero respeto por nuestros antepasados que han
tenido tanta sabiduría. En el camino se aprende todo eso
y mucho más.