Hola, me llamo Don Antonio Mendizábal, soy dueño de La Estancia "Mi Pago", una finca de campo situada en San Antonio de Areco, rodeada por un parque con araucarias y robles centenarios. La propiedad la heredé de mi abuelo quien a su vez la heredó del suyo. Las épocas fueron cambiando acompañando la Historia Argentina.

En la época de mi bisabuelo, los estancieros vivían aislado en sus dominios, solo se reunían de cuando en cuando para asistir a fiestas religiosas, oír misa, o convocados por alcaldes para prevenir alguna posible invasión de indios.

Era una vida rodeada de peligros, porque la autoridad pública no podía ampararlos, debían defender sus propiedades y sus bienes contra los indios que merodeaban en la vecindad.

En esa estancia primitiva de mi abuelo se hicieron hombres, muchos de los grandes conductores de las guerras de la Independencia, y sus peonadas, surgen los integrantes de los ejércitos que han de llevar triunfal nuestros ideales en los valles, montañas y mares.

 

 

 

 

De ella y de la estancia ya organizada, emergen también hasta el primer cuarto del siglo XX (1925), grandes conductores políticos, que contribuyeron al engrandecimiento de la Nación.

En la época  de explotación extensiva, fueron gauchos los grandes y pequeños estancieros, pero, estos últimos estaban en desventaja, por eso Juan Manuel de Rosas (1793-1877), que desde joven se dedicó a las tareas rurales, que también era hacendado y que gobernó la Provincia de Buenos Aires entre 1829 y 1932 y entre 1835 y 1852, les aconseja como más conveniente la agricultura o la explotación mixta como en Córdoba.

Mi abuelo, fue un estanciero moderno, enamorado del progreso, de la limpieza, del orden y de la disciplina, introdujo la estancia o chacra de pedigree , el alambrado y el molino; levantó la hermosa mansión que hoy tengo, con bellos parques y toda clase de comodidades para vivir con el decoro a que estaba acostumbrado.

Su personal, sus peones, vivían igualmente en forma cómoda, él velaba por su gente, cuidada que tuvieran escuela los niños, capilla para su expansión espiritual, etc.; hacía atender a los enfermos y a los huérfanos desamparados.

Poseía instalaciones modernas que guardaban los frutos, las maquinarias y resguardaban los animales finos, padres de sus rebaños. (1)

El estanciero gaucho convertía los trabajos de la estancia en auténticos torneos de habilidad entre pialadores y jinetes. En cambio, el estanciero señor puso orden y activó el progreso del campo. En sus establecimientos fue donde se construyeron los primeros alambrados, tan resistidos por la tendencia nómade del gaucho.  Hizo desaparecer los viejos jagüeles pampas, para sustituirlos por otros de donde se sacaba el agua primero con manga de cuero, luego de madera, que es más práctica y limpia. 

También instalaron las primeras norias, los primeros bañaderos para ovejas y los primeros galpones de material para guardar productos, plantando también árboles, por lo menos en algún monte para el ganado y en el casco de la estancia.

Caracterizaba a los estancieros una magnífica generosidad, en un sentido humano hospitalario, la nobleza esencia del criollo, su innato señorío que le permitió dominar la amplitud de la pampa (2)

 

(1) Pedro V. Capdevila "La Estancia Argentina"
(2) Ventura Robustiano Lynch (1850-1888)
jagüel: La palabra jagüel deriva del quichua jagüey ò jagüey. Es un pozo ò zanja que recibe y conserva el agua de las lluvias ò de alguna vertiente natural. Una de las formas de surtir de agua a los animales, en las épocas de sequía era el jagüel. El agua se extraía a mano ò tirando de la cincha del caballo y se volcaba en una canaleta por donde iba a la "bebida".El balde volcador era confeccionado con un cuero de ternero. Poco a poco fue perfeccionándose el sistema para sacar el agua de los jagüeles: el jagüel de manga de madera, que con un sistema de roldanas y siempre movido por un caballo, llenaba una represa que a su vez alimentaba la bebida. Este sistema no hacía tan pesado el trabajo para el animal, porque la manga se deslizaba sobre un rodillo.
noria: máquina hidráulica que sirve para extraer agua. Consiste en una gran rueda con aletas transversales que se coloca parcialmente sumergida en un curso de agua, el cual, gracias a las aletas, imprime a la rueda un movimiento continuo. Ésta, posee en su perímetro una hilera de recipientes, que con el movimiento de la rueda se llenan de agua, la elevan y la depositan en un conducto asociado a la noria que la distribuye. Existen también norias para sacar agua de pozos, en los que el movimiento se consigue generalmente utilizando tracción animal.
pedigree : Genealogía de un animal de raza y documento en que ésta consta.
pialador: Pialar significa lazar al animal únicamente de las patas traseras. En esta suerte no se busca derribarlo, sino disminuir su velocidad hasta detenerlo . Pialador es la persona que piala.
nómade: Una persona o un pueblo es nómada o nómade cuando no tiene un territorio fijo como residencia permanente, sino que se desplaza con frecuencia de un lugar a otro.

