AGUA CLARA QUE SE PIERDE
A un año de su trágico
accidente podemos decir que Tamara se convirtió en
un mito, en una de aquellas artistas tan sencillas
que jamás se olvidará. .
Dicen recordarla
sentada en una de las mesas de la plaza Próspero
Molina de Cosquín.
Desde
aquel momento se la empezó a conocer, donde tantos
la descubrieron. Un detalle propio su sombrero, le
costó mucho ser reconocida. Muchas veces pasó por
aquella plaza, así empezaron a reconocerla, a hablar
de ella por su fuerza, su
canto que llegaba,
por su repertorio.
Más tarde llegaron otros
desafíos con cada disco grabado de la mano de
Jorge Mlikota mostrando letras y ritmos
diferentes a todo lo
demás.
Su sonrisa, su
espontaneidad, su claridad...
Cuatro días después de
haber cumplido sus jóvenes 34 años, un accidente
automovilístico truncó
su vida, y dejó al ambiente folklóricos cantantes
consagradas.
Un viernes 8 de
diciembre del año 2.006, el duelo irrumpió en el
ambiente de la música popular y se impuso con el
nombre de Tamara Castro. "Si... la que canta con
sombrero... ¿Cómo las has de olvidar?"
Seguramente como todos los grandes seguirá cantando
en el cielo...
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