41
Eran los días del apuro
Y alboroto pa el hembraje,
Pa preparar los potajes
Y osequiar bien a la gente,
Y así, pues, muy grandemente,
Pasaba siempre el gauchaje.
42
Vení, a la carne con cuero,
La sabrosa carbonada,
Mazamorra pien pisada,
Los pasteles y el güen vino...
Pero ha querido el destino
que todo aquello acabara.
43
Estaba el gaucho en su pago
Con toda siguridá,
Pero aura... ¡barbaridá!,
La cosa anda tan fruncida,
Que gasta el pobre la vida
En juir de la autoridá.
44
Pues si usté pisa en su rancho
Y si el alcalde lo sabe,
Lo caza lo mesmo que ave
Aunque su mujer aborte...
¡No hay tiempo que no se acabe
Ni tiento que no se corte!.
45
Y al punto dese por muerto
Si el alcalde lo bolea,
Pues ahí nomás se le apea
Con una felpa de palos;
Y después dicen que es malo
El gaucho si los pelea.
46
Y el lomo le hinchan a golpes,
Y le rompen la cabeza,
Y luego con ligereza,
Ansí lastimao y todo,
Lo amarran codo a codo
Y pa el cepo lo enderiezan.
47
Ahi comienzan sus desgracias,
Ahi principia el pericón,
Porque ya no hay salvación,
Y que usté quiera o no quiera,
Lo mandan a la frontera
O lo echan a un batallón.
48
Ansí empezaron mis males
Lo mesmo que los de tantos;
Si gustan... en otros cantos
Les diré lo que he sufrido:
Después que uno está... perdido
No lo salvan ni los santos.
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III. Sirviendo en la frontera
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Tuve en mi pago en un tiempo
Hijos, hacienda y mujer,
Pero empecé a padecer,
Me echaron a la frontera,
¡Y qué iba a hallar al volver!
Tan sólo hallé la tapera.
50
Sosegao vivía en mi rancho
Como el pájaro en su nido,
Allí mis hijos queridos
Iban creciendo a mi lao...
Sólo queda al desgraciao
Lamentar el bien perdido.
51
Mi gala en las pulperías
Era, en habiendo más gente,
ponerme medio caliente,
Pues cuando puntiao me encuentro
Me salen coplas de adentro
como agua de la virtiente.
52
Cantando estaba una vez
En una gran diversión,
Y aprovecho la ocasión
Como quiso el Juez de Paz...
Se presentó, y ahi nomás
Hizo arriada en montón.
53
Juyeron los más matreros
Y lograron escapar:
Yo no quise disparar,
Soy manso y no había porqué,
Muy tranquilo me quedé
Y ansí me dejé agarrar
54
Allí un gringo con un órgano
Y una mona que bailaba,
Haciéndonos rair estaba,
Cuanto le tocó el arreo,
¡Tan grande el gringo y tan feo,
Lo viera cómo lloraba!.
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55
Hasta un inglés zanjiador
Que decía en la última guerra
Que él era de Inca-la-perra
Y que no quería servir,
También tuvo que juir
A guarecerse en la sierra.
56
Ni los mirones salvaron
De esa arriada de mi flor,
Fue acoyarao el cantor
Con el gringo de la mona,
A uno solo, por favor,
Logró salvar la patrona.
57
Formaron un contingente
Con los que del baile arriaron,
Con otros nos mesturaron,
Que habían agarrao también,
Las cosas que aquí se ven
Ni los diablos las pensaron.
58
A mí el Juez me tomó entre ojos
En la ultima votación:
Me le había hecho el remolón
Y no me arrimé ese día,
Y él dijo que yo servía
A los de la esposición.
59
Y ansí sufrí ese castigo
Tal vez por culpas ajenas,
Que sean malas o sean güenas
Las listas, siempre me escondo:
Yo soy un gaucho redondo
Y esas cosas no me enllenan.
60
Al mandarnos nos hicieron
Más promesas que a un altar,
El Juez nos jue a proclamar
Y nos dijo muchas veces:
Muchachos, a los seis meses
los van a ir a revelar
Los van a ir a relevar.
61
Yo llevé un moro de número
¡Sobresaliente el matucho!
Con él gané en Ayacucho
Más plata que agua bendita:
Siempre el gaucho necesita
Un pingo pa fiarle un pucho.
62
Y cargué sin dar mas güeltas
Con las prendas que tenía:
Jergas, ponchos, todo cuanto había
En casa, tuito lo alcé:
A mi china la dejé
Medio desnuda ese día.
63
No me faltaba una
guasca,
Esa ocasión eché el resto,
Bozal, maniador, cabresto,
Lazo, bolas y manea...
¡El que hoy tan pobre me vea
Tal vez no creerá todo esto!.
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