                                                        Fuente: Lic. Susana Mabel Fandembure

 

El MAYORDOMO

La organización de la estancia, está subordinada a una dirección única e inmediata.

Esa dirección está ejercida por el mayordomo y su inmediato subalterno, el capataz,  encargado con sus peones de la realización de las órdenes que recibe de Don Antonio Mendizabal,  patrón de la Estancia “Mi Pago”.

 

* El mayordomo debe madrugar para hacer cumplir al capataz o capataces las órdenes dadas la víspera (el día anterior); inspeccionará todo, dispondrá de los trabajos en cada época y hasta cómo deben hacerse. Debe revisar los rodeos para controlar si hay faltantes, comprobar el estado de la hacienda e informar correctamente al patrón...

Llevará las anotaciones y controles de la yerra.

En las esquilas vigilará de cerca toda la operación para que no se estropeen los animales, para que el envellonador haga bien el vellón, ya que de ello depende el precio de la lana...

En la estancia criolla debía recorrer el campo de noche, hacer rondas para ahuyentar a los rateros. Si hay animales dañinos (tigres, leones, zorros, aguarás o cimarrones) los perseguirá hasta extinguirlos.

Debe cuidar que los puesteros persigan las plagas y enseñarlos a ser laboriosos, ordenados y económicos. Debe garantizar el orden, la economía y los intereses del establecimiento.

Sabrá curar heridas, quebraduras, pasmos, insolaciones y otros primeros auxilios y no le faltará un botiquín completo.

Si se inicia una quemazón de campo (hace poco tiempo vivimos una experiencia similar) saldrá con toda la gente a defenderlo.

Cuidará que los contratos se cumplan como se comprometió el dueño.

Llevará la contabilidad limpia y clara, tanto del dinero que recibe, como de su inversión y de todos los gastos del establecimiento, marcaciones, señaladas de corderos, castraciones, domas, entregas de hacienda, remesas de frutos, especificando de que puestos son, etc.

 

Boletín Mensual: El Mayordomo informará  al patrón sobre:

 

  • Estado del campo.
  • Estado de las aguadas naturales o artificiales.
  • Lluvias habidas durante el mes anterior.
  • Estado de las haciendas de toda especie.
  • Perspectiva del tiempo, si viene de seca o de lluvia.
  • Relación de los trabajos hechos en el mes anterior.
  • Composturas.
  • Plagas combatidas, vizcachas sacadas,
  • Noticias del estado de los campos inmediatos.
  • Gastos hechos.
  • Consumos.
  • Productos acopiados.
  • Frutos remitidos.
  • Animales muertos, perdidos o encontrados.
  • Necesidades que hay en el mes que empieza.
  • Cuenta de las ventas hechas.
  • Balance mensual

Podrás observar, la importancia de las obligaciones de un mayordomo de estancia, su responsabilidad, lo estricto y absorbente de su horario de trabajo, la gran cantidad de conocimientos que debe tener, además  de condiciones de mando para conservar su autoridad y prestigio.

En la sociedad de 1881, que es la época que relata José Hernández, ( sí el mismo del Martín Fierro), el mayordomo era muy respetado por su importancia en la hacienda.

 

* Fuente: Instrucción del Estanciero – Tratado Completo - La Plantación - Manejo de un Establecimiento de Campo- destinado a la – Cría de hacienda vacuna, lanar y caballar.- JOSÉ HERNÁNDEZ - Bs. As.;  Ed. Carlos Casavalle, Imprenta y librería de mayo 1882.

