El
Tortoni, El Molino y
Las Violetas son sólo tres ejemplos de un estilo
que caracterizó la vida porteña por décadas, solo el
primero ha podido resistir a una modernidad sin
matices ".
Como en las
grandes ciudades del mundo, los cafés, confiterías y
bares de Buenos Aires forman parte de la vida de sus
habitantes en el centro y en los barrios, es el lugar
de encuentro de los habitúes, entre sorbos humeantes y
copitas" con algo fuerte ". Desde los reductos más
selectos, con mozos de smoking, hasta los modestos
bares de la esquina, el de el copetín al paso, billares
y estudiantes. Todos representando identidades ligadas
a la tradición y a la historia de nuestros pueblos,
grandes o chicos. Café de los Inmortales, los Dos
Chinos (1862), Café de los Angelitos (1890, nacido como
Bar Rivadavia), la Puerto Rico (1887), la Premier , la
Nobel, la Ideal...entre otros. Folkloristas , tangueros
y orquestas eran los encargados de poner música de
fondo al caer la tarde. Arañas francesas, sillones
Bohemia, pisos de roble y los hoy codiciados percheros
de doce' brazos. Cita obligada de políticos y gente del
espectáculo. El Florida Garden, el Molino (1859), el
Café Sabatino, el Tortoni (1858). Emblemas
sobresalientes Las Violetas, El Molino y El Tortoni.
Las Violetas en la esquina de Medrano y Rivadavia,
inaugurada el 21 de Setiembre
del año 1884, con la presencia de Carlos Pellegrini.
Los espectaculares vitreaux, el café vienés servido en
vaso cívico y la actuación de la Orquesta de Señoritas
forman parte de su historia, como la decoración
original basada en La Mafia, que Leopoldo Torres Nilson
filmo allí. El Molino original se hallaba en Rodríguez
Peña y Rivadavia y se llamaba Confitería del Centro, en
la vecina Plaza Lorea, funcionaba un r¡ molino harinero
del que adoptaría el nombre que más tarde la hizo más
conocida. En el año 1905 se mudó a Rivadavia y Callao,
en el año 1917, se inauguró con su actual fachada. El
Tortoni nació en Esmeralda y Rivadavia, luego se
trasladó a Rivadavia 826. Fue bautizado por el señor
Touan imitando a otro que existía en Paris, cuando
cumplía treinta años la remodelación de la Avenida de
Mayo le cercenaron los fondos, entonces se realizó otra
entrada por la Avenida con la fachada actual. Se
extendió entonces hacia la vereda y se incorporaron al
paisaje tradicional el servicio de mesas al aire libre,
desde su palco (escenario), próximo al mostrador se han
escuchado voces e instrumentos, además de las famosas.
vitroleras.
Oropeles, adustez de mármoles o cigüeñas de
bronce para tirar bien frappé, infaltables sillas
thonet y ventilador de cuatro palas, espejos biselados
para disimular columnas, mesas de billar y reservado
para familias. El aroma característico que se desprende
del molinillo de café, moliendo café tostado, previo
ingreso a la. Pavoni., la
pionera máquina para elaborar café express. Los platos
de dos o más pisos con confituras refinadas, y el
elegante juego de té. El café Tortoni fue el primero en
la ciudad en ocupar la vereda con sus mesas y sillas a
la usanza Parisina, aunque cambio el billar por el
pool.