En
la provincia de Jujuy cuentan leyendas que dan miedo,
la gente piensa que las cumbres están cuidadas por
extraños seres que no permiten que el oro que ellas
guardan sea robado por aventureros. En la Puna hay
espíritu indios que no dejan que esta mala gente que
llega hasta las minas regresen a sus hogares, sino que
los hacen perderse entre las enormes grutas o bien
llaman a los cóndores para que cierren sus enormes
garras y los lleven muy lejos. Cuenta que, un lugareño
se enteró que en la cima de estas montañas existían
yacimientos de oro a flor de tierra. Sin dudarto,
montado en su burro partió hacia el lugar dispuesto a
volver rico y poderoso. Así que, junto mucho valor y
durante varios días.camino por la laderas de las
montañas hasta llegar hasta las cumbres. Cuando las
fuerzas se le acabaron fumó un cigarrillo de chala y se
echó a dormir en el interior de una cueva llena de
raros animales que tenían patas largas y cabezas
cuadradas. Estos bichos no le infundían miedo, porque
en Oruro una vieja india le había contado que iba a
encontrarse con ellos en una cueva llena de musgo y le
había asegurado que eran mansos. Cuando el arriero
despertó el raro bicherío salió volando con dirección
desconocida. Después de fumar otro cigarro, continuó
con la marcha. No pasó mucho tiempo hasta que encontró
una nube amarilla que iba y venía por el cielo para
luego posarse sobre una rajadura de la montaña.-¡ Aquí
esta la mina! iEste es el lugar que me indicó la india
de Oruro!- Dijo codicioso. Y ahí nomás empezó a meter
pico y pala a las piedras y las pepitas de oro
comenzaron a aparecer. Preparó las bolsas de cuero para
acarrear sobre sus espaldas. Tenía mucha codicia y esta
no le permitió advertir que el agua se le había
acabado.
Al
rato, sintió sed, grande fue su desesperación al
comprobar que moriría con la lengua seca sino .Iograba
encontrar agua en aquella montaña de oro que lo había
convertido en el hombre más rico del mundo. Y ahí
nomás, pico y pala comenzaron a golpear las
piedras,tratando de encontrar agua, estuvo cinco días
golpeando las rocas, de repente un chorro de agua lo
lanzó por el aire e inundó el pozo de la mina de oro.
Ahí cayó el codicioso cuando el chorro cesó y murió
ahogado. Cuentan que cuentan en Jujuy que nunca lo
pudieron encontrar. Cuentan que cuentan que el oro fue
tragado por la montaña.
Información extractada de Edición Dominical "Crónica".
Autora. Martha Ferro.
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