20
Ninguno me hable de penas,
Porque yo penado vivo,
Y naides se muestre altivo
Aunque en el estribo esté:
Que suele quedarse a pie
El gaucho mas alvertido.
21
Junta esperencia en la vida
Hasta pa dar y prestar
Quien la tiene que pasar
Entre sufrimiento y llanto,
Porque nada enseña tanto
Como el sufrir y el llorar.
22
Viene el hombre ciego al mundo,
Cuartiándolo la esperanza,
Y a poco andar ya lo alcanzan
Las desgracias a empujones,
¡La pucha, que trae liciones
El tiempo con sus mudanzas!
23
Yo he conocido esta tierra
En que el paisano vivía
Y su ranchito tenía
Y sus hijos y mujer...
Era una delicia el ver
Como pasaba sus días.
24
Entonces... cuando el lucero
Brillaba en el cielo santo,
Y los gallos con su canto
Nos decían que el día llegaba,
A la cocina rumbiaba
El gaucho... que un encanto.
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Y sentao junto al jogón
A esperar que venga el día,
Al cimarrón le prendía
Hasta ponerse rechoncho,
Mientras su china dormía
Tapadita con su poncho.
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Y apenas la madrugada
Empezaba coloriar,
Los pájaros a cantar,
Y las gallinas a apiarse,
Era cosa de largarse
Cada cual a trabajar.
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Este se ata las espuelas,
Se sale el otro cantando,
Uno busca un pellón blando,
Este un lazo, otro un rebenque,
Y los pingos relinchando
Los llaman dende el palenque.
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El que era pion domador
Enderezaba al corral,
Ande estaba el animal
Bufidos que se las pela ...
Y más malo que su agüela,
Se hacia astillas el bagual.
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Y allí el gaucho inteligente,
En cuanto el potro enriendó,
Los cueros le acomodó
Y se le sentó en seguida,
Que el hombre muestra en la vida
La astucia que Dios le dio.
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Y en las playas corcoviando
Pedazos se hacía el sotreta
Mientras él por las paletas
Le jugaba las lloronas,
Y al ruido de las caronas
Salía haciendo gambetas.
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¡Ah, tiempos!... ¡Si era un orgullo
Ver jinetear un paisano!
Cuando era gaucho baquiano,
Aunque el potro se boliase,
No había uno que no parese
Con el cabresto en la mano.
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Y mientras domaban unos,
Otros al campo salían
Y la hacienda recogían,
Las manadas repuntaban,
Y ansí sin sentir pasaban
Entretenidos el día.
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Y verlos al cair la tarde
En la cocina riunidos,
Con el juego bien prendido
Y mil cosas que contar,
Platicar muy divertidos
Hasta después de cenar.
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Y con el buche bien lleno
Era cosa superior
Irse en brazos del amor
A dormir como la gente,
Pa empezar el día siguiente
Las fainas del día anterior.
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Ricuerdo ¡qué maravilla!
Cómo andaba la gauchada
Siempre alegre y bien montada
Y dispuesta pa el trabajo...
Pero hoy en día... ¡barajo!
No se la ve de aporriada.
36
El gaucho más infeliz
Tenía tropilla de un pelo,
No le faltaba un consuelo
Y andaba la gente lista...
Teniendo al campo la vista,
Sólo vía hacienda y cielo.
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Cuando llegaban las yerras,
¡Cosa que daba calor!
Tanto gaucho pialador
Y tironiador sin yel.
¡Ah, tiempos... pero si en él
Se ha visto tanto primor!
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Aquello no era trabajo,
Mas bien era una junción,
Y después de un güen tirón
En que uno se daba mana,
Pa darle un trago de cana
Solía llamarlo el patrón.
39
Pues vivía la mamajuana
Siempre bajo la carreta,
Y aquel que no era chancleta,
En cuanto el goyete vía,
Sin miedo se le prendía
Como güérfano a la teta.
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¡Y qué jugadas se armaban
Cuando estábamos riunidos!
Siempre íbamos prevenidos,
Pues en tales ocasiones
A ayudarle a los piones
Caiban muchos comedidos.
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