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AGRUPACIÓN DE PEÑAS AMIGAS DE LA ZONA SUD

REVISTA DE DIFUSIÓN
"RECUERDOS DE NUESTRA TIERRA"
AÑO 5 - REVISTA 1
9


 Divino Tango
 En el Principio fue la esquina

Cuando no había ni asomo de barrio, la esquina ya estaba allí, con su poste y su luz, esperándolo. Porque al principio fue la esquina.

En Buenos Aires, por su traza de sencilla geometría cuadricular, respetuosa de los puntos cardinales, las calles se cruzaban formando las clasicas y puntuales cuatro esquinas. Mas tarde, con el crecimiento, algunas como llevadas por los vientos, apuntaron a diversos rumbos provocando el encontrón de más de dos que quebrantaron el esquema inicial generando las inusuales cinco, y aún siete, esquinas. La de cinco, por ser la primera y por esa rareza como de trébol de cuatro hojas que tenía, fue de la mayor y perdurable prestigio, que aún le dura.

De la simple intersección de las calles " nació entonces ese espacio ciudadano que llamamos esquina. En su emplazamiento material, su lecho geográfico. Ese fragmento urbano, repetido y aparentemente igual para todas, es el ámbito necesario. Necesario pero no suficiente.

Para ser "la esquina" como lo entiende la sutíl "parla" porteña, otras virtudes ha de tener. Cantidad no definida y, tal vez, no definible de circunstancias deben concurrir para hacer de un mero espacio físico una entidad espiritual. Un tácito acuerdo y un plural entendimiento que nadie concertó conducen, sin ceremonia visible, ese misterioso proceso de gestación.

A veces, no siempre, una presencia con fuerte poder de convocatoria lo favorecía: antaño una pulpería, un boliche, el almacén. Después el café. Hasta un humilde buzón. No es condición indispensable. A algunas les bastó con el sol que las inundaba...

...No todas las esquinas son o fueron iguales. Su importancia les viene por su área de influencia. Desde las que apenas si superan como tales la reducida superficie propia, hasta las que hallaron vasto eco y reconocimiento general, el espectro que ofrecen muestra una variada gama de valores. Un buen número logró extender su originaria zona de influencia gravitando hasta varias manzanas a la redonda y aún llegaron a regir barrios enteros, cuando no han pasado a ser, lisa y llanamente, su símbolo. Así Cabildo y Juramento, Rioja y Caseros, Beiró y Lope de Vega, Cuenca y Jonte, Triunvirato y Monroe, Av. La Plata y Chiclana, entre otras tantas más. Sin contar las muchas y notorias que generan en su largo itinerario avenidas como Rivadavia, Corrientes, Santa Fe, etcétera, que están en la mente de todos y sería obvio enumerar. Quedan todavía en reducido} privilegiado número, las esquinas por antonomasia: las que de la mano de un cuento, una novela, un ensayo o la letra de un tango, ganaron la módica inmortalidad y un lugar en la mitología ciudadana: Suárez y Necochea, Centenera y Tabaré, Rivadavia y Rincón, San Juan y Boedo y ¿es necesario nombrarla?, Corrientes y Esmeralda.

A espaldas de estas señeras y rutilantes muestras, yacen atrapadas en la cuadriculada trama urbana un sinnúmero de esquinas menores que son el invisible sustento de aquellas como los ocultos ladrillos lo son de su muro. Esquinas mínimas, anónimas como los seres que las poblaban, que no dejaron rastro en la historia ciudadana pero que la hicieron tanto o más, en su suma, que las de mayor prestigio. Lo que perdían en extensión lo ganaban en intensidad, en profunda entraña humana. Ninguna como ellas supo en Buenos Aires y por décadas, sustentar y preservar lo más auténtico de la cotidiana vida porteña.

y esas mínimas esquinas ¿dónde están? Las esquinas no son eternas. Nacieron de necesidades y circunstancias humanas -por lo tanto transitorias- y a sus avatares quedaron ligadas. Crecieron, desarrollaron con los núcleos que las gestaron. Y corrieron la variada suerte que el azaroso vivir a cada uno le deparó. Como los hombres, las esquinas padecen cansancio, sufren el abandono, el desamor. Las esquinas también mueren....

León Tenenbaum.

(Buenos Aires, un museo al aire libre. Ediciones Corregidor 1989)
Información extraída del Diario "La Porteña" Publicación independiente de Distribución Gratuita. Editada por estudiantes dellnstructurado de Historia de la Universidad del Tango (CETBA)

Sarah

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