                                
Lic. Susana Mabel Fandembure
 

 

 

EL CAPATAZ

 

Es el encargado de dirigir las tareas en la estancia y para ello debe conocerlas a fondo en el campo, en el rodeo, en el corral, a pie y a caballo.

Antes (1882) en  invierno, no se permitía que los peones salieran al campo hasta que aclare bien, porque la niebla impide la visión y oculta los rebaños. Entre tanto, para no perder el tiempo en las casas, reparan guascas y recado (conjunto de piezas que componen la montura).

Hoy los alambrados permiten conocer con certeza la ubicación de la hacienda. Por lo tanto,  los días de lluvia se destinan a las guascas Cuando el patrón o el mayordomo ordenan una tarea, el capataz debe saber cómo hacerla con economía de gente y tiempo. Cuidará a su gente y dará el ejemplo para que no los detenga ni el calor, ni las lluvias, ni la noche. Él trabajará al frente y los peones lo seguirán. Deberá correr, apartar, enlazar, domar, para dirigir y corregir defectos.

Apadrinará (acompañará al domador) en el primero y segundo galope, pues que si manejan y tironean bien al animal en ellos, ya es fácil sacar un buen caballo.

Conocerá la hacienda y la sabrá contar, encerrar, largar, dirigir las yerras, las cerdeadas

(corte de cerdas de crines y de cola), el entable de manadas (acostumbrar a andar en tropillas), el cuidado de una majada, esquila, operación de toros, potrillos o corderos.

Sabrá hacer las guascas necesarias para el establecimiento.

Será prolijo en conservar el aseo del establecimiento; que los corrales no tengan pozos, ni los palenques, ni se formen lagunas cerca de las casas; que haya siempre agua en las bebidas y jagüeles (pozo o zanja llena de agua donde beben los animales); que los cueros estén acondicionados, bien sacados, secados o estaqueados y sin cortes al desollar la res.

Mantendrá el orden y la economía. Por la noche, dará cuenta al mayordomo de cuanto haya ocurrido en el día y recibirá las órdenes para el siguiente.

Será muy formal con los peones. Exigirá que cada peón cuide sus útiles y guascas y dé cuenta de pérdidas e inutilizaciones; cada uno tendrá su marca especial.

El arreador (semejante al rebenque, pero de mango más largo y de lonja trenzada o azote) es en el capataz la señal de su autoridad y ningún peón debe usarlo, ( costumbre ritual en las estancias bonaerenses; es algo así  como el cetro, un símbolo de poder).

No permitirá a los peones que jueguen en los actos de trabajo.

El campeador (recorredor del campo) debe ir solo para que no se distraiga; no permitirá que boleen (detener a un animal con las boleadoras que se le han arrojado y que traban sus patas) animales mansos. El caballo que tiene la costumbre de disparar de la tropilla, debe ser boleado de a caballo (no de a pie) para que se componga; que no amanezcan animales con freno, y se les quite para darles agua y no tengan la cincha apretada.

No se les permitirá facón porque no sirve para el trabajo. Usarán cuchillo  bien afilado.

El alambrado debe recorrerse con frecuencia, sobre todo el perimetral.

Se aprecia en estas recomendaciones, la edad de las mismas (1881), pero ellas son historia de la evolución de la estancia; en cambio, otras tienen aún plena vigencia.

El capataz cuidará que jamás estén de a pie todos los hombres de la estancia; de día habrá por lo menos un caballo en las casas y de noche, varios, pues si algo grave ocurre, (incendios, quemazones, cuatrerismo, accidentes), habiendo por lo menos un caballo, de inmediato pueden echarse los otros al corral.

Hoy las estancias tienen automotores, pero sigue teniendo vigor esta orden, pues que con el caballo se llega a todas partes y no siempre con el automotor.

 

1- Guasca: Cuerda de cuero que se utiliza como rienda o látigo
(lazos, bozales, cinchas, sogas, maneas, trabas, prendedores, colleras, maneadores, atadores, etc.)

 

* Fuente: Instrucción del Estanciero – Tratado Completo - La Plantación - Manejo de un Establecimiento de Campo- destinado a la – Cría de hacienda vacuna, lanar y caballar.- JOSÉ HERNÁNDEZ - Bs. As.;  Ed. Carlos Casavalle, Imprenta y Librería de Mayo 1882.

