Amanecer
del 3 de febrero del año 1813
Combate de
San Lorenzo
"Fue la primera victoria de San Martín en América, los
realistas sufrieron grandes pérdidas. Derrotados
y obligados a
embarcarse de regreso a Montevideo dejaron en
el campo de batalla sus cañones y su bandera".
La brillante acción militar
de San Lorenzo, dio bautismo de fuego al Regimiento de
Granaderos a Caballo de San Martín. Para proteger a las
poblaciones de la costa occidental del Río Paraná,
desde Zárate hasta Santa Fé,
amenazadas por las fuerzas realistas enviadas desde
Montevideo, fue consignado San Martín con 250 hombres
(de ellos 125 granaderos) y un cañoncito. Salió
de Buenos Aires el 28 de Enero de 1813. En la madrugada
del día 3 desembarcaron los españoles 250 hombres, dos
piezas de artillería. Durante la lucha, que duró
solamente un cuarto de hora, el caballo de San Martín
fue alcanzado por una bala de cañón, al caer arrojó al
suelo al jinete y le aplastó una pierna, al ver caído e
inmovilizado a su jefe un valiente sargento correntino,
Juan Bautista Cabral, acudió en su ayuda y lo liberó
del peso de su caballo muerto. Esa acción heroica le
costó la vida ya que un enemigo, aprovechando su
descuido, le infirió heridas mortales. El sargento
Cabral ha perdurado en la memoria argentina. Fue
sepultado al pie del pino del convento de San Lorenzo.
Heroico y bravo jefe del
Ande,
tu venia pido, mi general,
para cantarle al viril sargento
de Granaderos, Juan B. Cabral.
Ese sargento de Granaderos,
raza de toro y yaguareté,
abá de veras de pelo duro,
más correntino que el yacaré.
Ese sargento que en San Lorenzo
como un valiente siempre peleó
y por salvarte, nomás, mi jefe,
como un valiente también murió.
Te dijo entonces, sobre la
muerte,
con la entereza de un gran titán: -
¡Muero contento! ¡Hemos batido
al enemigo, che Capitán!
Abá
(voz guaraní): Hombre.
Indio
El
comerciante inglés Juan P Robertson, en viaje comercial
a
Asunción, fue testigo del combate y narra de
este modo, sus conversaciones con San Martín.
-
Dijo estar convencido que los marinos ignoraban su
proximidad y
que dentro de pocas horas esperaba entrar en
contacto con ellos. "Doblan el número de nuestras
fuerzas", agregó animoso, "pero no pienso que aun asi
tengan la mejor parte de la jornada". El Coronel
San
Martín
acompañado por dos
o
tres oficiales y por mi, ascendió a la
torrecilla del convento y con ayuda de un
catalejo, por una ventana trasera, procuró enterarse de
la fuerza y los movimientos del enemigo. Pudimos
contar distintamente trescientos veinte marinos y
marineros. La carga de los dos escuadrones de San
Marlin rompió filas de modo fulminante y desde
aquel momento los sables resplandecientes ejecutaron
con tanta rapidez su obra que en un cuarto de hora
quedó el
suelo
sembrado de muertos
y heridos. De cuántos desembarcaron, no más de cincuenta escaparon
a sus naves, todos los demás fueron muertos, San
Martín perdió solo ocho hombres en la refriega. En
consecuencia, supliqué a San Martín que aceptara
mi vino y mis provisiones para los heridos de
ambas parles, y despidiéndome con un adiós
cordial abandoné aquel sitio, apenado por la matanza
pero admirando su serenidad e intrepidez-
Información extractada de
la Enciclopedia "Cancionero Popular Argentino".
Párrafos de la Canción Correntina "Sargento Cabral",
letra Carlos A. Castellá. Música Pedro Sánchez.
Colaboración de la Sra. Alba M. Cobas. Peña" A la
Sombra
del Tala".
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