De existir físicamente
dicho límite; ¿que lo determina, que forma tiene?
Lo seguro es que el cosmos de dicho límite tiene dos
polos bien definidos, el bien y el mal.
Ahora bien, que patrones emocionales, culturales e
intelectuales manejamos cada uno de nosotros, y en
que tiempo y espacio, para determinar con certeza
qué está bien y qué está mal. Una misma acción, o
creencia o circunstancia, puede tener dos
expresiones diametralmente opuestas, según la
sensibilidad o entorno de quien lo percibe. Por lo
que podríamos sintetizar diciendo que todo es según
los ojos con que se mire.
Una primera reflexión ligera, nos dice que la
naturaleza humana es, de por sí, contradictoria.
Basta recordar lo vergonzoso que es hacer el amor en
público y por el contrario que excitador de mazas es
el odio al descubrirlo.
Volviendo al principio entonces, y tomando ésta
última reflexión de ejemplo, tenemos una ligera duda
de donde se inicia el límite que comentamos al
principio.
Lo curioso es que si algo es, física o
intelectualmente bueno o malo, lo será siempre. No
se me ocurre, por más que lo intente, la idea del
amor como cosa mala, ni la del odio como
gratificante. Entonces, porqué al amor le ponemos
límites y condiciones y podemos odiar
incondicionalmente y sin límites. Otra contradicción
humana.
Se me dirá también que se puede amar sin límites ni
condiciones y tendrán cierta razón; pero entonces,
como explicar lo fácil que se va del amor alodio, y
que difícil (sino imposible) es el recorrido
inverso. He aquí, entonces, los límites y
condiciones de las que hablaba. Invito al lector y
su entorno, a debatir la reflexión aquí escrita.
:Trataré de no enojarme si piensan distinto.
Luis J.
Quaglia Peña La Ollita
|