                                                            

      Lic. Susana Mabel Fandembure

 

 

 

EL  PEÓN

 

Los rasgos y particularidades del peòn de nuestras estancias son los del gaucho.

Era el peòn uno de los ùnicos elementos de la estancia criolla, “donde no habìa màs que el que mandaba y el que obedecìa”, dice Benito Lynch (novelista, sobrino deVentura Lynch).

Las òrdenes no se discutìan; se cumplìan. Pampa de pastoreo esra la suya; el gringo vino despuès para actuar como agricultor o bracero en las cosechas.                Pedro Capdevila

 

“Se le exigirà al peòn tres cosas importantes: madrugar, aseo en su persona y que tenga un equipo de campo: poncho, recado, correajes, buen impermeable o capa, su cuchillo, lazo y botas de goma. Con esos elementos, y bien dirigido por el capataz (maestro y conductor) podrà servir y aprender las tareas del campo.                                               

Angel Rus (1961)

 

 

 

EL RASTREADOR

 

“ Es el màs extraordinario. Todos los gauchos del interior son rastreadores. En llanuras tan dilatadas, en donde las sendas y caminos se cruzan en todas las direcciones, y en los campos en que pacen o transitan las bestias son abiertos, es preciso saber seguir segùn las huellas de un animal y distinguirlas entre mil, conocer si va despacio o va ligero, suelto o tirado, cargado o de vacìo. Èsta es una ciencia casera y popular. “

Domingo F. Sarmiento -  En: “Facundo”

 

Debemos tener en cuenta que en aquellos tiempos sin alambrados, las sendas y caminos se entrecruzaban en todas direcciones en la inmensa llanura.

El rastreador era hàbil en descubrir el paradero de personas o animales, siguiendo el rastro dejado por ellos. En los tribunales de la època su testimonio era una prueba valiosa.

Ademàs del gaucho,  los aborìgenes fueron los mejores rastreadores en Amèrica.

 

 

 

EL BAQUEANO ( o baquiano)

 

“Personaje eminente y que tiene en sus manos la suerte de los particulares de las provincias. El baqueano es un gaucho grave y reservado, que conoce palmo a palmo veintemil leguas cuadradas ( 1 legua= 5.572 m, es decir 111.440  Km2)  de llanuras, bosques y montañas. Es el topògrafo màs completo, es el ùnico mapa que lleva el General para dirigir los movimientos de su campaña. El baqueano va siempre a su lado. Modesto y reservado como una tapia, està en todos los secretos de la campaña; la suerte del Ejèrcito, el èxito de una batalla, la conquista de una provincia, todo depende de èl.... Un baqueano encuentra una sendita que hace cruz con el camino que lleva; èl sabe a què aguada remota conduce; si encuentra mil, y esto sucede en un espacio de cien leguas, èl las conoce todas, sabe de dònde vienen y a dònde van. Èl sabe el vado oculto que tiene un rìo, màs arriba o màs abajo del paso ordinario, y esto es en cien rìos o arroyos: èl conoce en las ciènagas extensas un sendero por donde pueden ser atravesadas sin inconveniente, y esto en cien ciènagas distintas. ....El baqueano anuncia tambièn la proximidad del enemigo... el rumbo por donde se acerca... cuantos son.... El baqueno conoce la distancia que hay de un lugar a otro; los dìas y las horas necesarias para llegar a èl. ...”Domingo F. Sarmiento -  En: “Facundo”

 

El baqueano es experto y pràctico conocedor de los caminos, trochas, atajos, rìos, lagunas, montes y serranìas. Poseìa un increìble don de orientaciòn en medios de la inmensidad de la llanura, sabìa còmo  y por dònde  cruzar  los  cangrejales, pantanos u otro lugar de riesgoso.

Tanto en las guerras de la Independencia como en las luchas intestinas, màs de una batalla se ganò debido a los conocimientos del baquiano, que asesoraba al jefe militar.

 

Baquiano o baqueano. En nuestra campaña, asì como en las de otros paìses de Amèrica, baquiano es el hombre que conoce todos los atajos, sendas, picadas, vados, etc.

 

Fuente: Fèlix Coluccio – Diccionario Folklòrico Argentino

 

Lic. Susana Mabel Fandembure
 
 

 

 

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