Por Juan Carlos Fiorillo
Fotos: Eduardo Nocetti
“Se
llama Panchito, y es mi nieto”, dice doña Celia Segura
de Andrade, la elegida Pachamama de este año, y lo manda
a sentarse para que escuche. El no sabe bien de qué se
trata pero está contento. Se ríe y nos saluda.
“Tengo 79 años legalmente, pero en el diario dice 80, he
nacido en Los Zazos, y cuando me he casado he venido a
vivir acá, llevo 53 años en esta casa”. ¿Usted es
coplera? Sí, bueno, a mi modo, toco y canto, más canto
mis propios sentimientos, por ejemplo: “De Amaicha soy y
lloran mis ojos/ quiero volverte a ver,/ yo soy diaguita
calchaquí,/ quiero verte florecer”. “Así nos han
caratulado, todos somos diaguita calchaquí, me llamo
Celia Segura de Andrade, tengo 53 años de casada, mi
esposo vive y le agradezco a Dios y a la pachamama,
tiene 83 años y aún anda a caballo durante 15 horas
diarias, tengo 6 hijos y 24 nietos, 12 varones y 12
mujeres, y una biznieta, tengo una familia numerosa y
sobre todas las cosas, unida.
¿Cómo es la elección? “No se presentan, el colegio de
ancianos decide la elección, son los que avalan con la
consulta y venia del cacique que es actualmente al que
le decimos Lalo Nieva, es de acá y abogado. Es un hijo
de Amaicha y a pesar que somos gente de trabajo humilde,
nuestros hijos queremos que obtengan un porvenir mejor
que nosotros. Tenemos la obligación de hacerlos
estudiar”.
¿Qué quiere decir Amaicha? Significa amaicharse,
juntarse, reunirse, si yo voy hacer un compadre es
porque he encontrado a alguien muy parecido, como un
palito de durazno desde donde nacen dos frutos pegados,
y dicen vamos hacer compadres para toda la vida, y desde
ahí ayudarse, quererse y ahí se hacen compadres o
comadres. Cuando nos encontramos en los jueves de
comadres nos comprometernos en ayudarnos para toda la
vida, cualquiera sea el tiempo que estemos vivos.
¿Cómo fue su vida? He sido maestra de alta montaña en la
Quebrada de Los Chañares, pasé a la escuela de Los
Zazos, después al Potrerillo, Mollar Adentro, a la
Ciénaga con suplencia, hasta Chasquivil, todo es
Tucumán. Viajé más de 10 años. Me jubilé en la Escuela
Nº 10 de aquí de Amaicha, después me dediqué a las
artesanías, hago también dulces, tejidos, aquí he
inculcado a mis alumnos el amor a nuestros antepasados,
ellos quieren sus orígenes y les gusta sus costumbres.
¿Cuál es el dulce más auténtico de la zona? Bueno, los
mejores dulces son los arropes, de tuna, de chañar, de
algarrobo, los de tuna no son fácil de manipulear porque
tiene janas, hablo de los tiempos de antes, hay que
poner en una batea y se le echa agua y con una pichana
se va raspándolas y sacándoles las janas y después de
eso hay que partirlas, sacarle la colita y partir por la
mitad, hay que buscar la olla donde la vamos hacer
hervir, en un encatrado con paja se hace como una camita
y ahí se va echando y lavando, abajo hay una bolsa de
arpillera de las de antes, y al caer el jugo a la batea
todo colado, se pone la paila en la ornilla y se lo
cuida que hierva, para sacarles todas las impurezas.
Después corto dos pencas, las parto por la mitad y a esa
parte de la penca se le pegan todas las impurezas que
tenga. Así se hace para que clarifique más. Después con
un tarrito de leche nido o de durazno le voy hacer los
agujeritos, bien por el medio, cae el jugo y hay que
estar horas y horas para que tome el punto.
Cuando toma punto lo saco y ahí está el arrope. Para
todo esto necesita un día bien trabajado. Se pueden
hacer 10 a 15 litros. Si es para vender, es caro, la
gente ve un potecito de mermelada que vale 30 pesos,
pero el trabajo lo vale. Y la calidad de la artesanía es
una cosa pura. Además es muy bueno para los bronquios.
Para hacer de chañar y algarrobo es muy parecido.
¿Se
sigue haciendo aloja de algarroba? Sí, un poco se hace,
cuando puedo hago, en agosto para el día de la
pachamama, que no es una fiesta, es algo espiritual, una
celebración, donde hacemos ofrenda a la madre tierra de
toda la comunidad indígena de los valles, cada famita
tiene su manera de ver, es una ceremonia que comienza el
31 de julio. Nos reunimos, nos conocen mucho, viene
mucha gente de otras provincias, comemos, hablamos de lo
que hicimos bien y de lo que hicimos mal, y tratar de
mejorar, hay que reconocer nuestros errores, hay que
saber reconocer los errores sino pensamos que somos los
más bonitos. Para comer hacemos ese día una sopa picada
con carne, papas, verdura y arroz y compartimos entre
todos, también hacemos charquisillo, con carne de vaca o
de cabra, al charqui se lo suasa (sic), se pone en agua,
se lo muele y después se lo tiza, es muy sabroso con
vino patero, aloja, mistela o yerbiao. Ahora, el día
primero se empieza a cocinar locro de trigo o maíz,
empanadas, mazamorra con asado y para brindar se
comparte entre todos, damos licor de durazno, todo hecho
“made in casa”.
Es fama que hay curanderas, sanadoras y brujas en esta
región. Hay muchas personas que hacen de parteras,
porque hay muchos chicos arriba de los cerros y no hay
médicos, yo he sido partera también, claro que existe el
bien y el mal, algunas sabrán hacerlo, yo practico el
bien, si las hay las hay, pero es mejor que no las
conozca.
¿Conoció alguna? Allá en El Mollar es mucho más fuerte,
queda más allá de Tafí, ahí es donde dicen están las
mejores.
Dicen que hay un triángulo sobrenatural entre Tucumán,
Santiago del Estero y Brasil. Así dicen, lo que no
debiera ser, por eso dicen que en asuntos de amor
“Aunque se acicale/ amor viejo ya no vale”.
Panchito
se acerca y nos abraza, doña Celia se queda sacándose
fotos con la gente que nos rodea. Más tarde, las hijas
de Celia me consultan cómo tienen que hacer para
reclamar para que no haya minería a cielo abierto,
porque ellos, sus hijos y muchos pobladores de la zona
tienen graves problemas de salud debido a la explotación
de la mina Bajo La Alumbrera, que no queda muy lejos de
Amaicha.
Fuente:
FOLKLOREADAS DIGITAL 187 - JUAN CARLOS
FIORILLO