¿En
qué se diferencian los avestruces nuestros de los
africanos?, en varios detalles, los africanos alcanzan
una altura de 1,80 mts. a 2,50, los de nuestro
continente son de menor altura. Los de allá tienen
patas de solo dos dedos, los de acá poseen tres dedos,
provistos de uñas ganchudas. El americano carece de
cola, su cabeza desnuda de plumas, con grandes ojos a
modo de periscopio, le permiten advertir a sus enemigos
a gran distancia. Son aves sumamente esquivas y
veloces. Poseen alas que no les permiten volar, pues
están muy atrofiadas. Tanto los africanos, como los
americanos son aves corredoras. Los que habitan nuestro
continente se encuentran en las pampas y en lugares
semidesérticos. Suele encontrárselos en bandadas de
cinco a treinta ejemplares, se alimentan de granos e
insectos. Cuando llega la época de elegir compañera,
los machos sostienen entre ellos fieros combates,
emiten un sonido semejante a una sirena. En un nido de
avestruz suelen hallarse hasta veinte huevos, que no
son de una sola hembra, sino de varias, el encargado de
incubar/os es el macho, que también luego cuida de los
polluelos. Existen varias especies americanas, en la
Argentina se le llama "ñandú". Pese a que se ha cazado
mucho, todavía es frecuente encontrar/as. Se le cría en
granjas y estancias, con sus plumas se hacen plumeros.
Sus pieles se utilizan para la confección de abrigos
femeninos y también para hacer alfombras. Hay una
especie que tiene plumas completamente blancas, cuya
belleza hace que se le tenga en gran aprecio, una
especie llamada "suri", habita en el altiplano de
Bolivia y cordilleras limítrofes de Perú, en el norte
de Chile y noroeste de Argentina. Es más pequeña que
las demás, muy esquiva y veloz, difícil de ser visto
debido a su color gris pardo, totalmente
adaptado al ambiente desolado en que vive. Otra
especie llamada "petiso" o "choique" que habita en las
pampas de la Patagonia y regiones limítrofes de Chile
hasta el estrecho de Magallanes. Los indígenas y los
gauchos los cazaban con boleadoras, a fin de no
lastimar/as y aprovechar bien su carne, piel y plumas.
Información extractada de Edición
Dominical "Crónica" . |